"Hymns in Dissonance" de WHITECHAPEL, un regreso a sus raíces más brutales...

Un recordatorio de que la brutalidad bien hecha sigue teniendo valor, aunque echemos de menos la valentía que exhibieron en el personal “The Valley"

"The Last Will and Testament", OPETH firman una obra maestra

Los suecos siguen avanzando, labrando su propio nombre, gracias a un disco que aúna lo mejor de su carrera.

"Servitude" de THE BLACK DAHLIA MURDER

La banda supera su luto y regresa con un gran disco como es "Servitude", que sirve como punto de inflexión

"Opera" de FLESHGOD APOCALYPSE, fusionando el death metal con la lírica

El regreso de Paoli nos trae un álbum tan excesivo como delicioso por parte de italianos

"Schizophrenia" de CAVALERA

Los hermanos siguen emulando, con éxito, a Taylor Swift con sus "Cavalera's Version"

Concierto: Slayer (Madrid) 26.05.2012

SETLIST: World Painted Blood/ Psychopathy Red/ Die by the Sword/ Chemical Warfare/ Hate Worldwide/ Mandatory Suicide/ Altar of Sacrifice/ Jesus Saves/ Dead Skin Mask/ Raining Blood/ Angel of Death/ South of Heaven/ War Ensemble.

Sin duda alguna estamos ante la mejor actuación que se pudo ver en la cuarta edición del Sonisphere español. Tuvimos la suerte de poder asistir a uno de sus mejores conciertos que han dado los californianos por nuestras tierras; sin paliativos e inapelable. De todas las veces que les hemos visto en Blogofenia (y ya son unas cuantas) ésta fue la que más nos gustó…Nadie pudo hacerles sombra, estuvieron siempre y en todo momento muy por encima del resto de artistas; simplemente Mastodon (que poco o nada tienen que ver musicalmente hablando, excepto que Brann Dailor se pasó todo el concierto en un lateral del escenario disfrutando como uno más de su actuación y curiosamente imitando en todo momento con sus manos los movimientos de Lombardo) supo aguantarles estoicamente el tipo; pero nadie más se atrevió a hacerlo en una nueva edición de un festival como mucho nombre a priori y poca estrella al final. Estábamos ante uno de los platos fuertes del Sábado y una de las actuaciones más esperadas del fin de semana, máxime después de la desilusión que nos llevamos todos a casa en la jornada del Viernes, cuando grupos como Soundgarden, Limp Bizkit o Machine Head no supieron estar a la altura que les corresponde por nombre y por estatus. Por suerte allí estaban ellos para solucionar el desaguisado; al final son los mismos de siempre los que tienen que sacar las castañas del fuego. Slayer son de los pocos que no suelen fallar en directo, les he visto ya unas cuántas veces y hasta ahora nunca lo han hecho.

Te podrán gustar mucho o nada, pero hoy por hoy si hablamos de Thrash Metal hay que reconocer que no tienen rival. Tenía por lo tanto muchas expectativas puestas en ellos al ser la única baza que quedaba en la mano de Last Tour para salvar su festival, y ¿la verdad?...se salieron.

Los mejores del festival
(foto de javierbragado)
Con un todavía convaleciente Hanneman (vaya con la famosa arañita) el encargado en suplirle, al igual que sucediera en la mayoría de conciertos de la gira del Carnage Tour, era su gran amigo Gary Holt. Menudo demostración nos dio el alma máter de Exodus, qué barbaridad, qué fuerza, qué soltura, qué entereza. Si parecía que llevaba toda una vida tocando con ellos logrando que no se notara en ningún momento la ausencia de Jeff. Bien es cierto que a este nivel de guitarristas, da un poco igual que el que acompañe a la banda sea Gary o Pat O´Brien, como ocurrió en una parte de las fechas del Carnage…Araya y compañía volvían al mismo escenario dos años después de su último paso por Getafe y un año y dos meses después de su paso por La Riviera. ¿El comienzo?, pues como en las dos ocasiones anteriores sonando la pista que hace las veces de intro del tema homónimo que abre su último trabajo hasta la fecha. “World Painted Blood” ya nos pone en aviso indicándonos que algo grande puede suceder esa noche en Getafe.

El sonido desde un principio ya es alucinante, nada que ver con lo vivido el Viernes en dicho escenario. El grupo está más que asentado que nunca con su nuevo line-up; con un Gary y un King totalmente entregados, que no paran de moverse por un lado y otro del Snake Pit para deleite de la multitud allí congregada. Sin respiro cae la ultra rápida “Psychopathy Red”, con un sonido más sucio y tosco liderado por Kerry pero acompasado a las mil maravillas por la finura que siempre representa Holt. Araya no para de reírse, al igual que Lombardo; se nota que lo están pasando en grande…es una actitud muy positiva, me gusta, se palpa y se transmite de unos a otros, llegando a un público totalmente volcado con la banda. Público que se vuelve loco cuando la guitarra de King desgrana las viejas y angostas notas de “Die By The Sword” o cuando sin comerlo ni beberlo hacen un guiño al “Haunting The Chappel” con la tremenda “Chemical Warfare”. Ambas les quedaron alucinantes, recordando los viejos y buenos tiempos del “old school” ochentero que volvió loco a medio mundo y parte del otro.

Kerry King, sin descanso
(Foto de mundometaz)
Miras hacia un lado y hacia el otro del Black Circle y ves que la gente está encantada y feliz de la vida, miras hacia atrás y observas que todo el mundo se lo pasa en grande con lo que está viendo y escuchando. Por la expresión que refleja las caras de los allí congregados parece que nadie tiene queja alguna… Llega entonces el momento de la descarga de uno de los riffs más poderosos con los que cuenta la banda. Con “Hate Worldwide” la histeria se hace colectiva; los movimientos broncos de King se asocian con los eternos headbanging de Holt. Lombardo a su vez, como salido de otro mundo y de otra galaxia no apta para mortales, destroza los parches poseído por la mala bestia que lleva en su interior cuando se sienta detrás de una batería. No para de levantarse y saludar al público con una estampa muy parecida a la de UIrich, pero con una fuerza y un estado de forma envidiable, que se encuentra años luz de la del danés.

El concierto sigue su ritmo imparable y empiezan a caer los clásicos, como es el caso de “Mandatory Suicide”, perfecta en diseño y ejecución o “Altars Of Sacrifice” con ese regusto especial y buen sabor de boca que siempre te dejan las viejas glorias. Me sorprende gratamente “Jesus Saves”, no me la esperaba para nada, convirtiéndose en último término una de las más llamativas y resultonas del setlist. El “Seasons In The Abyss” tenía que aparecer en escena tarde o temprano y que mejor forma de hacerlo que con un tema del calibre y de la dimensión de “Dead Skin Mask”. Araya ya lo dejaba entrever en uno de sus clásicos fraseos, entonando parte de su estrofa principal. Aunque el campo de batalla surge realmente cuando su característica melodía sale vigorizante de las guitarras de King y de Golt. Mención especial merece su espectacular “solo”, donde pudimos disfrutar de un fantástico Kerry a poco más de dos metros de distancia haciendo uno de los mejores punteos que recuerdo. Todos alucinábamos al ver de cerca el temple y la estampa de uno de los guitarristas más rudos que tiene el metal. Una vivencia inolvidable que sin lugar a dudas permanecerá mucho tiempo en nuestra retina y en nuestra memoria.

La guitarra de nuestros desvelos
Si lo vivido hasta ese momento ya era opulento de por sí, imaginaros la que se montó con “Raining Blood” y con “Angel Of Death”. Si en aquel momento el Diablo se dio una vuelta por Getafe se tuvo que quedar con la boca abierta al ver que aquello era lo más parecido en la Tierra al verdadero Infierno. ¡Qué locura, madre mía! El sonido estaba pasando por su mejor momento y la banda a su vez estaba dando lo mejor de sí. Fascinantes los movimientos de Holt tratando, como si de un guiñapo se tratara, a su preciosa “Blood Splatter”, cogiéndola y alzándola a una mano por el “vibrador” en actitud desafiante y retadora.

