Crítica: Grayceon "Then The Darkness"

Grayceon , la banda de San Francisco liderada por la Jackie Perez Gratz, ha forjado un camino único en el universo del metal progresivo durante casi dos décadas, fusionando la intensidad del metal con la expresividad de un chelo eléctrico. Su sexto álbum, “Then the Darkness” (2025), publicado con Translation Loss Records, es una obra ambiciosa que consolida su característico estilo, integrando riffs potentes, estructuras progresivas y una atmósfera cargada de emociones. En casi ochenta minutos, no sólo refleja la maestría técnica de la banda, formada por Gratz al chelo y voz, Max Doyle con la guitarra y Zack Farwell a la batería, sino también su capacidad para abordar temas profundos como el duelo, la injusticia y la lucha por la supervivencia. La producción de Jack Shirley en The Atomic Garden Recording Studios realza cada matiz, desde los crescendos explosivos hasta los pasajes más introspectivos, ofreciendo una experiencia que trasciende las convenciones del género. Pero la singularidad de Grayceon radica en su habilidad para entrelazar la delicadeza de un instrumento clásico con la ferocidad del metal, creando un sonido que es tan evocador como poderoso y “Then the Darkness” (2025) es una prueba rotunda de su evolución artística.

El álbum se despliega a través de once canciones que muestran la versatilidad y la profundidad emocional de la banda. “Thousand Year Storm” abre con un grito visceral, donde el chelo de Jackie Perez Gratz y la guitarra de Max Doyle se entrelazan en un torbellino de riffs urgentes y melodías cargadas de tensión, marcando el tono de un viaje emocional intenso. “One Third” continúa con una energía implacable, combinando ritmos dinámicos de Zack Farwell con armonías que resaltan la interacción entre los instrumentos. En “Velvet ’79”, la banda explora un terreno más melódico, con la voz de Gratz evocando una nostalgia conmovedora que contrasta con la furia inicial. “3 Points of Light” sorprende con un giro hacia un rock más accesible, casi jovial, que alivia la densidad emocional previa, mientras que “Mahsa”, un homenaje de veinte minutos a Mahsa Amini, es el corazón del álbum, con pasajes que evolucionan lentamente, tejiendo capas de chelo y guitarra que reflejan tanto la rabia como el luto. La pieza instrumental “Then the Darkness” actúa como un puente sereno hacia “Forever Teeth”, una composición extensa que profundiza en la introspección con acordes serpenteantes y ritmos complejos, mientras que “Song of the Snake” desata una energía caótica, con Farwell desatando blast beats y Gratz aportando líneas de chelo que cortan como cuchillas y “Holding Lines” cierra con un groove robusto y melodías que invitan a repetir la escucha. Finalmente, “(Untitled)” y “Come to the End” ofrecen un cierre contemplativo, con la voz de Gratz navegando entre tonos suaves y gritos desgarradores, dejando la sensación de haber vivido una auténtica catarsis.

“Then the Darkness” (2025) captura la esencia de Grayceon como una banda que desafía fronteras. Comparado con trabajos anteriores como “All We Destroy” (2011) o “Mothers Weavers Vultures” (2020), este álbumse siente más crudo y visceral, abrazando el peso de las emociones sin buscar resolución. La destreza de Jackie Perez Gratz para alternar entre voces melódicas y gritos que evocan su pasado en Ludicra es hipnótica, mientras que Max Doyle y Zack Farwell construyen un telón de fondo sonoro que es tan dinámico como cohesivo. Aunque su duración puede parecer intimidante, cada canción justifica su lugar, creando una narrativa que fluye como una obra teatral en la que la habilidad de la banda para equilibrar momentos de intensidad con pasajes más suaves, junto con la producción impecable de Shirley, invite a los oyentes a sumergirse en sus complejidades, ofreciendo una experiencia que es tan desafiante como gratificante.

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