Concierto: Joe Satriani (Madrid) 01.10.2015

SETLIST: Shockwave Supernova/ Flying in a Blue Dream/ Ice 9/ Crystal Planet/ Not of This Earth/ On Peregrine Wings/ Friends/ Time/ If I Could Fly/ Butterfly and Zebra/ If There Is No Heaven/ Cataclysmic/ Crazy Joey/ All of My Life/ Drum Solo/ Luminous Flesh Giants/ Always With Me, Always With You/ God Is Crying/ Goodbye Supernova/ Satch Boogie/ Big Bad Moon/ Surfing With the Alien/ 

Siempre hay algo que me sorprende cuando tengo la oportunidad de conocer a un artista que admiro y es que los grandes, los realmente grandes, son tan humildes y sencillos en las distancias cortas que le hacen sentir a uno extrañamente cómodo (como puede ocurrir con otros guitarristas como Steve Vai, Paul Gilbert o Joe Bonamassa, por supuesto no con Yngwie Malmsteem). Así, Joe Satriani se sorprendía cuando le decía que nos habíamos cruzado hace veinte años cuando él acababa de publicar el homónimo "Joe Satriani" (1995) y yo, siendo un adolescente, me acerqué a conocerle en el difunto Madrid Rock para que me lo firmase, obviamente no buscaba que se acordase de un chaval de hace veinte años pero la respuesta que me dio me sorprendió aún más que si se hubiese acordado de todos y cada uno de los que aquella tarde le estrechamos la mano; "gracias por seguir mi trabajo y apoyar mi música durante tantos años, es un lujo tener seguidores así". Divertido y sonriente, poco hablador pero cercano y ajeno a su propia leyenda, Joe te hace creer que nada tiene importancia, que todo es natural, te estrecha la mano y aguanta las palmadas en los hombros de todos y cada uno de los que le pidan una foto o un autógrafo pero hay algo en su mirada que cambia cuando se pone sus gafas de sol y da un paso en las escaleras hacía el escenario. Entonces, Joe deja de ser él y se convierte en Satriani. Mike Keneally se calza sus Stratocaster o una Gibson SG, Bryan Beller su bajo y el impresionante Marco Minnemann se sienta sonriendo tras su batería y comienza la espacial animación de la introducción, los focos se vuelven locos y cuando Satriani se hace visible para el resto del público, hace tiempo que dejó de ser humano para convertirse en un extraterrestre vestido de negro que con sus Ibanez nos dejará sin habla durante todo el concierto. 

Todo el Circo Price estalló y le recibió entre aplausos pero los armónicos de "Shockwave Supernova" pronto nos hicieron callar, toda la canción junto al juego de luces y la propia pirotecnia de un músico con una técnica tan apabullante como la de Satriani convirtieron el Price en un nave espacial y así entendimos el viaje en el tiempo que supuso "Flying In A Blue Dream" o "Ice 9", poca gente apreciará que el noventa por ciento del concierto, Satriani  -protegido tras sus gafas-, lo pasará con los ojos cerrados, dejando que sus dedos hagan el resto mientras él es transportado entre las estrellas pero no faltarán sonrisas o complicidad con el multiinstrumentista que es Mike Keneally o el estupendo bajista que es Beller porque lo de Marco, lo del "aristocrat", no es de este mundo tampoco y merece un capítulo aparte.

"Not Of This Earth" nos hace tomar tierra suavemente pero pronto recuperaremos el vuelo con "On Peregrine Wings", de su último trabajo "Shockwave Supernova", en la que su ritmo brasileño y el virtuosismo de los músicos nos atrapará por completo. "Friends" de "The Extremist" (1992) suena fabulosa, como si el tiempo no hubiese pasado por ella y el puntito nostálgico y emocional lo rematan las entrañables fotografías a sus espaldas. Una de mis favoritas, "Time" con su duro riff entra en escena pero Satriani disfrutará dejándonos con la boca abierta gracias a su rapidez sobre el mástil y en la archifamosa "If I Could Fly" (que llevaría a Coldplay a los tribunales y acabaría en tablas) todos sonreímos extasiados.

Pero todavía quedarían momentos de exquisita belleza como "Butterfly And Zebra" o "la historia de amor entre dos bellos animales" -como la presentó, o "If There Is No Heaven". Disfrute muchísimo de "Cataclysmic" y su toque oriental, sumado al goce que es tener a dos metros de ti a músicos así interpretándola y la divertida locura de "Crazy Joey" en la que Satriani hizo hablar a su Ibanez (o, por lo menos, a una de ellas porque dispone de todo un arsenal) no sin antes lanzarse de cabeza a un precioso tapping sin esfuerzo para volver a conmovernos con "All Of My Life". ¿Sabéis cuando llega el momento del solo de batería en el que todos los músicos aprovechan para descansar, la gente para ir a la barra o a los servicios y uno mira de reojo el reloj? Pues esa noche no fue así; Marco Minnemann nos apabulló, nos divirtió y entretuvo, nos dejo pasmados, con la boca abierta  y los ojos como platos cuando nos demostró que él tampoco es de este mundo y su facilidad para el instrumento no tiene por qué traducirse en el aburrimiento que supone el solo de batería de muchos músicos que lo convierten en poco menos que un mero trámite. Por suerte, veremos de nuevo a Marco en nuestro país con The Aristocrats en poco tiempo.

"Luminous Flesh Giants" y la preciosa y atemporal "Always With Me, Always With You" remataron una noche en la que "God Is Crying", "Goodbye Supernova" o la nerviosa "Satch Boogie" y sus incansables riffs ponían la guinda y hacían abandonar el escenario a unos músicos extraordinarios que, para colmo, parecen pasárselo bien y disfrutar en el escenario. Las primeras filas invadidas, un mar de aplausos, los de seguridad nerviosos para que nadie se acerque al escenario. Los roadies colocan un micro adicional (un Shure Green Bullet) y Satriani y los suyos vuelven al escenario, es el momento de "Big Bad Moon" de Flying in a Blue Dream (1989) en la que Joe suena a ZZ Top más que nunca y, además de cantar, se lanza a tocar la armónica, con un puntito de distorsión, como si estuviese poseído. Desde luego, si lo que quería era aumentar la excitación del público lo logró cuando la convirtió en un improvisado slide y el Circo Price en un bar de carretera lleno de bourbon y cigarrillos.

Todos de pie y Satriani sonriente, en ese momento la pantalla parece estallar en mil colores y aparece Silver Surfer (o Estela Plateada, como es conocido en muchos países) y es el momento de hacer sonar "Surfing With The Alien" y volvernos locos a todos. Satriani, Marco, Beller y Keneally se abrazan, reverencian, aplauden y se despiden de la gente en mitad de una lluvia de púas y baquetas. Dos horas de viaje a otros mundos, dos horas surfeando con el extraterrestre; ése que se esconde tras un gorro o unas gafas pero cuyas manos no pasan desapercibidas. Cuesta no entusiasmarse con un genio como Satriani...

© 2015 Jim Tonic