Crítica: Children Of Bodom "Hate Crew Deathroll"

Qué gran cantidad de buenos calificativos podemos dedicar a estos "niños" tan especiales, a esta banda finesa de calidad insuperable y que tantas alegrías nos da disco tras disco. Es sorprendente ver cómo han crecido en pocos años, en tan poco tiempo, ya que recuerdo como si fuera ayer cuando sorprendieron a propios y a extraños con su magnífico debut discográfico, aquel trabajado "Something Wild", que en su momento se dejaba querer más por el black metal de corte melódico que por el Death Metal, género al que han evolucionado y que realmente hoy en día practican. En cierto modo su segundo álbum, "Hatebreeder", seguía la dinámica musical y compositiva programada por su antecesor y no será hasta "Follow The Reaper" y sobre todo en "Hate Crew Deathroll" cuando den ese giro en su música, esa vuelta de tuerca en su sonido, que les hará a partir de entonces reconocibles a primera vista y que les hace merecedores de ocupar, hoy por hoy, un puesto destacado en el Olimpo del metal, convirtiéndose en una de las bandas más deseadas por promotores y grandes festivales, ya que es encima de un escenario donde la banda se mueve como pez en el agua brindando siempre a sus seguidores actuaciones magníficas y soberbias.

"Hate Crew Deathroll" posiblemente sea su mejor disco, al menos el que más y mejores críticas ha recibido; en un momento compositivo fantástico de Alexi, componiendo todas las canciones del álbum y con un Wirman en estado de gracia con sus teclados, deleitándonos con melodías imposibles y fascinantes, otro de los grandes músicos de la banda. La única pena de este disco es que a la postre se convertiría en el último de Alexander Kuoppala en la segunda guitarra, que como ya sabemos fue sustituido por Roope en su siguiente y cuestionado "Are You Dead Yet?".

La encargada de abrir su cuarto álbum es la increíble "Needled 24/7", en un aire más duro y no tan melódico como al que nos tenían acostumbrados en sus anteriores trabajos. Es en este canción donde ya se vislumbraba y se deja ver un cierto cambio, un destacado movimiento en su música con el que la mayoría quedamos encantados y sabiendo que algo grande se abría y se cernía ante nosotros; los "niños" ya habían crecido y se estaban haciendo mayores. 

"Sixpounder" nos regala el lado más Thrash de Alexi, "Wilchild" nos muestra su perfil más salvaje en una canción certera y directa como una flecha, con un Wirman exquisito en los teclados, regalándonos un gran "solo" en su la parte central del tema. Con "Chockenhold" y sobre todo en "Bodom Beach Terror" difuminan su lado más bronco y recaen en su armonía y melodía más característica. El destino que una vez más se vuelve caprichoso es el encargado de introducir también en este álbum una canción que contenga la palabra "Bodom", repitiendo el proceso de sus tres discos anteriores.

"Angels Don´t Kill" suena fuerte y poderosa (para nada descafeinada como insinúan las malas lenguas) siguiendo las señas de identidad y el patrón de quien es considerado uno de los mejores guitarristas del mundo, dejándonos momentos para el recuerdo cuando sus dedos se deslizaban por su Jackson describiéndonos melodías imposibles y punteos legendarios. "Triple Corpse Hammberblow" nace con una preciosa línea de teclado de Wirman, aunque no sería descabellado insinuar que la canción está pensada para el lucimiento del propio teclista, dibujándonos a lo largo del corte laberintos y pasajes más propios de un músico progresivo que de uno de metal extremo. "You´re Better Off Dead" al igual que "Lil Bloodred Ridin´Hood" es compulsiva y vertiginosa, donde las guitarra de Alexi y Alexander parecen estar jugando una partida de ajedrez, moviendo ficha uno tras otro, haciendo magníficos intercambios de "solos" con una precisión exquisita y que le dan al corte un valor añadido.

 Aunque para ostentación su último tema, el que da título al disco y mi favorito de la banda. En él es todo perfecto, no se le puede poner una sola pega, no tiene defectos; se expone como uno de esos temas que con el paso del tiempo se le añade el adjetivo de "clásico" y que así sin quererlo se convierten en la seña de identidad y buque insignia de una banda; en este caso con un estribillo pegadizo y melódico, muy machacón y seguido de un "solo" boato y opulento de nuestro querido Alexi, que nos demuestra por enésima vez que está aquí por algo, que no es precisamente un manco de las seis cuerdas y que tiene cuerda para rato. Que gusto da siempre escuchar a músicos de este calibre, nunca te cansas de ello.

Destacar que la edición especial venía acompañada por dos versiones, por un lado una muy currada "Don´t Stop At The Top" de Scorpions y por otro una fantástica cover del "Silent Scream", que contenía uno de los mejores discos de Thrash de la historia, el "South Of Heaven" de Slayer, que al igual que este "Hate Crew Deathroll" con el paso del tiempo se convirtió en otro disco cinco estrellas.

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