Unos segundos de descanso y el bis llega con otros dos clásicos. Para la ocasión eligen la idílica “South Of Heaven” y la mortal “War Ensemble”, poniendo el punto y final a una actuación memorable. ¿Qué más se puede pedir?...Por sonido, por set list, por entrega y por actitud, Slayer se convirtieron por derecho propio en los verdaderos triunfadores del Sonisphere 2012.


© 2012 Lord Of Metal

Concierto: Soundgarden (Madrid) 25.05.2012

SETLIST: Searching With My Good Eye Closed/ Spoonman/ Jesus Christ Pose/ Gun/ Blow Up the Outside World/ Fell on Black Days/ Ugly Truth/ Hunted Down/ My Wave/ The Day I Tried to Live/ Outshined/ Rusty Cage/ Black Hole Sun/ Live to Rise/ Slaves & Bulldozers/

Ésta es una de las críticas que más me duele escribir porque el origen de está página, muchos no lo sabrán, radica indirectamente en alguien como Ben Shepherd. Durante muchos, muchos, años fue mi bajista favorito, no por su destreza sino por su personalidad. Disfrutaba de sus rarezas en directo y me encantaba leerle en las contadas entrevistas que concedía y fue en una, durante la gira que hizo con Mark Lanegan para presentar "Scraps At Midnight" (1998), cuando contó cómo anotaba en una libreta los conciertos a los que había ido durante los setenta porque nadie iba a hacerlo por él. Así que, cuando en el escenario principal del Sonisphere de este año colgaban el logo del grupo tenía sentimientos encontrados, me explico: Vi a Soundgarden hace dieciocho años y ya eran un grupo en decadencia (las tensiones internas provocarían la separación poco después, no vamos a discutir sobre ello, por eso se separaron) pero, aún así, sonaban sólidos y recuerdo que me impactaron, sin embargo, al cabeza de cartel que he visto en este festival parecía un grupo de versiones. Todas, todas las reuniones de grupos de los noventa están siendo polémicas. Alice In Chains lo ha hecho maravillosamente bien, de Smashing Pumpkins y el desnortado Billy Corgan no podemos decir lo mismo y con Soundgarden se cumplía hace un par de días mi mayor miedo. Cuesta ver a todos estos grandes grupos de los noventa (a los que ya pudimos ver en su momento) volver ahora cumpliendo con todos los clichés y defectos de aquellos "grandes dinosaurios" a los que atacaban hace veinte años y es que, al final, todos son iguales, a todos los artistas (de una u otra calaña) les mueve lo mismo. 

Lo dicho, miles de camisetas del grupo y una tensión y una espera digna de los más grandes, es innegable la emoción que transmite ver a Thayil de nuevo sobre el escenario junto a Ben y atrás al inconmensurable Matt Cameron, incluso produce cierta impresión cuando aparece, el ahora insustancial, Chris Cornell y volvemos a verles juntos de nuevo.Y es que ver la estampa de los cuatro sobre un escenario sigue siendo algo magnético hasta que empiezan a tocar. Quizá "Searching With My Good Eye Closed" no es la mejor canción para abrir el concierto de un festival tras más de quince años separados, quizá esperábamos algo más contundente (no hablo de volumen, claro que no) pero aunque es una buena canción (cosa que nadie lo duda a estas alturas) no podría haber sido un inicio más tibio. ¿Por qué? La guitarra de Cornell (rítmica) come con sus inoportunos rasgueos a Kim que no despliega su encanto oriental en los remolinos de sus punteos, no se le escucha lo suficientemente alto y Cornell ni siquiera en una canción como ésta es capaz de afinar. Todos esos que se les llena la boca hablando de Chris como uno de los mejores cantantes del momento después de estar en este concierto me gustaría que hubiesen mantenido la calma e intentado ser objetivos, me gustaría que escuchasen las diversas tomas que por Internet circulan. Ni aún así pueden hacerse a la idea, sonó mal. El viernes, casi todas las actuaciones del escenario principal sonaron muy mal y Machine Head lo confirmó un poco más tarde...

Suena "Spoonman"y lo único que merece la pena es ver a Ben cantar delante del micro (que una vez acabada la canción le retiran), Cornell vuelve a no llegar en los agudos (y no estamos hablando del jodido "Painkiller" sino de "Spoonman") e incluso parece afónico en algún que otro momento, vuelvo a invitar a todos aquellos que no estuvieron a que vean algún videoclip en la red, la estampa de los cuatro totalmente rígidos, sin mirarse es dantesca. Cornell es incluso incapaz de mantener la nota en el alarido final; "Save meeee". Pero si lo hecho con "Spoonman" es, a todos luces, indigno de un cabeza de cartel y una leyenda como Soundgarden, lo de "Jesus Christ Pose" roza el delito, una canción tan densa e intensa, tan sólida como ésta es interpretada sin gracia alguna, con Chris aferrado a su guitarra (no sabe tocarla, damos fe de ello, hubo canciones en las que se colgó una Gibson y no hizo ni un rasgueo, únicamente agarraba el mástil) y Ben divertido mirando a Thayil desde lejos. Es una maravilla ver a Ben y al torbellino que es Cameron, tener a Kim sobre el escenario es un lujo pero no hay química, no hay más magia que con la que el mismo público quiera teñir la noche. Miro a mi alrededor, mucha gente se está yendo, la mayoría están charlando aburridos. Yo mismo estoy harto a la tercera canción.

"Gun" de puntillas y un "Blow Up The Outside World" tan farragoso y lento que desespera, ni siquiera los cambios de ritmo suenan tan emocionales como en el disco. Han pasado casi veinte años y es una estúpidez pedirles que vuelvan a tener treinta años pero hay directos de 1992 (sin ir más lejos, de la gira europea, en Francia) en los que "Searching With My Good Eye Closed" suena mística y llena de fuerza y algunos de su última  gira en los que incluso (¡incluso en aquella!) eran capaces de transportarte con "Blow Up The Outside World" o "Jesus Christ Pose" y es que los años han pasado por los tres (por Cameron no) y mientras Ben lo lleva con dignidad y sigue siendo el mismo de siempre, no puedo decir lo mismo (a pesar de todo el cariño que les tenga) de Kim Thayil (al cual no vi ni una sola vez aullar frente a sus pastillas) o Chris Cornell que parece aletargado, cansado y ajeno al concierto. Un sólo ejemplo; si llega a ser Eddie Vedder y sus Pearl Jam quienes hubiesen cerrado el festival estaríamos hablando de una noche especial, de un gran concierto, porque Vedder, McReady, Ament y Gossard son unas auténticas fieras en directo, Soundgarden ya no.

Pero lo peor estaba por llegar con una versión fallida de "Fell on Black Days" o "Hunted Down",  "My Wave" sonó vulgar y una de mis favoritas, la enorme "The Day I Tried to Live", sonó sin ganas (lo bueno fue escuchar esos fraseos de Ben al bajo) mientras que "Outshined" aburrió al personal y "Rusty Cage" demostró que si Johnny Cash pudo mejorarla doblándoles la edad y con tan sólo una guitarra acústica, lo de Soundgarden es la crónica de una muerte anunciada. 

