Crítica: Deftones "private music"

Hablar de Deftones y mencionar una palabra como riesgo en la misma frase, dejó de cobrar sentido hace mucho cuando los de Sacramento han sabido mantener su posición y seguir atrayendo a nuevas audiencias con la complicada pirueta de seguir grabando discos en los que no pierden su esencia, pero parecen grabados para ellos mismos; sin atender lo que unos u otros queramos y, sin embargo, lograr que todos esperemos nuevas canciones que siempre nos demuestran su valentía, pero evocan la sensación adolescente de sus años dorados mezclada con la madurez actual. Si así descrito parece complicado, más difícil es grabar discos que suenen así. Y es que, con su décimo álbum de estudio, “private music” (2025), el quinteto liderado por Chino Moreno y Stephen Carpenter demuestra una vez más su capacidad para fusionar la brutalidad sonora con una sensibilidad melódica que trasciende los límites de los géneros musicales. Producido por Nick Raskulinecz, quien previamente colaboró con la banda en "Diamond Eyes" (2010) y "Koi No Yokan" (2012), este nuevo trabajo se presenta como una obra madura que no solo rinde homenaje a su legado, sino que también explora nuevas texturas sonoras, manteniendo la esencia que los ha distinguido desde su debut con "Adrenaline" (1995). La relevancia de Deftones en la actualidad, potenciada por una creciente popularidad en plataformas digitales y la difícil conexión con las nuevas generaciones, se ve reflejada en un álbum que equilibra la nostalgia con la innovación, logrando un impacto emocional y sonoro que resuena profundamente. “private music” (2025) llega tras un hiato de cinco años desde "Ohms" (2020), y se erige como un testimonio de la longevidad creativa de la banda, consolidando su posición como pioneros de un sonido que combina la visceralidad del metal con la introspección de géneros como el shoegaze y el post-rock.

El repertorio de “private music” (2025) destaca por su capacidad para entrelazar la intensidad característica de Deftones con una atmósfera etérea que evoca tanto la memoria como la trascendencia. "my mind is a mountain" establece el tono del álbum con una explosión de riffs pesados cortesía de Carpenter, complementados por la preciosa voz de Chino Moreno, que alterna entre susurros melancólicos y gritos viscerales, respaldada por la batería dinámica de Cunningham. "my mind is a mountain" captura esa dualidad de la banda: la agresividad y vulnerabilidad que define su identidad. "milk of the madonna" se presenta como uno de los puntos álgidos del disco, con una instrumentación densa y melodías que parecen flotar en un espacio onírico, reforzadas por los arreglos electrónicos de Frank Delgado. Mientras que canciones como "cut hands" y "~metal dream" recuperan la energía cruda de álbumes como "Around the Fur" (1997), con un enfoque más depurado que evita caer en la mera repetición, al igual que "cXz" introduce una dinámica rítmica cambiante que desafía cualquier expectativa gracias al trabajo preciso de Fred Sablan al bajo. 

En un registro más introspectivo, "i think about you all the time" explora un terreno melódico cercano al nu-shoegaze, con texturas que recuerdan a bandas contemporáneas como Wisp, pero impregnadas de la impronta única de Deftones, al igual que me parece un acierto la presencia de sintetizadores en muchos de sus pasajes, como la coda de “souvenir”, recordando a Vangelis. "departing the body" cierra el álbum con una atmósfera envolvente, donde la guitarra de Carpenter y los sintetizadores de Delgado crean un paisaje sonoro que invita a la contemplación, consolidando la capacidad de la banda para evocar emociones más profundas que la inmediata rabia asociada a sus habituales explosiones, gracias a su habilidad para tejer texturas. "private music" (2025) demuestra que, incluso tras tres décadas, la banda conserva una vitalidad creativa que pocos de sus contemporáneos pueden igualar. La producción de Raskulinecz realza cada elemento del sonido característico de Deftones; desde los monolíticos riffs de Carpenter hasta la emotividad lírica de Chino, pareciendo una celebración de la consistencia y evolución de Deftones, como un faro de autenticidad y creatividad, demostrando con este disco que su legado no solo perdura, sino que continúa creciendo con una fuerza imparable.

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