Crítica: Black Sabbath "Technical Ecstasy"

Corre el año 1976 y Black Sabbath se descuelgan con "Technical Ecstasy" (grabado en los estudios Criteria de Miami), un disco diferente y el más rupturista hasta la fecha (si tenemos en cuenta que venían de las turbulentas aguas de "Sabotage" (1975) y sus seguidores y toda la crítica esperaban una nueva vuelta de tuerca. ¡Vaya si "Technical Ecstasy" lo fue! Leyendo las memorias de Ozzy me doy cuenta de que, cuando estaba empezando, afirmaba que la música de Pink Floyd era para universitarios millonarios y, no quitándole la razón por la gracia que me hace todo lo que Ozzy suelta por su boca, no deja de resultarme curioso que en este disco se adentrasen en terrenos tan impropios para ellos mismos y cercanos a Waters y Guilmour. Para empezar, la portada corre a cargo de  Hipgnosis (un nombre clave para entender todo el "artwork" de los Floyd) en la cual, según han explicado en varias ocasiones, representa a dos robots copulando en unas escaleras mecánicas (bendito uso de las drogas...) Pero el cambio sufrido por Sabbath no acaba ahí sino que pasan de ser un cuarteto a quinteto con la incorporación de Gerald Woodruffe a los teclados y su sonido se vuelve más cristalino, las guitarras siguen estando y los riffs sonando como siempre pero algo ha cambiado en su concepción del sonido.

Quizá este es el motivo por el cual se considera que "Technical Ecstasy" es el primer traspié del grupo y las primeras escapadas de Ozzy. El álbum no colmó las expectativas de sus seguidores y la crítica lo maltrató a pesar de contener algunas canciones clásicas del grupo. Sabbath se olvidan del diablo y el ocultismo, del cristianismo y de todo lo cantado y predicado anteriormente para bajar a la tierra y cantar sobre temas más mundanos e infinitamente más corrientes. Sus riffs pierden fuerza en favor de la melodía de los sintetizadores y los solos de Iommi ya no están poseídos por lo primitivo y la crudeza del principio asemejándose más a Guilmour que a los Sabbath del 69.

Aún así es indudable la pegada de "Backstreet Kids" y la fuerza de su guitarra aunque abusen de los sintetizadores hacia la mitad de la canción. Ozzy berrea más agudo que de costumbre en lo que es toda una declaración de principios; "I'm just another back street kid, Rock'n'roll music is the only thing I really dig" 

Sin embargo, "You Won't Change Me" recupera la nota maldita de Sabbath y nos devuelve a los de siempre,  a los de su primer disco, pero acompañados por los macabros teclados de Woodruffe. Quizá la más intensa del conjunto con Ozzy haciéndonos vibrar como nunca y Tony disfrutando de esos acordes abiertos tan poderosos, hasta ahora poco usuales en Sabbath, que le dan un toque glorioso a la canción. Emocionante e intensa. El solo de Iommi es para quitarse el sombrero desde el primer segundo, la primera nota.

"It's Alright"es tan diferente que al principio sorprende, más cercana a los Beatles que a Sabbath con la novedad de que Ward vuelve a ser la voz principal (como en "Solitude"), bonita y optimista pero muy diferente a lo que se esperaba de Sabbath en 1976 a pesar de ser un gran canción (aunque no para un grupo como Sabbath). "Gypsy" es un alarde de percusión con buenas guitarras y un estribillo lleno de coros beatle con el piano marcando el tempo. ¡Qué sorpresa pero qué diferente para los cuatro de Birmingham ahora convertidos en quinteto! "All Moving Parts (Stand Still)" recuperate la esencia hard-rock de los setenta con un excelente trabajo de Tony a las guitarras y una progresión dividida en varias partes bien diferenciadas en las cuales la guitarra parece volverse loca cambiando constantemente de riff mientras el teclado de Woodruffe la sigue para acabar en un solo verdaderamente genial.

"Rock 'N' Roll Doctor" suena divertida pero, valorando positivamente la parodia a lo Spinal Tap, poco queda ya de Black Sabbath en este tema y son una banda de Rock N' Roll arquetípica con todo lo bueno y lo malo que esto sugiere y es que, a estas alturas (aunque sonando muy bien), parecen haber perdido esa maldad, ese poso diabólico suyo tan característico. Y esto se confirma en la balada "She's Gone", bonita y sentida pero cuyos arreglos terminan por saturar a pesar de la preciosa guitarra acústica. Para acabar con "Dirty Women", la más conocida del disco y todo un "must" en los conciertos del grupo (quizá le afecte negativamente la duración) con Ozzy aullando a la luna, y nunca mejor dicho, en busca de mujeres. Black Sabbath a un paso de la ruptura o de una nueva aventura, un disco al que el paso del tiempo ha colocado en su justo lugar y ha elevado sustancialmente por encima de la malas críticas que recibió en su momento. Ya no se hace este tipo de música...

© 2012 Jim Tonic