Emoción del respetable ante la obvia "Black Hole Sun", la anodina "Live to Rise" y un final aburrido con "Slaves & Bulldozers", una gran canción que sonaba bien hace veinte años y ahora nos mostraba a un grupo cansado tras una hora y veinte de concierto, unos pocos minutos de acoples y zumbidos de Kim contra su amplificador y Ben tirando el bajo en el foso (quizá el único gesto llamativo de la última media hora) y Cornell huyendo como si acabase de pintar la Capilla Sixtina o fuese a dormir la resaca. El mal sabor de boca se tradujo en risas cuando, al día siguiente, muchos de los presentes en el concierto de Metallica decían que lo de Soundgarden había sido impresionante, la mejor actuación del festival pero, claro, esos mismos confundieron "Battery" con "One". Ojalá Ben se quede entre nosotros, Matt vuelva a Pearl Jam, Kim con su novia y Cornell se pierda, lejos, muy lejos. Sí, estuvieron los cuatro, se llaman Soundgarden, estuvieron las canciones pero no la magia, la química, como quieran llamarlo, la música es algo más y estos tipos ya no lo tienen.

© 2012 Jack Ermeister
(Foto superior de juantheflyfactory)

Concierto: Metallica (Madrid) 26.05.2012

SETLIST: The Ectasy Of Gold/ Hit The Lights/ Master Of Puppets/ The Shortest Straw/ For Whom The Bell Tolls/ Hell And Back/ The Struggle Within/ My Friend Of Misery/ The God That Failed/ Of Wolf And Man/ Nothing Else Matters/ Through The Never/ Don´t Tread On Me/ Whatever I May Roam/ The Unforgiven/ Holier Than You/ Sad But True/ Enter Sandman/ Battery/ One/ Seek And Destroy.

A estas alturas de la película de pocas cosas me asusto ya y menos aún si un concierto de Metallica está por el medio. En estos casos todos sabemos de buena tinta que se forman opiniones muy dispares, de todos los gustos y sabores; muchas veces dejándose llevar por las pasiones que desatan en determinadas personas (que no son pocas) estos cuatro grandísimos músicos; y otras, al contrario, marcadas por las fobias que ciertos individuos tienen a Hetfield y compañía (cuesta creerlo, pero todavía algunos no han superado la etapa del Master Of Puppets...a veces pienso y me pregunto si yo no seré uno de ellos).

A nivel personal tengo que decir que me gusta mucho Metallica, es uno de mis grupos favoritos y me encanta disfrutar de sus directos; siempre con ese sonido tan puro y perfecto, que solamente las grandes bandas saben apurar, y que combinado con un despliegue visual fascinante y con unos temas formidables, sales de allí convencido que has asistido a un evento formidable que perdurará en tu mente y en tu retina durante muchos días.

Hetfield durante esta gira, presentando de nuevo su "Black Album"
El problema surge cuando ya has asistido a unos cuántos conciertos del grupo y empiezan a surgir las odiosas comparaciones. Pero seamos sinceros, para saber si una cosa es buena o mala tenemos que compararla con otras, no queda otro remedio. Si dentro de esas comparaciones, le añadimos que vienes de ver un concierto de Slayer, la cosa se pone un tanto farragosa. De verdad, creo que nadie puede salir después de Slayer a tocar a un escenario, sea quien sea y se llame como se llame...y máxime después de un concierto como el que nos habían dado unos minutos antes que los cuatro jinetes saltaran a escena. Es imposible salir victorioso de tan cruenta batalla, es ridículo pensar que Hetfield y Ulrich pueden superar el "rodillo" al que nos sometieron King y Holt o intentar rebasar la "apisonadora" sonora que marca la estruendosa base rítmica de Araya y Lombardo.

Ya había visto a Metallica en seis ocasiones anteriores y la verdad que verles una séptima, teniendo como eje central el Black álbum, pues no me animaba del todo, dejándome un tanto apático e indiferente y he de confesar que no iba muy ilusionado. No nos engañemos, el álbum negro es un gran trabajo pero acaba por hacerse pesadito y un tanto indigerible en su parte final. Para esta gira han elegido tocar las canciones en orden inverso al que aparecen en el disco, empezando por "The Struggle Within" y finalizando por "Enter Sandman". Me parece acertado que hayan elegido ese orden, empezar con temas más cargantes y pesados y finalizar con los mejores y más conocidos.

Jamez en forma
(foto de Reuters)
Muy épico es el comienzo de "The Struggle Within", poniéndonos los pelos de punta al mostrarnos un vídeo con noticias y fotos de la banda en aquellos primeros 90 mientras de fondo suena la base de dicho tema. En "My Friend Of Misery" empiezan los problemas; Hetfield pierde el norte cuando pide a una parte del público que empiece a corear "oe oe oe", alargando el tema al doble de su duración. ¿Era esto necesario? Por un momento dudé si estaba en un concierto de Matallica o de Foo Fighters. A mí me parecen situaciones totalmente ridículas y desacertadas, que en el mejor de los casos te hacen perder cinco minutos de tu vida y que el grupo podría haberlos dedicado a tocar otra canción. Está fuera de lugar que un grupo de la talla y la magnitud de Metallica haga tonterías así. Es entonces cuando se me viene a la cabeza el concierto de Junio del 2007 en el BBK, en el que la banda nos brindó íntegramente, sin previo aviso y sin anestesia, el enorme "Master Of Puppets". Joder, menuda diferencia, como del cielo a la tierra.

"The God Tha Failed" suena muy poderosa al igual que "Through The Never", donde vemos y saboreamos a los verdaderos Metallica, esos cuatro tíos compactados y directos que nos gustan a todos. A "Of Wolf A Man" le tengo manía, nunca me ha gustado ni me gustará; además, el vídeo que le dedicaron para acompañarla era un tanto tedioso y aburrido que pasó con más pena que gloria. No eran más que fotogramas a toda leche sin sentido alguno ni argumento aparente. "Nothing Else Matters" ya está muy quemada, no estaría mal que algún día se animaran y decidiesen prescindir de ella; al igual que de "Sad But True", que lo único que la salva es ver a Hammet pasárselo como un enano mientras desgrana los riffs con su preciosa Jackson negra. "Enter Sandman" más de lo mismo, muy previsible con Hetfield cantando en la parte más saliente del Snake Pit y atiborrándonos con petarditos por aquí y fuegos artificiales por allá. Tema que como siempre marca el final de la parte principal de sus conciertos y marca el inicio del bis.

Trujillo en acción
(foto de DaniMetaz)
Antes de que el Black Album entrara en escena dio lugar la mejor parte del concierto, marcado por un poderoso inicio con "Hit The Lights" y un atronador "Master Of Puppets" recordándonos una vez más que cualquier tiempo pasado fue mejor. Brutal Ulrich en " The Shortest Straw", aunque le he visto en un estado de forma un tanto preocupante, más rellenito y con unos kilitos de más, lo que le dificulta aguantar el tipo en las partes más espídicas. Justo al contario que a James, que está mucho más delgado y en un estado de forma envidiable. Incluso su voz ha mejorado muchísimo en comparación con otros conciertos anteriores, tal y como pudimos ver en "For Whom The Bell Tolls", donde su entonación es mucho más potente y clara; y que gracias a Dios, no recuerda tanto a aquella que nos horrorizó en "St.Anger". "Hell And Back" de su Beyond Magnetic es simplemente una castaña, que aburrió hasta las piedras. Es penoso que toquen canciones tan malas como ésta cuando tienen en su haber cientos de temas mejores. Creo que nadie disfrutó de ella, ni siquiera las personas que asistían por primera vez a un concierto suyo...Si es que nadie puede divertirse con un bodrio así. Cualquiera que hubieran elegido de "Death Magnetic" les habría quedado mil veces mejor que una canción sosa y aburrida hasta decir basta. Con ella lograron difuminar de cuajo la magia que habían logrado despertar en mí hasta ese momento.

