Blogozarro #5 "Dooby-dooby-doo..."

"Lover at first sight, in love forever, It turned out so right for strangers in the night... Dooby-dooby-doo..."


Cuando era pequeño, había algunos momentos que eran sagrados para un niño después de acabar las clases, antes de hacer los deberes; el primero, merendar. El segundo, ver los dibujos. Todo era mucho más sencillo por aquel entonces... Únicamente había unas pocas cadenas y, a las cinco y media de la tarde, acababan las películas de  sobremesa y los, por aquel entonces, escasos programas de prensa rosa, además no eran tal y como los conocemos ahora (con gritos y constantes ataques y faltas de respeto) sino que eran tranquilos debates o conversaciones en torno a un mesa, todo en un tono tan distendido como aburrido para los niños de la casa. Pero acababan puntuales y, tras un breve avance de las noticias, comenzaban a echar dibujos animados hasta las ocho y media, cuando comenzaban los concursos, los resúmenes deportivos y uno entendía que le quedaba poco para cenar, acostarse y menos aún para terminar lo que le habían mandado en clase; un suplicio que acabábamos con prisas y de mala gana.

Vimos todo tipo de dibujos; nuevos y reposiciones, más adelante y más mayores fuimos testigos escépticos del moderno manga japonés  pero nuestros favoritos siempre fueron los de toda la vida, aquellos que, sin saberlo, ya habían visto y disfrutado nuestros padres y hermanos mayores (para los que los tuvieran) cuando tenían nuestra edad. Uno de mis favoritos, de nuestros preferidos, era Scooby Doo.

Inspirada en la serie "The Many Loves of Dobie Gillis" ("Los muchos amores de Dobie Gillis") de 1959, cuyo eje principal era Dobie Gillis (Dwayne Hickman), un adolescente falto de popularidad y su compañero Maynard G. Krebs (Bob Denver, también famoso por su personaje en "La Isla de Gilligan", la serie favorita de ALF y cuya perilla sería la clásica de Shaggy), Scooby Doo fue la alternativa de Fred Silverman (presidente de la CBS) para conseguir más audiencia en la mañana de los sábados y acallar a la "Action for Children's Television" que consideraba demasiado violentos los contenidos que se programaban para los niños. Ni que decir tiene que sería interesante conocer su opinión de la evolución de las series de animación y su drástica evolución desde los noventa hasta ahora y saber que podrían opinar de "Family Guy", "American Dad" o "South Park". Las series de ahora quizá sean más innovadoras en algún sentido que no llego a entender, a lo mejor ya no se tratan de "dibujos animados" sino de series para adultos bajo un envoltorio animado y supuestamente inteligente rozando las transgresión más artificial pero lo que es innegable es que no tienen el encanto de aquellas series de los sesenta y setenta, algo en lo que todos estamos de acuerdo.

Así, Silverman tomó "The Many Loves of Dobie Gillis" y "I Love Mistery" queriendo mezclar comedia con misterio y terror. Le encargó a William Hanna y Joseph Barbera (los famosos Hanna & Barbera) la creación de los personajes con la ayuda de los guionistas Ken Spears y Joe Ruby e Iwao Takamoto a los bocetos.

Llamado originalmente "Mysteries Five" ("Cinco Misterios") la idea era que Scooby no hablase, por aquel entonces se llamaba "Too Much", y el resto de la pandilla eran cinco adolescentes rockeros (cuya banda se llamaba "The Mysteries Five") cuya furgoneta era, nada más y nada menos, que la que les llevaba de concierto en concierto y, mientras, resolvían todo tipo de misterios. Si Scooby por aquel entonces no podía todavía hablar sí que tocaba los bongos... ¡Increíble! Poco después cambiaron el nombre de "Cinco Misterios" por el de "¿Quién tiene miedo?".

Frank Stanton lo presentó a los ejecutivos como serie para la programación de los sábados por la mañana pero a éstos les pareció demasiado extravagante y horrorosa. ¿Zombies, fantasmas, monstruos? Además, los dibujos eran demasiado "horrorosos", según sus propias palabras. Fred Silverman, totalmente abatido y de vuelta a Los Angeles, escuchó a Frankie (Sinatra) cantando "Strangers In The Night" y en la parte final, donde "ojos azules" canta "scateando"; "...It turned out so right for strangers in the night... Dooby-dooby-doo..." tuvo una epifanía, la serie se llamaría "Scooby Doo, ¿dónde estás?" que, esta vez, sí tuvo la aprobación de la cadena y comenzaría a emitirse en 1969 hasta 1976 (donde continúo en la ABC) con la voz de Don Messick para Scooby. 

La serie fue un gran éxito, convirtiéndose en una de las más famosas de la historia gracias a su mezcla de humor y misterio, una mezcla que, según Silverman, era totalmente original y refrescante, la auténtica clave del éxito del Gran Danés. Tal ha sido su audiencia y respuesta por parte de los más pequeños que pronto tuvo todo tipo de secuelas ("Un cachorro llamado Scooby-Doo", "¿Qué hay de nuevo Scooby-Doo?", "Shaggy y Scooby-Doo detectives" y "Scooby-Doo! Mystery Incorporated") con mayor o menor éxito.



Además de películas animadas para el consumo doméstico (primero en vhs y después en deuvedé), la versión más recientes con personajes de carne y hueso llamada "Scooby-Doo: La Película" (todo un engendro que sitúa a los personajes a un paso entre los nerds norteaméricanos más recalcitrantes, acercando la cinta al tipo de comedia norteamericana de perfil bajo para niños muy cortos o adolescentes con alguna discapacidad y con un Scooby burdamente animado por ordenador y sin gracia en sus bromas) y la más simpática, la versión porno.

"Scooby Doo; A XXX Parody" (con Bobbi Starr y Bree Olson, cobrando esta aún más popularidad en los últimos tiempos, si cabe, gracias a su extraña y morbosa relación con Charlie Sheen, al cual abandonó por ser incapaz de mantener diecinueve relaciones sexuales por día) película de la que no diré nada malo porque estéticamente y desde el punto de vista de la producción es bastante superior a la versión para todos los públicos... Películas y películas, secuelas y precuelas, camisetas, pijamas, tazas, peluches, calzoncillos, zapatillas, relojes, nadie, ni siquiera Fred Silverman podía llegar a imaginarse la mercadotecnia que su idea podría llegar a generar.


Scooby se convirtió, por derecho propio, en todo un clásico que ha enganchado a varias generaciones y sigue su andadura cuatro décadas después. Quizá haya series de animación más realistas, más agresivas, más innovadoras, ácidas, irónicas o pretendidamente inteligentes pero ninguna como Scooby, ninguna.


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