Crítica: Sleep Token "Even In Arcadia"

Aquí no hay duda alguna, pocas personas habrán defendido tanto a Sleep Token desde “Sundowning” (2019), con “This Place Will Become Your Tomb” (2021) y el excelente “Take Me Back to Eden” (2023) como es mi caso, pero lo ocurrido con “Even in Arcadia” (2025) es, claramente, lo que hemos visto una y otra vez en el mundo de la música; y son esas bandas que aprovechan con rapidez el tirón de su mejor momento y reciclan los restos fríos de la cena de la noche anterior, para llenar un álbum que toma parte de la inspiración pasada pero que, a la larga, se sentirá como una transición. “Even in Arcadia” (2025) es un buen álbum, con una producción estupenda pero tengo sentimientos encontrados; por un lado, las canciones se sienten menos trabajadas que en el anterior álbum, cuando se repiten una y otra vez las mismas estructuras, cuando los trucos de prestidigitador que descubrieron que funcionaban en “This Place Will Become Your Tomb” (2021) y exprimieron en el siguiente, aquí se sienten forzados, mientras que, por otro lado; cuando escucho este disco no percibo la sensación orgánica del anterior por el que todas las canciones fluían de manera natural y sus crescendos y cambios de ánimo llegaban de una manera lógica, mientras que en las canciones de este álbum hay exceso de azúcar y cuando llega el característico golpe de metal, se siente forzado y de un genérico que asusta. Por último, lo que de verdad me ocurre con “Even in Arcadia” (2025) es que no tengo muy claro cuánto hay de trabajo en el local de ensayo, sobre el papel componiendo y cuánto en el estudio durante la producción; da la sensación de que este álbum tiene más de papel celofán que de chocolate en su interior y parte del peso reside en unas letras que, por desgracia, recorren caminos comunes y orbitan entre el melodrama adolescente y la queja existencial por una fama supuestamente no buscada y su repercusión. Escribiré una vez más lo mismo que llevo diciendo años, si uno no quiere repercusión no echa un número en la lotería de la música y realiza giras repletas de pirotecnia y una imagen llamativa, se hace reponedor o cajero de un súper (con todos mis respetos hacia estos, que estoy convencido que leen este humilde blog con fruición).

Pero Sleep Token han consolidado su reputación como un fenómeno en la escena musical moderna gracias a su habilidad para fusionar géneros dispares como el metal, el post-rock, el trip-hop y el pop con una naturalidad que desafía las etiquetas convencionales y echa para atrás a muchos otros. "Even In Arcadia" (2025) marca su debut con el sello RCA Records con diez canciones que reflejan los puntos fuertes de la banda pero también algunos de sus puntos débiles, ofreciendo una experiencia que, aunque ambiciosa y emocionalmente intensa, no siempre logra mantener el equilibrio necesario entre su diversidad estilística y la cohesión narrativa. Y es que la propuesta de Sleep Token, apoyada en la percusión precisa de II y la producción envolvente, sigue siendo un imán para una generación de veinteañeros que busca sonidos supuestamente innovadores, sin embargo, "Even In Arcadia" (2025) a veces se siente atrapado en su propia ambición, con transiciones que no siempre fluyen con la naturalidad esperada. 

"Look To Windward” encapsula en sus ocho minutos la esencia de Sleep Token; una introducción suave con cuerdas enlatadas que evocan calma, seguida de un estallido de metal con la garganta visceral de Vessel y los típicos riffs contundentes de la banda, antes de regresar a un estado más sereno con los ritmos electrónicos marca de la casa. Una canción que, aunque rica en texturas, sufre de transiciones algo abruptas, todo lo contrario que "Emergence", y su enfoque sobresaliente, combinando pasajes delicados con una intensidad propia del djent, pero suavizada hasta convertirla en un bocado accesible para un público más amplio y menos veterano, logrando un equilibrio que la posiciona como uno de los puntos altos del disco. "Caramel", segundo sencillo, mezcla melodías frágiles con ritmos pesados, donde la voz de Vessel transita entre la vulnerabilidad y una fuerza cruda, aunque su intento de emular el flow del rap se siente forzadísimo, mientras que "Damocles", opta por un enfoque más introspectivo, con una primera mitad minimalista que cede paso a un crescendo de batería y acordes pesados, reflejando esa lucha interna que Vessel plasma en sus letras. El tema homónimo, "Even In Arcadia", se distingue por su simplicidad, con un piano que sostiene una atmósfera casi espiritual, mientras que "Provider" incorpora elementos de sintetizadores, evocando un tono solemne pero también dinámico, logrando otro acierto. Sin embargo, canciones como "Past Self" y "Dangerous" tienden a prolongar sus crescendos, lo que puede agotar al oyente antes de llegar a su clímax, evidenciando la debilidad de Sleep Token en la economía narrativa del álbum cuando, en conjunto, las composiciones muestran su versatilidad, pero la falta de concisión en algunos momentos diluye el impacto general.

A pesar de sus altibajos, "Even In Arcadia" (2025) logra la fotografía de Sleep Token en ese citado momento de transición, consolidando su ascenso, aunque sin dar un paso más. La habilidad de Vessel y II para entrelazar géneros dispares sigue siendo su mayor fortaleza, atrayendo a un público que valora la experimentación y la emoción cruda. Sin embargo, el álbum podría haberse beneficiado de una mayor precisión en su estructura, ya que algunos temas se extienden más de lo necesario, sacrificando la intensidad por la exploración, además del orden de las canciones. La producción, impecable en su ejecución, subraya esa ambición de la banda, pero también pone en evidencia su tendencia a abarcar demasiado, lo que puede alienar a quienes buscan un enfoque más directo. Personalmente, encuentro que "Even In Arcadia" (2025) brilla en sus momentos más vulnerables, como en el tema principal, donde la simplicidad permite que la emoción de Vessel conecte con mayor profundidad y, aunque no alcance la cohesión de "Take Me Back To Eden" (2023), sigue siendo un álbum digno con buenos momentos.

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