Y sí, conseguimos uno...
(los más jevis de la playa)
Magia que solamente se recuperó con "Battery", la mejor de todas. Qué sonido y qué fuerza desprende este tema. Ya desde la pista con sus acústicas sabes que va a paladear algo grande. Me dejaron sin palabras, para quitarse el sombrero. En "One" vuelven a la carga con las explosiones de petardos, y es el turno de sacar a escena una multitud de láser, al igual que sucedía con "That Was Just Your Life" en sus conciertos de pabellones, en la gira de presentación de su "Death Magnetic". Sí vale queda muy bonito y "super guay", pero es que llega un momento que no sabes si estás en un concierto de Metallica o en el "Space"...Y si la parte final del Black álbum era previsible, no os digo nada "Seek And Destroy": luces encendidas, balones de playa con el logo de la banda y todo el grupo saltando por la pasarela del Snakepit repartiendo púas a diestro y siniestro.

Sé que para los primerizos con Hetfield y Ulrich éste será uno de los mejores conciertos de su vida. Para los más obtusos con la banda simplemente será una basura más de las muchas que tienen. Para mí ha sido un buen concierto, a la altura de lo que se espera de una banda como Metallica, pero que no me encandiló ni me maravilló como en otras ocasiones, dejándome un tanto indiferente e impasible. En peores plazas hemos toreado...aunque en mejores también.

© 2012 Lord Of Fuckin' True Metal

Concierto: The Smashing Pumpkins (Madrid) 24.05.2012

SETLIST: Black Diamond (KISS)/ Zero/ Bullet With Butterfly Wings/ Today/ Starla/ The Beginning Is the End Is the Beginning/ Quasar/ Panopticon/ Tonight, Tonight/ Ava Adore/ Neverlost/ The Everlasting Gaze/ Oceania/ 1979/ Cherub Rock/ Muzzle/ Disarm/ Space Oddity (David Bowie)/ X.Y.U./ Black Diamond (KISS)

Esta crítica está pensada para los gordos, para los flacos, para los altos, para los bajos, para los que participan, para los que viven, para los que suman, para los que no se callan, para todos aquellos que creen hablar o escribir con propiedad sobre un artista o su obra, para esos que, mediante el insulto y el ataque, creen saber mejor que el que suscribe y pretenden dar clases y evidenciar las diferencias entre una crítica y una opinión porque, queridos míos, las críticas opiniones son y nunca, nunca, serán objetivas sino subjetivas y dependiendo del rasero con el que se midan más aún. Podrán retorcerse como gato panza arriba cuando lean lo que opino sobre los erráticos Smashing Pumpkins porque lo que es un hecho es que la carrera de Corgan está en pleno declive. Pero sigan leyendo, por favor, no se alteren porque no es algo que diga yo sino que está objetivamente comprobado; en decadencia.

Alcanzó su cénit con "Siamese Dream" (1993) y aquella maravilla llamada "Mellon Collie and The Infinite Sadness" (1995), erró con el bello y oscuro "Adore" (1998) y comenzó los estertores con "MACHINA/ The Machines Of God" (2000). ¿En qué me baso para tal afirmación? ¿Es acaso fruto de un visceral odio hacia el grupo de Chicago o de mi marcada ignorancia sobre ellos? Acudamos a su historia, cuando el grupo eclosionó y recogió los frutos de "Siamese Dream" convirtiendo a "Mellon Collie" en la bandera de su madurez artística eran cabezas de cartel de cualquier festival, sus singles copaban las listas, las "caras b" de éstos eran deliciosas, sus conciertos explosivos, oscuros y magistrales y, déjenme presumir un poco, yo estuve allí; estuve en aquellas giras y sufrí las avalanchas del público durante canciones, por aquel entonces nuevas, como "Zero", "Tonight, Tonight", "Bullet With Butterfly Wings", "Fuck You (An Ode to No One)" o "1979". Sí, estuve allí, incluso en una de sus pruebas de sonido. Pero sonrían, en ningún momento he dicho que "Mellon Collie" me parezca su mejor disco, no vivo en el pasado como muchos dirán, sólo comparo....

"Adore" fue el canto del cisne, un disco enorme e incomprendido con el que ya se empezaban a vislumbrar las crisis internas surgidas durante "Mellon Collie" y "MACHINA" el coletazo final. ¿Saben una cosa? ¡También estuve allí! ¡Dos veces! Hicieron una exclusiva gira europea de presentación del disco (antes de la mundial) y paladeé canciones como "The Everlasting Gaze" o "Stand Inside Your Love" que en directo sonaban abrasivas pero que en disco (y sintiéndolo mucho por Flood) sonaban saturadas y con una producción de mierda. No, en efecto, no soy técnico o ingeniero de sonido, tampoco productor ni nada por el estilo, soy algo mucho más importante; el público, quien decide. ¿Y cómo reaccionó éste? Pues mal, queridos míos, muy mal porque, aparte de una maniobra estúpida por parte de Corgan para acabar con el monopolio y repartir su música por Internet, las canciones de "MACHINA" eran buenas pero no lo que esperábamos de ellos y aquel "MACHINA II" sonaba a descartes de su anterior álbum, mediocre. ¿Les puedo confesar otra cosita más? ¡De nuevo estuve allí! En su supuesta última gira, anunciada a bombo y platillo, con un concierto innecesariamente largo y una primera parte acústica soporífera con Corgan vestido de blanco a base de grandes sábanas (como un davidiano cualquiera).

Después llegaron los aburridos discos en solitario, el fallido intento de ZWAN (sí, pueden adivinarlo, también estuve en aquellos conciertos) y las constantes noticias sobre lo perdido que estaba Corgan y sus actividades extra-musicales, una pena, pero lo peor estaba por llegar. "Zeitgeist" (2007) su supuesto retorno prometía más de lo que cumplía y tanto el disco como sus conciertos fueron decepcionantes (¿alguien recuerda el horror que supuso aquel cartel con The Killers?). Después, el caótico "Teargarden by Kaleidyscope" (2009) los constantes cambios de formación y la promesa de "Oceania" (2012), supuestamente, y según Corgan, el mejor disco de Smashing Pumpkins, claro, Billy, claro...

¿Acaso nadie se ha dado cuenta de que este señor ha perdido el norte? ¿De que sus pasos son caóticos tras la formación más estable de Smashing Pumpkins y aquel "MACHINA"? ¡Claro que después ha hecho buenas canciones y ha tenido algún acierto pero la sensación general es desilusión! Así que, siendo más fan que tú que lees esta crítica y con pocas ganas pero mucha ilusión, acudía a mi cita con Billy Corgan en un concierto "secreto" celebrado en Madrid (a tan sólo cinco meses del anterior, tildado por toda la crítica especializada de descafeinado, nostálgico y a ratos soporífero) para presentar los temas de "Oceania". Mi última oportunidad a uno de los artistas de mis desvelos, a uno de los dioses de los noventa, a aquel que mezcló la furia del Metal con el Rock Progresivo y el Alternativo y salió vencedor.

Por supuesto que a las puertas de la sala se palpaba la excitación de los asistentes, la mayoría de los que estábamos allí sabíamos del privilegio de poder verle en una sala tan pequeñita para su categoría. Una interminable hilera de gente y dentro más nerviosismo aún. ¡Es un concierto secreto con todas las entradas vendidas! ¿Qué más se puede pedir?

Con cierto retraso, sale Corgan y los suyos. Se echa de menos a D'arcy, a Iha y al bueno y bruto de Chamberlain, los nuevos Smashing no tienen carisma alguno, tocan bien, son buenos ejecutores pero no se sienten sobre el escenario a excepción de Nicole Fiorentino (ex-Veruca Salt) pero sigo echando en falta a la guapa y encantadora Melissa Auf der Maur.

El público, en su gran mayoría, está compuesto de treinteañeros nostálgicos que eran adolescentes cuando Corgan triunfaba por todo lo alto, el resto no tiene ni idea. Cuando Billy, vestido de manera ridícula (por lo menos sin sotana, túnica o pareo como solía hacer) y con una camiseta de Venom y su "Black Metal" (1982) se arranca con una versión de "Back Diamond" cantada por Byrne, el nuevo batería, los de mi alrededor se empeñan en cuchichear lo bien que está sonando la versión de Pantera. Entiendo que si te gustan los Smashing Pumpkings, KISS pueda resultar algo menos que exótico pero si Dimebag levantase la cabeza tocaría "Walk" para todos esos merluzos incapaces de distinguir "Black Diamond" de cualquier tema cantado por Anselmo.

