Crítica: Ihsahn “IHSAHN”

Ihsahn es un artista que no necesita introducción alguna y, sin embargo, cuando desde esta web lo reivindicábamos hace más de diez años, su música parecía no llegar con la misma fuerza. Y es que, si me dieran dinero por cada vez que un lector me ha dicho que descubrió la música del noruego gracias a este blog, seguramente, no podría retirarme con un Richard Mille en mi muñeca (tampoco lo querría), pero sí es verdad que estoy seguro que pocos blogs de nuestro país pueden presumir de lo mismo. Recuerdo mi obsesión con “angL” (2008) y “After” (2010), aquella primavera en la que me enamoré locamente con “Das Seelenbrechen” (2013) como banda sonora y aquella gira de presentación de “Eremita” (2012) con Leprous como banda de acompañamiento, mientras yo lo acribillaba a fotos desde el foso, y es entonces cuando entiendo que mi relación con Ihsahn ha sido más intensa de lo que yo mismo soy capaz de entender y espero que así esté siendo para muchos de nuestros lectores, gracias a las canciones que Vegard es capaz de escribir. Pero también es cierto que la sombra de Emperor siempre ha sobrevolado su carrera, a pesar de haber publicado ya ocho discos en solitario, además de EPs y proyectos en paralelo, cada vez que Emperor regresan a los directos, los seguidores del noruego -esos mismos que jamás vieron a Emperor en vivo y tampoco escucharon su música en los noventa- parecen surgir como hongos y multiplicarse, clamando por un nuevo álbum de estudio que nuestro protagonista ya se ha encargado de negar y es que, como él mismo dice, no se puede competir con la nostalgia. Quizá sea por eso que Ihsahn está sumergido siempre en una constante búsqueda e incluso cuando se acerca a la negrura más absoluta del metal, la sensación de evitar la repetición y apostar por el progreso es una constante en su música.

“IHSAHN”, su nuevo álbum, producido por él mismo y mezclado por el omnipresente Jens Bogren, suena oscurísimo, frío, preciso y cortante, impoluto en su acabado y potente en su sonido, repleto de arreglos orquestales, como si Ihsahn hubiese querido regresar al mundo sinfónico de Emperor, sólo que aquí no se trata de esos arreglos que conducían la música de la mítica banda sino que el encanto de esta obra parece ahondar en un interés cinemático, como la banda sonora de una película imaginaria en la que el compositor nos sumerge desde “Cervus Venator” para rasgar su voz una vez más en “The Promethean Spark” y un propuesta musical crudísima que contrasta con los arreglos y la alternancia con voces más melódicas. Mientras que “Pilgrimage to Oblivion” o la posterior “A Taste of the Ambrosia” dejarán más que satisfechos a los seguidores de Emperor, es imposible escuchar estas canciones y no sentir que podrían haber encajado en “Prometheus: The Discipline of Fire And Demise” (2001). “Twice Born”, por el contrario, mezcla lo mejor de ambos, de su carrera en solitario y su ilustre pasado, como “A Taste Of The Ambrosia” posee un bellísimo puente, colocándose quizá entre lo mejor que haya compuesto en los últimos años.

"Anima Extraneae" es una preciosa pieza instrumental de apenas dos minutos, antes de que "Blood Trails to Love", quizá la flor más rara del conjunto, parezca sintetizar el álbum por completo gracias a sus guitarras y la peculiar forma de cantar de Ihsahn, a medio camino entre el gañido y el susurro, igual que la aterradora “Hubris and Blue Devils”, con ocho minutos de experimentación y lo mejor de Ihsahn llevado al extremo; arreglos, intrincadas guitarras y un vendaval de ataques en los que únicamente podremos encontrar algo de paz gracias a “The Distance Between Us”, antes de la emocionante y final “At the Heart of All Things Broken”, debido a su crescendo, o esa coda instrumental, “Sonata Profana”. Llegados a este punto, ¿qué puedo decir? Ihsahn ha grabado su mejor disco desde "After" (2010) y, a pesar de su sobresaliente carrera, eso es algo que nadie podía esperarse, situando su genialidad aún más en la estratosfera. Pensar que lo mejor está por llegar suele asociarse a la carrera de músicos de los que se espera algo, no de auténticas leyendas con más de treinta años de carrera. Un esfuerzo impresionante, sobresaliente, apabullante...

© 2024 Jota Jiménez