Crítica: Mastodon "The Hunter"

Cuando un grupo cambia la tipografía de su nombre suele ser un mal presagio, para todos menos para Mastodon. De los cuatro primeros discos de los de Atlanta me gustaba todo; sus canciones (el concepto y las historias que se esconden tras ellas), su logo, el "artwork" basado en tonos dorados y, por supuesto, las ilustraciones de Paul Romano que las diferenciaban del resto de álbumes de su género. Así que, cuando vi la portada de su nuevo álbum, me asusté. ¿Por qué del cambio cuando antes todo encajaba tanto en estética como en concepto? Y las respuestas llegan cuando uno escucha "The Hunter" (2011), la escultura de la portada es obra de AJ Fosik (cuya página web nos muestra lo original de su propuesta) resaltada sobre fondo rojo, y uno entiende que no podría haber sido de otra manera, que los tiempos de "Leviathan" (2004) nunca volverán (me considero afortunado por haber disfrutado del grupo en esa época) y este nuevo álbum es, si cabe, igual de inspirado o más que aquel que dedicaron a la ballena blanca de Melville. 

"The Hunter" toma su título en homenaje al hermano del guitarrista Brent Hinds, fallecido de un ataque al corazón durante una cacería (cinegética que dicen los entendidos) en pleno proceso de grabación del álbum. Mientras el resto del grupo comprendía que a lo mejor tenían que parar por un tiempo, Hinds entendió que la muerte de su hermano significaba todo lo contrario; se colgó la guitarra y tiró del resto del grupo. Es curioso que, sin embargo, la labor vocal recaiga, sin embargo, sobre Troy Sanders (bajista) que nunca pensó que terminaría siendo la voz principal en la mayoría del disco aún habiendo interpretado temas del grupo y ayudando a doblar las voces en anteriores grabaciones y, por supuesto, en las giras. 

En este disco han querido sonar más directos, olvidar los grandes desarrollos y el excesivo minutaje de algunas de sus mejores canciones (por otra parte deliciosas) e ir al grano. No es por eso un álbum sencillo, quizá menos progresivo pero no carente de complejidad. Las guitarras suenan como nunca, llenas de distorsión y con un sonido lleno de grano, heredero del mejor hard-rock pero aliñadas con un buen toque de metal contemporáneo, pero lo que de verdad llama la atención es el protagonismo del bajo de Sanders y la excesiva de Brann Dailor del que ya se puede afirmar, sin ningún tipo de sonrojo, que es uno de los mejores baterías del momento; contundente, dinámico, versátil y acertado en todos y cada uno de sus arreglos, cambios de ritmo y progresiones, un verdadero virtuoso tras los parches que, a la par, es el alma del grupo

"Black Tongue" hace honor a su propio título con uno de los riffs más oscuros de toda la discografía de Mastodon, con el paso de los días y escuchas se ha convertido en una de mis favoritas, uno no puede imaginarse mejor forma de comenzar un disco, dice así; "You killed the life, You took the diamond, You killed the vine, Death of the... " y las guitarras dobladas y afiladas como nunca hacen el resto del trabajo hasta llegar a mi parte favorita en la que parecen aullar "You can run to the sea, You can run to the forest, You can hide, But you'll never escape" Sobresaliente e inigualable. Fue la primera que escuché de todo el disco, como adelanto, en un video promocional en el cual la escultura de AJ Fosik era ensamblada y pintada.

Una guitarra saturadísima mientras la otra solea en un single de gran pegada como es "Curl Of The Burl", quizá una de las más pegadizas del disco, un gran riff. "Blasteroid" es una de las más rápidas de su discografía, tempo acelerado y el ritmo sincopado de Dailor que alterna redobles y constantes cambios de fraseos, las voces del estribillo suenan limpias y afinadas, no, no se han equivocado, han querido llegar a ti de otra manera. ¡Vaya si lo hacen! 

No es casualidad que al pronunciar "Stargasm" suene a "Orgasm" porque eso es lo que es la guitarra que comienza este medio tiempo setentero y espacial, melancólico y lleno del ride de Dailor que, de nuevo, nos sorprende a todos. El título más cómico llega con "Octopus Has No Friends" que, a pesar de esto, podría haber sido incluida dentro de "Leviathan" que, junto con "All The Heavy Lifting", son quizá los estribillos más brillantes de los de Atlanta; "Just close your eyes, And pretend that everything's fine, Just close your eyes, I'll tell you when"

Cuando se escucha el corte que da nombre al disco; "The Hunter" a uno se le viene a la cabeza las complejas melodías vocales de Alice In Chains y uno recuerda que por algo giraban con ellos cuando empezaron a componer este álbum, Hinds es la voz principal del tema dedicado a su hermano recientemente fallecido con sus característicos maullidos felinos.

"Dry Bone Valley" y su intro llena de feedback suena a stoner rock y tampoco es casualidad que sus guitarras te lleven a los parajes desérticos y acordes gravísimos del género porque junto con "Thickening" y "Creature Lives" forman una extraña trilogía en la que, aparte de pesadísimaspsicodelia llegando al paroximo con "Creature Lives", quizá la más experimental de toda la grabación.

"Expectre Light" vuelve al metal más directo, esta segunda parte de "Black Tongue" es uno de los mejores riffs no solo del disco sino de toda su carrera. En "Bedazzled Fingernails" se abandonan a la improvisación, el mestizaje de estilos y hasta lo que parece la sonoridad de un "Theremin", un corte que a nadie deja indiferente y que nos lleva a la melodiosa "The Sparrow", la clásica canción de cierre al más puro estilo del grupo.

Podrían haber hecho un "Blood Mountain" (2006) u otro "Crack The Skye" (2009) pero han decidido romper con todo y sorprender. Querían que este nuevo paso en su discografía fuese distinto, que no contase una historia sino muchas, que enganchase a nuevas audiencias gracias a lo directo de su propuesta y lo han conseguido sin defraudar a nadie, aunando el éxito de la crítica con la respuesta de su público. Llevan cinco discos y todavía no se han equivocado en ninguno; ¿Son Mastodon el próximo gigante? No, ya lo son. 

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