Aunque suenan contundentes, Billy sabe que una versión de KISS desconcierta y hace despegar el concierto con "Zero", "Bullet With Butterfly Wings" y "Today". Todo un acierto tirar de nostalgia porque a esas alturas de concierto (los primeros veinte minutos) la gran mayoría del público está entregado y con ganas de más. La rareza de "Starla", la sólida "The Beginning Is the End Is the Beginning" y las innecesarias "Quasar" y "Panopticon", Billy vuelve a ser consciente del bajón y tocan "Tonight, Tonight" y "Ava Adore", la frenética "The Everlasting Gaze" y la absurda "Oceania"... No es malo tirar de los clásicos cuando uno siente que el público se ha desengachado, claro que no, y nos emocionan con "1979" y "Cherub Rock", la sorpresa llega con "Muzzle" y una versión intensa y efectista de "Disarm" (que según un chaval que tengo a mi lado es la mejor versión que ha escuchado en su vida pero, claro, le pregunto y es la primera vez que ve al grupo, algo no cuadra).

Para puro dislate del personal, interpretan un espacial "Space Oddity" de David Bowie que nadie parece reconocer, ponen la guinda con "X.Y.U." y vuelven al "Black Diamond" de KISS para despedirse. Desde luego, no se puede decir que no hayan sonado bien pero las nuevas canciones palidecen frente a los clásicos y la escasa reacción del público es aún más evidente cuando éste se desata con temas como "Zero" o "Disarm".

A la salida, Billy se entretiene charlando con un grupo reducido de fans (probablemente diez o quince, poca gente), es divertido verle atendiendo las preguntas con pose lánguida y afectada mientras bebe, pone cara de espanto cuando alguien le pide la vulgaridad de una foto o un autógrafo y prefiere responder las preguntas de unos pocos. Afirma pasarlo bien pero no querer acabar sus días tocando, se ve componiendo y grabando pero no haciendo giras interminables. Sale al paso con arrogancia cuando le preguntan qué le parece que muchos no hayan reconocido la versión de Bowie y afirma estar por encima de ello porque él quiere que pasemos un buen rato independientemente de si conocemos o no las canciones. ¿Pero qué hay de que venga a presentar en directo temas aún no publicados? Se alarma ligeramente cuando le dicen que ya los hemos escuchado, hay que aclararle que gracias a You Tube, nada de descargas, y vuelve a insistir en que no importa conocer las canciones, sólo que la gente las disfrute y pone el ejemplo de Nirvana; la primera vez que vio a Cobain en directo fue 1989, todavía no habían grabado muchos de sus éxitos pero la intensidad, la calidad y la pegada estaban ahí.

Siento decirte, Billy, que después de lo que hemos escuchado hoy, "Oceania" nunca tendrá la fuerza de "Nevermind" (1991), las nuevas canciones no aguantan el tipo frente a las clásicas y en directo aburren más que entretienen, una pena porque mi sexto concierto de tu grupo, es la última vez que te veré. Te lo advertí.

© 2012 Fukk Fairlane

Soy apenas el cartero...

De Bob Dylan nunca podré decir nada malo. Como artista o persona, me da igual, poco me importan sus contradicciones, sus períodos de mediocridad o cuando ha tomado decisiones poco acertadas o que no eran del agrado de su público.

No puedo decir qué le conociese o me iniciase en su obra a una determinada edad porque Dylan siempre ha estado ahí, incluso cuando no le conocíamos o afirmábamos saber de ninguna de sus canciones. Ambas opciones son, por supuesto, imposibles. Es como el viento, llega a todos los sitios incluso cuando crees que no porque no sientes frío. Es quizá (y con gran diferencia) el artista que más me inspira y aporta. Puedes escuchar sus canciones, tararearlas, tocarlas, cantarlas en la ducha o leer sus letras como el que lee un poema o novela  y siempre, siempre, encontrarás algo nuevo, un matiz, un significado, una sorpresa o un secreto al que nunca prestaste la debida atención y te sorprende en el momento más insospechado.

Con su música he celebrado, he reído y he cantado pero también he estado solo, he pensado y me ha acompañado en muchos momentos en los que no deseaba estar con nadie salvo con sus palabras.

Y es que, a pesar de su aparente apatía hacia el público, Dylan es intenso y sorprendentemente cálido y lo otro, esa antipatía, ese mirar huraño del que presume sobre las tablas es sólo apariencia, una capa con la que protegerse de la gran masa; esa que le da la oportunidad de tocar todas las noches pero que es capaz de aturdirle con sus gritos o aplausos en canciones que a veces requieren ser escuchadas con el debido silencio a pesar de ser tocadas ante una marabunta.

Él nunca ha entendido por qué ha generado tal magnetismo y siempre ha defendido el papel del músico en segundo plano, al servicio de la música (como ocurre con esas antiguas grabaciones de blues en las cuales no importa el artista y, muchas veces, son aficionados o músicos de la calle) pero sí la canción. "Yo no soy lo que importa. Lo que importa son las canciones. Yo soy apenas el cartero, soy el que las entrega"

Le he podido ver en muchas ocasiones (pocas para un dylanita, muchas para cualquier persona) y no cambiaría ni una sola de aquellas noches. Siempre son especiales.

Dylan morirá sobre los escenarios, le llegará su momento como él quiere, tocando una noche tras otra, una ciudad después de la anterior, con un público que no dejará de escucharle a pesar de no saber nada de su ídolo como él mismo dijo: "Yo no siento que conozcan ni siquiera una partícula de lo que yo soy o de lo que me preocupa. Es absurdo, gracioso y triste que toda esa gente dedique tanto de su tiempo a pensar en qué, sobre quién. ¿Sobre mí? Aprendan a vivir, por favor, están desperdiciando sus vidas"

Y tiene toda la razón, es cierto que, ninguno (ni siquiera los que pensamos que le debemos tanto), conocemos en realidad a esa persona que tanto admiramos y estimamos por encima de mucha de la gente que nos rodea día a día, es verdad, pero sólo me hace falta poner uno de sus discos o asistir a uno de sus conciertos para adivinar el verdadero secreto de su música: con ella no le conozco mejor a él (ni falta que me hace) pero sí que me conozco mejor a mí mismo. Muchas gracias, Bob. Feliz cumpleaños otro año más.

© 2012 J.Cano

Crítica: Watain "Opus Diaboli"

¿Por qué engancha tanto el Black Metal? Posiblemente nadie pueda responder a esta sencilla cuestión. Es algo muy difícil de explicar. Partimos del supuesto que no tiene mucho sentido que una música tan infecta y ratonera pueda emocionar tanto o más que cualquier otra. Resulta chocante, incluso irracional pensar de esta manera, pero los hechos están ahí y son ineludibles. No sé ni cuándo ni por qué me viene mi pasión por el género musical favorito de los seguidores del diablo y de los adoradores de los dioses vikingos. Simplemente puedo afirmar que este mundillo te atrapa de lleno y una vez que caes en él, como si de una poderosa droga se tratara, resulta complicadísimo escabullirse de él. En el Black metal, ver la luz al final del túnel se convierte en una verdadera utopía y en una desdicha. Estamos ante un género infame de oscuridad y tenebrosidad sin límite; donde casi siempre los artistas muestran muy pocas luces y si por el contrario demasiadas sombras.

