Ya lo he escrito en alguna ocasión pero, parafraseando a Woody Allen; recuerdo cuando el aire era limpio, el sexo era sucio y Behemoth peligrosos. Y es que la trayectoria de los polacos ha sido un pilar en el metal extremo, desde sus inicios en la escena del black metal polaco hasta su evolución hacia un blackened death metal con matices teatrales y ambiciosos. Discos como “Demigod” (2004) y “The Satanist” (2014) marcaron cimas creativas, mostrando una banda capaz de conjugar ferocidad, atmósfera y una narrativa provocadora, sonando más accesibles. Por no mencionar maravillas como “Evangelion” (2009) o “Zos Kia Cultus (Here and Beyond)” (2002) que no dejan la menor duda del talento de Nergal, Orion e Inferno. Sin embargo, su decimotercer trabajo, el esperado "The Shit Ov God" (2025), llega en un contexto de expectativas divididas tras discos como el tibio “I Loved You at Your Darkest” (2018) y “Opvs Contra Natvram” (2022), que polarizaron a los seguidores por su aparente estancamiento creativo. Este nuevo lanzamiento, con un título forzadamente blasfemo pero pueril a rabiar, busca reafirmar la postura desafiante de Behemoth, pero tropieza en su ejecución; ofreciendo un sonido que, aunque competente, carece de la chispa innovadora que una vez los definió. La producción, a cargo de Jens Bogren, es impecable (el sueco es un auténtico cerebro tras los mandos) pero no logra ocultar composiciones que se sienten rutinarias, a la sombra de glorias pasadas.
"The Shadow Elite" es un medio tiempo que establece un tono robusto pero predecible, con riffs que recuerdan a “Opvs Contra Natvram” (2022) sin añadir nada nuevo. Inferno brilla en la batería, aportando una intensidad que sostiene la canción, pero la voz de Nergal suena menos visceral o brutal que en épocas anteriores. En "Sowing Salt" intentan evocar el pasado con grandes coros y un riff central que, aunque pegadizo, se diluye por su simplicidad. Mientras que el tema homónimo, "The Shit Ov God", es quizás el más controvertido: su coro repetitivo y letras como “I for ingrate! E to eradicate! S for the scorn!” pretenden convertir el single ser un himno provocador, pero termina sonando infantil, como si Nergal hubiera optado por impactar con la misma fuerza con la que un adolescente onanista descarga su ira en un tweet, en lugar de la profundidad lírica que Krzysztof Azarewicz aportaba en discos como “Evangelion” (2009). "Lvciferaeon" intenta recuperar el misticismo de “The Satanist” (2014), pero sus coros y arreglos orquestales se sienten forzados y la guitarra de Seth, aunque sólida, no logra destacar tampoco. "To Drown The Svn In Wine", con referencias a Whitman, prometía ser un punto álgido, pero se queda en un ejercicio genérico de blackened death metal sin gracia. Y, finalmente, "O Venvs, Come!" y "Avgvr (The Dread Vvltvre)" cierran el disco con momentos atmosféricos que, aunque bien ejecutados por Orion en el bajo, no logran redimir la falta de riesgo creativo donde antes había verdadero fuego.
"The Shit Ov God" (2025) no es un mal álbum, pero decepciona viniendo de una banda con el legado de Behemoth. Nergal, Inferno, Orion y Seth son músicos de primer nivel, y su ejecución es intachable, pero el disco se siente como un eco desvaído de “The Satanist” (2014), repitiendo fórmulas sin la pasión ni la innovación que hicieron de aquel un hito. Las letras, carentes de la poesía de antaño, caen en una provocación barata que no trasciende, repletas de ripios inofensivos. Como seguidor de Behemoth desde hace muchísimos años, me duele ver cómo una banda que una vez desafió los límites del subgénero ahora parece conformarse con complacer a las masas en festivales. Hay destellos de calidad, como el trabajo rítmico de Inferno o los solos de Seth, pero no son suficientes para salvar un disco que, en última instancia, se siente como un producto más que como el arte que solían facturar. Espero que Behemoth recupere su chispa en el futuro, pero este álbum es una sombra de lo que podrían haber logrado. Quizá Nergal debería centrarse, quizá deberían darse un respiro, no lo sé, pero parecen haber puesto la directa y eso es malo.
© 2025 Lord Of Metal
pic © 2025 Sylwia Makris/ Christian Martin Weiss