Crítica: Black Country Communion "Afterglow"

Los supergrupos tienen siempre una existencia complicada y, por desgracia, Black Country Communion no iban a ser una excepción. Nos deslumbraron con "Black Country" (2010), nos noquearon con "2" (2011) y se han apresurado a grabar este "Afterglow" después de girar y publicar el excelso "Live Over Europe" (2012), a todo esto sumémosle el febril ritmo de trabajo de Joe Bonamassa y sazonemos la receta con el ego de Glenn Hughes. Jason Bonham tampoco entendía por qué esa prisa por publicar material nuevo, por qué grabar un disco de manera tan acelerada cuando no tenían intención de presentarlo en directo inmediatamente y ahora, mucho después de anunciar su separación, muchos seguimos sin entender nada. Atacar a Joe Bonamassa es fácil; es joven, es un virtuoso y un tipo trabajador. Sin embargo, atacar a Glenn es más complicado, una auténtica leyenda, mitad Deep Purple, mitad Black Sabbath y también incansable (tanto en estudio como en directo) pero, todo apunta, a que el auténtico culpable de que Black Country Communion hayan desaparecido es tan sólo culpa suya. ¿No podría haber esperado a que, por lo menos, Joe terminase su labor promocional con "Driving Towards the Daylight", haberle dejado un respiro entre disco y disco de Black Country? Para colmo, Glenn declaró en Twitter que el grupo se acababa por la apretada agenda de Bonamassa y la única fecha que tenían programada ha sido cancelada "para no exponerse a que Glenn hiciera un estúpido anuncio sobre el escenario" en palabras de Bonamassa dejando claro que a Hughes le corría mucha prisa grabar de nuevo con Black Country y no aceptaba que Joe no estuviese al cien por cien en el proyecto. A todo esto tampoco ayudaron las declaraciones del rubio guitarrista que afirmaba que el mejor disco del cuarteto había sido "Black Country" (2010) y que no le gustaba demasiado "2" (2011) y sí que es cierto que la carrera del grupo había llevado hasta este momento una línea descendente y el peso sobre "Afterglow" era demasiado, debía, no sólo superar a su antecesor, sino ser mejor o igualar a "Black Country". ¿Cómo se traduce todo esto en el álbum?

Lo primero que hay que dejar claro es que "Afterglow" es un buen disco con cuatro músicos impresionantes como Hughes, Bonamassa, Bonham y Sherinian y que, partiendo de ello, es imposible que nunca suene mal, la calidad es altísima y se nota en cada tema, en cada arreglo, solo y segundo del disco pero también es verdad que, a excepción de "Cry Freedom" y ese arrollador comienzo de "Big Train" (cuya música es de Hughes pero que no se entiende sin la guitarra) la participación de Joe es casi nula, devorando Hughes este "Afterglow", precisamente lo que enriquecía la mezcla eran las guitarras y voces de Bonamassa sobre la sólida batería de Bonham con el encanto de Glenn a la voz principal y, por desgracia, la labor de Sherinian en este disco pasa más desapercibida con lo que el sonido se encrudece ligeramente pero también pierde el encanto de, por ejemplo, sus dos primeros discos. La producción de Kevin Shirley (un auténtico monstruo) es impecable pero no debemos esperar de un productor lo que no es trabajo suyo y, por mucho que haga sonar bien este disco y los músicos estén a la altura, lo que a "Afterglow" le falta es la magia y los buenos temas del primero.

Por muy fuerte que entre "Big Train" pronto se desvanece y la parte central no le favorece a un tema que pierde fuelle con tantas subidas y bajadas, la labor de Joe es de nota y Bonham suena como una apisonadora, Sherinian ayuda a crear la atmósfera en el pasaje más tranquilo y la voz de Glenn se siente cómoda y sorprende en las notas más altas. El medio tiempo de "This Is Your Time" cuyo comienzo (con ese pesado riff marca de la casa) es más prometedor que el desarrollo porque termina sin fuerza. "Midnight Sun" es la que más nos llega a recordar a aquel primer "Black Country" y la que más engancha, un single pegadizo con cierto encanto sureño aliñado por una guitarra cercana al Hard Rock de FM, genial. Como contundente suena "Confessor", quizá la más dura de todo "Afterglow", una maraña de guitarrazos con una musculosa línea de bajo. El estribillo recibe la ayuda de un coro para dotarle de fuerza y el solo de Joe es de sobresaliente.

En "Cry freedom" descubrimos que echamos de menos en este disco justo lo que tenemos en ella, la mezcla entre los mundos de Hughes y Bonamassa, esa insospechada unión que funcionó a las mil maravillas en "Black Country" y que aquí nos demuestra que es lo que el grupo necesita, un slide genial y un estribillo para recordar como el de "Midnight Sun". La canción homónima del álbum con sus seis minutos, contiene todos los pasajes de "Afterglow"; acústicos, atmosféricos, pesado y duros. La voz de Hughes encuentra más matices cuando baja el tono y se relaja, la guitarra de Joe vuela sobre la batería de Bonham y Sherinian encuentra su lugar en unos arreglos de gusto oriental acompañando a las guitarras acústicas. Peca en duración y estructura, debe ser escuchada muchas veces para ser entendida en un contexto como el de este álbum en el que se supone que los temas son más directos y con un planteamiento más sencillo que no simple.

Lo mismo que "Dandelion" con dos cambios de ritmo que sí, engrandecen cuando pisan el acelerador, pero que no resultan.  La lenta "The Cicle" se hace demasiado larga y es en ella cuando nos damos cuenta que este "Afterglow" fracasa porque perdemos el interés en su historia y, ni con todo el dramatismo de Hughes a la voz y las guitarras de Joe, recuperamos la tensión suficiente. Endurecen su propuesta en "Common  man" pero seguimos sin recuperar el ritmo en un disco que ya se siente errático, "The Giver" es la más prescindible e impropia del sonido "Black Country"y "Crawl" (que se supone que pertenece a Bonamassa) es oscura , sí, muy oscura pero tan prescindible que sorprende y casi hiere que sea la última del disco y, por lo tanto, de la carrera del grupo.

¿Qué ha pasado en dos años para que un grupo nos salude con un tema como "Black Country" y se despida con "Crawl"? Cuando se dice que un grupo o un artista no ha sabido digerir el éxito por inesperado es cierto, también es verdad que los críticos somos despiadados y la prensa profesional especializada es a veces cruel pero el peor enemigo de los grupos reside en sí mismos. El peor enemigo de Black Country Communion no ha sido el éxito, la falta de inspiración o la crítica sino Glenn y Joe, con su pan se lo coman.

© 2012 Jack Torrance