Gracias a Dios (o al Diablo, según como se mire) esto no siempre es así, y como en cualquier otro estamento de la vida, a toda regla concurren dispares excepciones. Watain es una de ellas, posiblemente una de las más claras y llamativas. Danielsson y sus chicos son de lo poco bueno que tiene el Black Metal actual y moderno, siempre innovando e intentar ir un poquito más allá; y no quedarse por su parte anquilosados en baremos poco saludables y lozanos. Posiblemente ese buen hacer que tiene Erik viene en su mayoría heredado por su caída en Dissection y más concretamente por la amistad que tenía con su socio y fundador Jon Nodtveidt; un mago de la guitarra y uno de los primeros artífices en poner una nota disonante y de calidad a este movimiento fétido y apestoso. Erik, alumno aventajado del maestro, supo seguir al pie de la letra el evangelio de Jon (por lo tanto de Quorthon) formando una de las bandas más fantásticas y adictivas que tiene el Black Metal.

Trece años han transcurrido ya desde su formación en 1998 y desde entonces no han dejado de crecer. Cargan a sus espaldas con cuatro trabajos discográficos, entre los que se encuentra esa obra maestra del "black" que lleva por título "Lawless Darkness", que nos dejó a los amantes del género con la boca abierta y del que ya en su momento dimos buena cuenta aquí en Blogofenia. Todo un cinco estrellas que para mí marcó un antes y un después en el devenir de esta banda; pasando de ser unos simples extraños y desconocidos a hacer grandes giras, a uno y a otro lado del Atlántico, bien como cabezas de cartel de sus propios tours, bien acompañando a grupos de la talla de Behemoth o de In Solitude tal y como ha ocurrido en su última gira hasta la fecha , que hace pocos días les llevaba por toda la geografía americana en un tour auspiciado por la prestigiosa revista "Decibel"...Trece años dan para mucho y han considerado que era un buen momento para plasmarlo y enseñárnoslo en un trabajo que han titulado "Opus Diaboli".

Se trata de un dvd de una hora y media de duración en el que se alterna entrevistas a Erik con actuaciones de la banda en directo en una sala de nombre impronunciable y sita en algún lugar de Estocolmo. Las entrevistas no vienen subtituladas, aunque hay que decir que el inglés pausado y claro de "E" facilita mucho su compresión. Lo que me queda claro después de verlo, es que esta gente son auténticos adoradores del diablo, pero no sabéis hasta que punto. En el dvd se pueden apreciar diferentes momentos en los que su líder realiza diferentes rituales satanistas y de magia negra, que más bien poco o nada tienen que ver con la música, pero que dotan al momento de una teatralidad y dramatismo enormemente enriquecedor. Por ejemplo, me pone la piel de gallina escuchar la susurrante voz de Erik narrar las dos partes de las que consta el símbolo de Watain y su significado... Que si el tridente en la parte superior, que si la cruz en la parte inferior.

Que si el tridente es un símbolo de fuerza y de terror, en el que cada uno de sus "dientes" escenifica a cada uno de los tres miembros principales del grupo (E, P y H), mientras que la cruz, símbolo de odio y animadversión para muchos blackmetaleros, es la encargada de escenificar a los otros dos soldados que toman batalla en los directos de la banda (Set y A)...Como la cruz puede convertirse, no sin cierta deformación visual, en una "X", mientras que el tridente se transforman en unos simples y lánguidos monolitos. Juntando la "X" con los tres "palos" que forman el tridente ("III") se forma el número 13 en el lenguaje romano...mismo número que en las cartas del Tarot escenifica a un esqueleto en un campo, con una guadaña en sus manos y multitud huesos a sus pies. Es decir el número 13 en Tarot significa: "la muerte"...

...Apenas nombra Erik la palabra "Death" suenan las primeras notas de "Reaping Death", haciéndote saltar del sillón (no sabes si del susto o de la emoción de escuchar tan magnánimo tema). El sonido y la imagen que han logrado plasmar son alucinantes e imponentes; se nota los enteros que está ganando esta gente día tras día y disco tras disco. "Opus Diaboli" tiene una parte buena y otra mala. La mala es que el dvd sólo contiene una pequeña parte del directo de Estocolmo, concretamente 7 canciones (y se te hace un poquito corto...aunque ya se sabe el dicho de que "lo bueno si es breve..."). La parte buena es que dicho dvd viene acompañado de dos discos en directo con el show completo en directo. Ni que decir tiene que la actuación descarga la mayoría de su peso sobre el antes mencionado "Lawless Darkness", poniendo en jaque temas como Malfeitor, con un Erik sobresaliente y descarado; o la instrumental que da título al álbum, en este caso con un grupo totalmente uniformado y conjuntado, sonando todo a las mil maravillas y con un enjuague visual que ya quisieran muchas bandas, que poco tienen que ver con el Black Metal, para sí.

"Devil´s Blood" junto con "Stellarovore" son las encargadas de representar a "Sworn To The Dark" en el dvd, que en el audio se ve auspiciada e incrementada por "Storm Of The Antichrist". De las tres me quedo con el comienzo de "Stellarovore", distinto de la edición en el estudio, dejando de lado aquella intro operística de Erik, en este caso sustituida por un juego de guitarra y batería sobrecogedor y estremecedor. De su primer disco llama la atención la rapidez y la nitidez de "On Horns Impaled". Como es lógico no tiene todavía tan acentuado el elemento melódico que la banda ha ido generando e incorporando a su música con el devenir de los años, pero sí que posee la magia y el maleficio que sólo los genios saben inyectar y transmitir. Tres minutos de rabia y de dolor que conducen, en la versión audio exclusivamente, al tributo de uno de sus grupos favoritos...Quorthon y sus Bathory se ven homenajeados por una espectacular "A Fine Day To Die". ¿Qué título, verdad? Está claro que esto sólo puede ser fruto de mentes enfermas y resquebrajadas.

Su cuarto álbum suma y sigue con las apariciones estelares de "Total Funeral", que contiene uno de los mejores solos "made in" Set; o con la poderosa base rítmica de "Four Thrones", que en este caso haría temblar los cimientos de cualquier Iglesia o Basílica que se encontrara al alcance de tan funesta melodía. Aunque si hay un tema de Watain que está por encima del resto ése es "Waters Of Ain". Ellos lo saben y así nos lo muestran en un corte que sumándole el outro se va cerca de los 20 minutos de duración. Qué maravilla, que obra maestra tan magnífica ha parido este chaval de características más bien delgado y raquítico. Resulta increíble que un cuerpo tan pequeño pueda albergar tanta maldad y tanto dolor, del mismo modo que resulta apasionante poder ver y escuchar la esencia de Watain sobre un escenario. Sabiendo de su adoración por el número trece, seguramente el año que viene nos deparará alguna que otra sorpresa por su parte.

Así que no temáis, no os asustéis, que no os de miedo el Black Metal. No convirtamos a este estilo en el patito feo del Heavy. Estamos ante uno de los géneros más apasionantes y excitantes que esconde nuestra música. Watain no es un grupo más ni una banda cualquiera...darle una oportunidad y comprobaréis por vosotros mismos que estamos ante unos músicos muy grandes.

© 2012 Lord Of Metal

Concierto: Coldplay (Madrid) 20.05.2012

SETLIST: Back to the Future Theme (intro)/ Mylo Xyloto/ Hurts Like Heaven/ In My Place/ Major Minus/ Lovers In Japan/ The Scientist/ Yellow/ Violet Hill/ God Put A Smile Upon Your Face/ Princess of China/ Up in Flames/ Warning Sign/ A Hopeful Transmission (instrumental)// Don't Let It Break Your Heart/ Viva La Vida/ Charlie Brown/ Paradise/ Us Against the World/ Speed Of Sound/ Clocks/ Fix You/ M.M.I.X. (instrumental)/ Every Teardrop is a Waterfall/

Y los Coldplay más polémicos de los últimos diez años llegaron a Madrid, su única parada española (y digo polémicos por los ataques que "Mylo Xyloto" ha recibido, si antes tenían enemigos, ahora los han duplicado, es lo que tiene crecer y hacerse más y más grandes y llegar a más audiencia). No deja de sorprender que sea la segunda vez en menos de un año que pasan por la capital española haciendo caso omiso de otras ciudades y es que, al parecer, a Chris Martin no le hizo mucha gracia la cantidad de críticas que su último y controvertido concierto en Barcelona provocó. ¿Por qué? Chris y los suyos pretendían grabar el DVD oficial de la gira de "Viva La Vida" (2008) en el Estadio Olímpico Lluís Companys de Barcelona y todo apuntaba a que sería una velada inolvidable de no haber sido por los constantes problemas técnicos de sonido y los abucheos por parte de público. Capearon el temporal como pudieron (jodidamente bien, todo hay que decirlo) y a Chris se le quedó en la memoria, es por eso que, para presentar "Mylo Xyloto" (que a nosotros nos sigue pareciendo un álbum sensacional) no eligió Madrid por casualidad y, pese a la lluvia, protagonizaron uno de los conciertos más espectaculares que ha tenido lugar en la plaza de toros de Las Ventas. ¿Era, pues, necesario otro concierto en menos de un año en la misma ciudad?

