Crítica: Wilco "Star Wars"

Quizá éste era el disco que Wilco necesitaban para poder librarse del estigma de ser, valga la redundancia, ellos mismos; Wilco. Quizá éste era el disco que todo artista comprometido y enrrollado debe regalar para estar en el radar de nuestra época y no caer en el olvido virtual y popular pero lo más importante de "Star Wars" es el valiente paso que supone para los de Chicago porque parece un punto y aparte con su producción anterior, no tanto en estilo como en intenciones y es que, a pesar de que muchos crean que Tweedy y los suyos pueden hacer lo que les venga en gana, debe ser realmente agotador estar en Wilco y sentir que cualquier canción o disco va a recibir las miradas de, fundamentalmente, dos tipos de público; aquellos que lo ensalzarán como una obra de arte porque sí y aquellos -aún más esnobs, sin duda- que admitirán no entender por qué Wilco levantan pasiones y son tildados como la mejor banda en directo del mundo. La verdad es que la publicación de "Star Wars" nos cogió a todos por sorpresa, nadie esperaba un disco del grupo tan pronto y, menos aún, regalado a través de internet. Producido por Tom Schick (quién ya echó una mano en "Sukierae" el año pasado) y por el propio Tweedy, "Star Wars" suena ligeramente plano u opaco, me explico; es una producción en la que ningún instrumento destaca, cuando uno escucha el disco tiene la sensación de estar escuchando a un grupo en directo -para bien y para mal- en el que el sonido ambiente se come los matices de cada músico y se genera una capa en la que, aunque el oído distinga los instrumentos, ninguno cobrará especial protagonismo. Todas las canciones, todas, tienen el mismo tratamiento y esto, por desgracia, jugará en su contra porque, a excepción de "Taste the Ceiling", todas forman un todo sólido como una roca y las composiciones pierden empaque y brillo. Si uno, al terminar de escuchar "Star Wars" piensa que es un disco inferior a los anteriores seguramente será por dos motivos fundamentales; el sonido y porque creerá que las canciones no están a la altura de su catálogo anterior. Craso error; hay grandes momentos pero revestidos de tanta monotonía que tan sólo los más pacientes sabrán extraerle todo su jugo.

La disonante "EKG" sirve para abrir "Star Wars" y jugar al despiste; tres guitarras, varias capas y efectos, tan sólo cogerá algo de cuerpo cuando el bajo de Stirrat añada tensión y Kotche arremeta con fuerza para acabar con un platillazo y así entrar "More…" en la que ya sí que encontramos las clásicas señas de identidad del grupo; una buena melodía, guitarras acústicas y la aullante Jazzmaster de Nels que sólo encontrará la calma en el ondulante falsete de Tweedy y se arrancará por Sonic Youth segundos antes de acabar. Las canciones de "Star Wars" son cortas, ninguna sobrepasa los cuatro minutos (excepto "You Satellite") y se agradece el hecho de que no las alarguen si ésta no es su naturaleza. "Random Name Generator" recordará en el segundo riff principal a "Spiders (Kidsmoke)" y su tono juguetón a "Heavy Metal Drummer", voces dobladas y una guitarra con fuzz, podría funcionar como single y seguramente encontrará su clímax en directo cuando Nels se desboca y parecen disparar al oyente. 

Pero, aunque en "The Joke Explained" continúen las guitarras de "Random Name Generator", a Tweedy le traicionan las raíces y, en el fondo, "The Joke Explained" es puro Dylan en "Blonde On Blonde", cualquier dylanita de primer año podrá descubrir el robo a mano armada del fraseo de Tweedy a una canción como "Visions Of Johanna". Aún así, "The Joke Explained" conforma una excelente primera mitad de "Star Wars" junto a "Random Name Generator" y "You Satellite" con toda la nocturnidad y tensión que ésta última logra en su in crescendo hasta alcanzar el auténtico clímax instrumental. En el fondo, todas las canciones del disco podrían haber formado parte de cualquiera de los anteriores, como ocurre con la bonita y sencilla "Taste the Ceiling" que podría haber sido incluida tanto en "A.M." (1995) como en "The Whole Love" (2011).

Si alguien tiene dudas de que todavía sigue existiendo esa maravillosa frontera teórica entre caras de un vinilo a pesar de ser archivos en tu ordenador o el frío plástico lleno de ceros y unos de un cedé, canciones como "Pickled Ginger" te lo recuerdan. La séptima canción del disco pretende romper por la mitad "Star Wars" y lo logra con su ritmo trotón y sus guitarras "gordas" y llenas de graves hasta llegar a la belleza de "Where Do I Begin" con tan sólo guitarra y voz hasta que, un minuto antes, Glenn arranque un redoble de su batería y lo que parecen sampleados se sucedan mientras Nels hace que las cuerdas vibren y vibren hasta despedir la canción y despegar improvisando "Cold Slope", Stirrat y Kotche de nuevo marcando la diferencia mientras las seis cuerdas parecen romperse y doblar su sonido sobre sí mismo para tornarse dulzonas en el estribillo y cortar de cuajo ese ambiente y así volver de nuevo a las estrofas. "King Of You" es tan sólo la continuación de "Cold Slope" mientras "Magnetized" suena tan beatliana como oscura y rompe la tónica del álbum presentándose como la canción más clásica de éste, demostrándonos que Wilco -por mucho que lo intenten- al final siguen siendo Wilco y sus circunstancias.

Un disco que tiene que ser entendido como un pasatiempo, lleno de buenas ideas y algunas grandes canciones que, sin embargo, encuentran su talón de Aquiles en una producción oscura y una segunda cara que no le hace justicia a la primera. No es más que un disco de transición pero no sé si esto es algo que me repito una y otra vez por temor a que continúen por esta línea o porque de verdad se siente así y, en el fondo, soy tan fanático de Wilco que es escucharles y perder todo criterio. Será eso, será...


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