Crítica: Black Sabbath "Sabotage"

"Sabotage" (1975) nace de la necesidad de hacer rock tras un disco tan rimbombante como "Sabbath Bloody Sabbath" (1973) en el cual el grupo se sumergió en las profundidades de las orquestaciones, teclados y sintetizadores. También es el primer disco que tardan más de la cuenta en publicar (hasta este momento habían sacado disco por año) pero esto no es debido a una falta de creatividad por parte de la banda sino a las tensiones internas provocadas por la marcha de su manager Jim Simpson y el proceso legal que le siguió. De nuevo usando la "ese" alemana más conocida de la Segunda Guerra Mundial, el grupo posa frente a un espejo luciendo sus mejores galas de la época, para muchos es el disco que cierra la etapa más gloriosa de la banda (con permiso de Dio) y deja entrever el declive de un grupo que, se supone, comenzaba a desintegrarse. Saludado por la Rolling Stone (norteamericana, por supuesto) como el mejor disco de Sabbath desde "Paranoid" (1970) y criticado como el mejor disco del grupo por la gran mayor parte de la crítica especializada. "Sabotage" (a pesar de su terrible portada) encierra la auténtica esencia de la madurez compositiva que ya se dejó entrever en "Sabbath Bloody Sabbath" (1973) y, aunque no llegó a lucir en las listas como debiera, contiene algunos clásicos incontestables como "Hole In The Sky".

¿Cuáles son las grandes diferencias entre "Sabotage" y sus anteriores? Muchas, demasiadas para poder tenerlas todas en cuenta. Vuelven a la urgencia de sus primeros riffs y la crudeza del formato provocado por la unión de guitarra, bajo y batería pero esto no quiere decir que olviden lo aprendido hasta la fecha y olviden los teclados, sintetizadores, orquestaciones, las guitarras acústicas y otros instrumentos menos comunes pero éstos pasan a un segundo o tercer plano y ser únicamente utilizados como arreglos, cuando la canción los necesita, y no a llegar a teñirlo casi todo por completo como ocurría en "Sabbath Bloody Sabbath". En "Sabotage" las canciones no caminan a solas, se unen a lo largo de todo el disco como una gran suite (al más puro estilo "setentas") esto que, si bien no es una novedad y Sabbath no inventa la rueda (porque me niego a admitir que ningún otro grupo no lo hubiese hecho hasta la fecha, no hace falta más que escuchar a los Floyd, Genesis o la cara b del glorioso "Abbey Road" de los Fab Four) sí que supone un cambio en el grupo muestra un claro deseo de crecer porque, como ellos mismos reconocieron, podrían haberse enquistado en el genial estilo "Sabbath Bloody Sabbath" y haberse dedicado a recoger los frutos en forma de elogios y billetes pero no, Black Sabbath era un grupo "vivo" y tenía la misma necesidad de evolucionar que de respirar.

"Hole In The Sky" es una de mis favoritas con ese virulento y salvaje comienzo que destila Rock N' Roll, no es Metal es sólo Rock, más cercano a Queen que a toda su carrera anterior. Las guitarras suenan abrasivas y menos sólidas, mucho más agudas e hirientes pero sin abandonar lo primitivo de su sonido. La voz de Ozzy suena sobrenatural cuando canta eso de; "Hole in the sky, gateway to heavenWindow in time, through it I fly" alargando la nota de esta última palabra hasta hacernos creer que, en efecto está despegando. Otra novedad de este "Sabotage" son esos pasajes instrumentales llenos de sosiego a los que el grupo nos tenía acostumbrados y que en este disco suenan por muy debajo, en cuanto a volumen, de los temas principales. Así, en "Don't Start (Too Late)" hay que prestar atención o subirlo al máximo para poder apreciarlo, todo una trampa que te hace caer electrocutado cuando, de manera súbita (igual que acababa "Hole In The Sky") comienza a sonar "Symptom Of The Universe".

¿Es "Symptom Of The Universe" el orígen del thrash? Rapidez a las seis cuerdas con un sonido cazallero y malvado mientras Ward se deleita siguiendo a Tony y parando únicamente para redoblar por toda su batería. "Megalomania" son diez minutos de opereta metálica con crujientes y mordientes notas sobre un inicio verdaderamente megalomaníaco con momentos llenos de calma en los que las progresiones aceradas de las manos de Iommi parece que pretenden arrancar la guitarra como si de una moto se tratase. Un cáliz de sensaciones y estilos e incluso, si me apuran, influencia soul en la parte central, justo antes del solo. Diez minutos apabullantes y ligeramente espaciales en los que Sabbath volvían a demostrar una vez más (y sin necesidad) que podían hacer complejas y elaboradas canciones más propias de King Crimson o unos Pink Floyd malvados que de todos los grupos que, en décadas posteriores, les mencionan como influencia.

"The Thrill Of It All", sin embargo, está más cerca del blues que del rock progresivo, hasta el minuto tres en el que el potente riff de Tony se mezcla con el sintetizador. Pero será en "Supertzar" en donde realmente nos demos cuenta de que algo ha ocurrido en Black Sabbath y en donde paren toda esa serie de subgéneros oscuros, góticos y barrocos que mezclan clasicismo con la dureza de sus guitarras porque en "Supertzar" el coro es el protagonista de una canción en la que Sabbath únicamente hacen de acompañamiento y juegan al más difícil todavía cuando las voces intentan seguir a Iommi con sus punteos, algo imposible que aquí se materializa creando curiosas texturas y uno de los temas más diferentes de toda su discografía. Aunque, obviamente, no es de mis favoritos, se agradece la ruptura y lo refrescante de su propuesta.

Como ocurre con "Am I Going Insane (Radio)" que, aunque no logró escalar en la listas como se esperaba,  sí consigue contagiar con su supuesto brillo mientras Ozzy acaba repitiendo "tell me people...am I going insane?" entre risas y carcajadas pregrabadas, espeluznante, que llegan hasta "The Writ", la segunda pieza más larga de "Sabotage" con una parte inicial en la que Ozzy fuerza su garganta hasta un registro poco habitual en él, muy agudo. La canción evoluciona hasta acabar sonando Beatle o brianwilsoniana mientras Osbourne parece ladrar para volver de nuevo a la solidez de las notas de Iommi y acabar la canción desvaneciéndose entre riffs hasta que, en los últimos treinta segundos, nos regalan "Blow On A Jug" a medias entre Ozzy y Ward haciendo el cafre. "Sabotage" es el comienzo del fin, dos discos más y llegaría Dio pero Black Sabbath seguían haciendo historia.

© 2012 Jack Ermeister