Chris eufórico
(Foto de la Agencia EFE)
Sí, "Mylo Xyloto" es un gran álbum que crece poco a poco, con traspiés (para qué negarlo) y mucho menos inspirado que "Viva La Vida"o los inigualables "Parachutes" (2000) o "A Rush Of Blood To The Head" del 2002 (con el que también hicieron dos paradas en nuestra ciudad cuando todavía no eran el grupo masivo que son ahora) pero sigue siendo un álbum de "pop de estadio" (en el sentido más amplio del término), con todo lo bueno y lo malo que eso conlleva. Actualmente ver a Coldplay en directo es llegar a entender el por qué de su éxito, es presenciar la imparable ascensión de un grupo que quiere ser tan grande como U2 (y lo está logrando) y todavía puede que no haya llegado a su punto de inflexión. Coldplay, a diez años de su primer disco, son tan excitantes y refrescantes, polémicos y gigantescos como deberían de serlo Bono y The Edge si tuvieran aún ganas (siento las constantes e irritantes comparaciones con la banda irlandesa pero la carrera de Coldplay y la de los de Dublín guarda muchos puntos en común y escribir sobre uno es mencionar al otro en todo momento).  Todo el contrasentido, lo absurdo, la genialidad y la paradoja de cuatro chavales que se encuentran llenando estadios allá por donde pasan se han visto en su concierto madrileño.

Coldplay en Madrid
(Foto de la Agencia Efe)
Una noche lluviosa y fría, propia de una primavera que no termina de abandonarnos para mi octavo concierto del grupo (sí, has leído bien, sé de lo que escribo) y no podía haber sido mejor. Un buen montaje (la puesta de largo de "Mylo Xyloto") y un estadio como el Vicente Calderón lleno hasta la bandera (repleto de gente hasta en los accesos y todo un caos para poder entrar). ¿Dónde estaba toda esta gente cuando hace casi diez años Coldplay nos dejaban plantados cancelando en la misma noche del concierto a poco más de mil espectadores durante la gira de su primer disco ("Parachutes") para hacer un bolo en Londres? ¿Y cuándo tocaron en la gira del "A Rush Of Blood To The Head" y nos electrizaron a los pocos allí presentes con aquel "Politik" que sonó a gloria? El precio de llenar un estadio es grande porque entre sesenta mil personas hay mucho advenedizo que asiste al concierto como si de un evento de moda ineludible se tratase y hay pocos que disfruten con su música.

Una entrada espectacular con el tema principal de "Regreso Al Futuro" de Alan Silvestri y todos los treinteañeros suspirando al recordar a Marty McFly, "Mylo Xyloto" y a calentar con "Hurts Like Heaven" mientras descargan decenas de fuegos artificiales. Con "In My Place" se meten a la gente en el bolsillo y logran el primero coro al unísono de todo el estadio. "Major Minus" (intensa) y de nuevo un directo a la mandíbula con el éxito "Lovers In Japan" y toneladas de confeti. Chris, Jonny, Will y Guy lo tienen claro y no van a escatimar en ningún recurso. Si para ser grandes tenemos que hacer lo que ellos hacen, hagámoslo multiplicado por mil; más pantallas, más pasarelas, más iluminación, más guitarras, más confeti y pirotecnia que los propios Kiss, usemos tanto artificio que Rammstein parezcan unos aficionados. ¿Quieren rock? Lo tendrán con la versión de "God Put A Smile Upon Your Face" transformada en su particular "Where The Streets Have No Name" y, si quieren saber lo realmente grandes que podemos llegar a ser, hagamos titubear el ritmo del concierto con una innecesaria "Princess Of China" con la voz enlatada de Rihanna para luego resucitar y levantar a sesenta mil almas con tres canciones directas al estómago como "Viva La Vida", la genial "Charlie Brown" y la infantil pero resultona "Paradise" no sin antes emocionar a los más sensibles con la joya que es "Up In Flames" porque tenemos repertorio para tocar el corazón de todos y cada uno de los asistentes.

Y, para terminar, como si no hubiese ocurrido nada, se sacan el último As de la manga con "Clocks" (y mil efectos láser), "Fix You" (más fuegos artificiales) y la soberana horterada que es "Every Teardrop is a Waterfall" pero ante la que uno no tiene otra cosa que quitarse el sombrero y descubrirse porque en directo es una auténtica explosión de alegría. A día de hoy no hay una experiencia más vital y positiva que ver a Coldplay en directo, son una inyección de optimismo y con ellos parece que el verano ha comenzado porque hasta la lluvia nos respetó.

© 2012 Conde Draco

Crítica: Black Sabbath "Never Say Die!"

"Never say Die!" es quizá el disco más infravalorado junto con "Technical Ecstasy" (1976) de toda la discografía de Black Sabbath con Ozzy y, la verdad, es que es uno de los más atractivos a mi gusto. Desde la extraña portada, otra vez obra de Hipgnosis (¿qué significarán esos dos pilotos tan extraños?) hasta el contenido es atípico de nuevo (como en "Technical Ecstasy") para un grupo como Sabbath pero, mientras que en el anterior intentaban alcanzar la galaxia gracias a la incorporación de teclados, sintetizadores y la guitarra de Iommi sonaba más melodiosa y con solos y fraseos más cercanos a Guilmour, en "Never Say Die!" vuelven a cambiar y ahora se decantan por el rock más inmediato (que no crudo como el de "Sabotage" (1975) sino que están más cercanos al hard rock clásico de toda la vida. Llamadme loco pero la canción inicial suena a Thin Lizzy y su clásico "The Boys Are Back in Town" por los cuatro costados. En 1977, Ozzy está harto del grupo y sus últimos discos, llegando a calificarlos de deprimentes y termina abandonándolos así que Iommi, Geezer y Ward no se quedan quietos y reclutan a Dave Walker (ex-Fleetwood Mac) con el que incluso llegan a hacer una aparición televisiva y Ozzy comienza a barajar la posibilidad de hacer carrera en solitario pero, a los pocos días, vuelve a Black Sabbath (suponemos que el cariño y la nostalgia además de la falta de dirección le hicieron reconsiderarlo todo) para grabar el nuevo disco, la única condición que pone es que no quiere saber nada del material en el que hayan trabajado con Walker (¿os suena familiar esta historia con lo que ocurrió después con Dio, verdad?) poniéndoselo aún más difícil a Iommi y es que el grupo se encontraba auténticamente seco de ideas y abusando de las drogas como nunca antes.

Finalmente grabado en los Sounds Interchange Studios de Toronto (Canadá), "Never Say Die!" es un buen disco de rock y el tema homónimo que lo corona, aunque muy diferente a todo lo que había hecho Sabbath hasta la fecha (e incluso resulta difícil afirmar que sea el mismo grupo), es un buen tema y se disfruta con esas guitarras y ese ritmo, la voz de Ozzy suena rejuvenecida a ratos y resulta pegadizo con Ward golpeando a toda velocidad. El disco fue un sonoro batacazo en Norteamérica, sin embargo, en Inglaterra llegó al puesto número doce y, como recuerda el propio Ozzy, les consiguió una actuación en el Top Of The Pops. 

