SETLIST: Strength of the Mind/ Rose of Sharyn/ Reckoning/ Aftermath/ Fixation on the Darkness/ A Bid Farewell/ Beyond the Flames/ Broken Glass/ Hate by Design/ Forever Aligned/ The Signal Fire/ I Believe/ The Arms of Sorrow/ In Due Time/ This Fire/ My Curse/ The End of Heartache/ My Last Serenade/
La primera vez que vi a Killswitch Engage en directo fue con Howard Jones. Nada que objetar, Howard es un magnífico vocalista, con una voz bonita y poderosa, perfecta para la banda. Con él firmaron buenos discos como “The End of Heartache” (2004), “As Daylight Dies” (2006) y el homónimo “Killswitch Engage” (2009), hasta tal punto que pensé que Killswitch se quedarían por siempre con Jones. Me gustan aquellos títulos, pero siempre sentí que, con cada entrega, la esencia se iba a agotando, como si al refresco se le estuviese yendo el gas poco a poco. Es por eso que me alegré tantísimo de la vuelta de Jesse. Jones tenía la fuerza y la voz, pero Leach posee ambas virtudes; fuerza y agresividad o presencia, además de ese puntito de vulnerabilidad que hace que las canciones de Killswitch parezcan romperse emocionalmente cuando Dutkiewicz y Stroetzel lo acompañan en los coros y Jesse disfruta dibujando esas melodías tan reconocibles, que le aportan la sensibilidad y el drama que la banda requiere en sus canciones. Y dieciséis años han pasado desde la última vez que la banda pasó por Madrid, década y media en la cual, he podido disfrutar de Killswitch viajando, saludando a Jesse en persona siempre que he podido y disfrutando de un regreso glorioso con “Disarm The Descent” (2013), un álbum como “Incarnate” (2016), que se ha convertido en mi favorito por lo mucho que me dice y convertirse en uno de esos discos de cabecera a los que regreso para lamerme las heridas, y dos títulos como "Atonement" (2019) y "This Consequence" (2025) que, sin ser obras redondas, muestran buenas canciones y un estado de forma que mantienen en directo.
El cartel se completaba con Employed To Serve (a los cuales no llegué a ver, gracias al magnífico tráfico de la capital), Decapitated y Fit For An Autopsy. La última vez de los polacos fue con su Nihility Tour, dejando un buen sabor de boca y esta noche no defraudaron; Vogg me sigue pareciendo un genio que no recibe el reconocimiento suficiente y entiendo que aceptase estar temporalmente en Machine Head. Sobre las tablas de La Riviera exhibió genio y figura a las seis cuerdas, “Cancer Culture” (2022) es un disco que me gusta y Decapitated interpretaron “Just a Cigarette”, “Iconoclast”, “Suicidal Space Programme” o “Last Supper” junto a "Spheres of Madness", "Never" o "404", un concierto en el que me faltaron algunas más canciones de su época clásica y que culminó, por casualidad, encontrándome al propio Vogg en la noche madrileña comprando comida y servidor, como seguidor pesado que tiene que darle las gracias por su música. Lo de Fit For An Autopsy más breve pero a la yugular, Badolato es un verdadero monstruo que, haciendo un homenaje a Obituary en su vestimenta, lucieron más como una banda de death que deathcore. “Lower Purpose”, “Red Horizon” u “Hostage” cayeron como un mazo, los de New Jersey sonaron brutos como pocos, sin tregua y sin interrupciones, “Pandora” y “The Sea of Tragic Beasts”, nos llevaron a un final igual de abrupto con “Savior of None / Ashes of All” y “Far From Heaven” que fueron disparadas con rabia, Pat Sheridan y Tim Howley estuvieron fantásticos en un concierto que se me hizo muy corto.
Pero la noche tenía a sus protagonistas y eran Killswitch Engage, con un Jesse Leach en forma, que cuando salió al escenario La Riviera rugió. Adam Dutkiewicz estaba pletórico y aportando la dosis de diversión necesario, mientras se apoyaba en Adam y la magnífica base rítmica de Foley y D'Antonio. Despegaron con “Strength of the Mind” y la ya clásica “Rose Of Sharyn”, Dutkiewicz se sentía bien y nos lo hacía sentir, la pista se volvió una locura con “Aftermath” y “Fixation on the Darkness”, sustituyeron “This Is Absolution”, que interpretaron en Lisboa, y nos regalaron a cambio la emotiva “A Bid Farewell”. Leach estaba caliente y metido plenamente en el concierto, la garganta magnífica y a tope de entrega, tras “Broken Glass”, “Hate by Design” fue coreada por toda la sala y embrutecieron aún más canciones como “The Signal Fire” o “The Arms of Sorrow”, así como “I Believe” fue cantada al unísono. “In Due Time” o “My Curse” no pudieron faltar, así como “The End of Heartache” y esa canción que captura una época, un sentimiento, que escuché por primera vez con veintiún años en “Alive or Just Breathing” (2002) y sigue conservando todo su sentido, “My Last Serenade”. Por supuesto, me faltaron más canciones, más tiempo, pero no puedo tener queja alguna con la banda y el Resurrection Fest por traerles de vuelta a nuestros escenarios. A la salida, Leach atendió a quien pudo y se despidió con una sonrisa, igual de grande sobre el escenario, que cuando se baja de él. Tan sólo espero que no vuelvan a pasar dieciséis años en regresar, aunque sé que sus canciones seguirán sonando igual de relevantes...
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