El titubeante comienzo de "Johnny Blade" pronto se ve roto por la batería de Ward pero el uso del sintetizador no ayuda demasiado, no termina de cuajar. No cumpliendo la promesa de no trabajar sobre material del tocado con Walker, "Junior's Eyes" implosiona con una batería marcial y seca sobre una guitarra de Iommi que más que notas parece maullar hasta la parte final en la que se rompe en mil pedazos y suena un solo que, eso sí, se apaga rápidamente...

Las guitarras de "Hard Road" emocionan cuando comienzan a sonar pero rápidamente se adhieren a un ritmo impropio de los Sabbath más oscuros y pesados, todo lo contrario que "Shock Wave", con un riff y un punteo bastante más dignos (aunque siga siendo rock clásico y no nada lejanamente parecido a Metal) y la voz de Ozzy secundada por los inusuales coros de Iommi y Butler, suena pegadiza y electrizante.

Mi favorita (junto con "Never Say Die!") es "Air Dance" de nuevo por el uso de las guitarras. ¡Qué lejanos parecen quedar los tiempos de los primeros Sabbath y no habían pasado apenas ni diez años! Una buena guitarra acústica y un piano tintineante sirven de base a la melodía de la voz de Ozzy que suena limpia y magnífica (y es que Osbourne es un cantante imperfecto pero que transmite con su garganta). "Over To You" suena un poco estática y sin gracia, se hace lenta y monótona a pesar de los arreglos y las estupendas líneas de bajo de Geezer.

Y llegamos al siniestro "Take Five" de Sabbath, "Break Out" es una canción extraña y deslabazada con esos arreglos de metal y orquestales, ese toque jazzy latino que no le sienta nada bien y es, por supuesto, la canción de la discordia ya que fue el momento en el que Ozzy dijo que no podía más, que añadir a un grupo de jazz no tenía sentido y habían llegado demasiado lejos, el auténtico motivo (según él mismo en sus memorias) de que Ward cante en "Swinging The Chain" y es que The Madman no podía seguir.

No es que los Sabbath se tirasen los trastos a la cabeza durante la gira que siguió a "Never Say Die!" es que, directamente, no se hablaban. Pero, tal y como recuerda Ozzy, también fue un buen momento en sus vidas; conocieron a Bob Marley y contrataron a Don Arden (por lo que Sharon entró en sus vidas y, más en concreto, en la de Ozzy). Nuestro protagonista todavía lo recuerda al detalle, fue el 27 de Abril de 1979 cuando recibió una llamada de Bill despidiéndole. Los Black Sabbath originales acababan su camino pero, más tarde, llegarían Dio y Randy, la historia continuaba. ¡Y vaya historia!

© 2012 Fukk Fairlane

Crítica: Black Sabbath "Technical Ecstasy"

Corre el año 1976 y Black Sabbath se descuelgan con "Technical Ecstasy" (grabado en los estudios Criteria de Miami), un disco diferente y el más rupturista hasta la fecha (si tenemos en cuenta que venían de las turbulentas aguas de "Sabotage" (1975) y sus seguidores y toda la crítica esperaban una nueva vuelta de tuerca. ¡Vaya si "Technical Ecstasy" lo fue! Leyendo las memorias de Ozzy me doy cuenta de que, cuando estaba empezando, afirmaba que la música de Pink Floyd era para universitarios millonarios y, no quitándole la razón por la gracia que me hace todo lo que Ozzy suelta por su boca, no deja de resultarme curioso que en este disco se adentrasen en terrenos tan impropios para ellos mismos y cercanos a Waters y Guilmour. Para empezar, la portada corre a cargo de  Hipgnosis (un nombre clave para entender todo el "artwork" de los Floyd) en la cual, según han explicado en varias ocasiones, representa a dos robots copulando en unas escaleras mecánicas (bendito uso de las drogas...) Pero el cambio sufrido por Sabbath no acaba ahí sino que pasan de ser un cuarteto a quinteto con la incorporación de Gerald Woodruffe a los teclados y su sonido se vuelve más cristalino, las guitarras siguen estando y los riffs sonando como siempre pero algo ha cambiado en su concepción del sonido.

Quizá este es el motivo por el cual se considera que "Technical Ecstasy" es el primer traspié del grupo y las primeras escapadas de Ozzy. El álbum no colmó las expectativas de sus seguidores y la crítica lo maltrató a pesar de contener algunas canciones clásicas del grupo. Sabbath se olvidan del diablo y el ocultismo, del cristianismo y de todo lo cantado y predicado anteriormente para bajar a la tierra y cantar sobre temas más mundanos e infinitamente más corrientes. Sus riffs pierden fuerza en favor de la melodía de los sintetizadores y los solos de Iommi ya no están poseídos por lo primitivo y la crudeza del principio asemejándose más a Guilmour que a los Sabbath del 69.

Aún así es indudable la pegada de "Backstreet Kids" y la fuerza de su guitarra aunque abusen de los sintetizadores hacia la mitad de la canción. Ozzy berrea más agudo que de costumbre en lo que es toda una declaración de principios; "I'm just another back street kid, Rock'n'roll music is the only thing I really dig" 

Sin embargo, "You Won't Change Me" recupera la nota maldita de Sabbath y nos devuelve a los de siempre,  a los de su primer disco, pero acompañados por los macabros teclados de Woodruffe. Quizá la más intensa del conjunto con Ozzy haciéndonos vibrar como nunca y Tony disfrutando de esos acordes abiertos tan poderosos, hasta ahora poco usuales en Sabbath, que le dan un toque glorioso a la canción. Emocionante e intensa. El solo de Iommi es para quitarse el sombrero desde el primer segundo, la primera nota.

"It's Alright"es tan diferente que al principio sorprende, más cercana a los Beatles que a Sabbath con la novedad de que Ward vuelve a ser la voz principal (como en "Solitude"), bonita y optimista pero muy diferente a lo que se esperaba de Sabbath en 1976 a pesar de ser un gran canción (aunque no para un grupo como Sabbath). "Gypsy" es un alarde de percusión con buenas guitarras y un estribillo lleno de coros beatle con el piano marcando el tempo. ¡Qué sorpresa pero qué diferente para los cuatro de Birmingham ahora convertidos en quinteto! "All Moving Parts (Stand Still)" recuperate la esencia hard-rock de los setenta con un excelente trabajo de Tony a las guitarras y una progresión dividida en varias partes bien diferenciadas en las cuales la guitarra parece volverse loca cambiando constantemente de riff mientras el teclado de Woodruffe la sigue para acabar en un solo verdaderamente genial.

"Rock 'N' Roll Doctor" suena divertida pero, valorando positivamente la parodia a lo Spinal Tap, poco queda ya de Black Sabbath en este tema y son una banda de Rock N' Roll arquetípica con todo lo bueno y lo malo que esto sugiere y es que, a estas alturas (aunque sonando muy bien), parecen haber perdido esa maldad, ese poso diabólico suyo tan característico. Y esto se confirma en la balada "She's Gone", bonita y sentida pero cuyos arreglos terminan por saturar a pesar de la preciosa guitarra acústica. Para acabar con "Dirty Women", la más conocida del disco y todo un "must" en los conciertos del grupo (quizá le afecte negativamente la duración) con Ozzy aullando a la luna, y nunca mejor dicho, en busca de mujeres. Black Sabbath a un paso de la ruptura o de una nueva aventura, un disco al que el paso del tiempo ha colocado en su justo lugar y ha elevado sustancialmente por encima de la malas críticas que recibió en su momento. Ya no se hace este tipo de música...

© 2012 Jim Tonic