Crónica: Pearl Jam (Madrid) 12.07.2018

SETLIST: Release /Elderly Woman Behind the Counter in a Small Town /Given to Fly /Lukin /Corduroy /Why Go /Animal /Even Flow /Mind Your Manners /Lightning Bolt /Eruption/Jeremy /Can't Deny Me /Do the Evolution /Wasted Reprise /Better Man/Porch /Just Breathe /Sirens /Black /State of Love and Trust /Rearviewmirror /Alive /Rockin' in the Free World/

Mi amiga me pide que sea discreto, me asegura que debo estar en un hotel céntrico de la capital a la hora exacta y allí acudo, no me garantiza que pueda hablar con ellos pero sí estrecharles la mano. Llevo conmigo una copia de “Vitalogy” (1994) en vinilo, sé que para muchos es “Ten” (1991), para otros será “Vs” (1993) pero yo crecí con el escopetazo de Cobain y “Spin The Black Circle” formando un remolino en las primeras filas de sus conciertos, “Better Man” conmoviéndome e “Immortality” rozando precisamente la inmortalidad con las guitarras de Stone y McCready, imposible llevar conmigo otro disco que no sea ese. El milagro se produce y estrecho la mano de aquellos que me han acompañado cientos de noches, los autores de “Black” pero también “Rearviewmirror”, “Last Exit” y sí, también “I Got Id”, “State Of Love And Trust” y las más recientes “Pendulum” o “Sirens”. Pero nada se puede comparar al hecho de tener a Eddie Vedder frente a ti, firmándote “Vitalogy” y, cuando le dices lo mucho que amas esas canciones, preguntarte divertido por qué… Supongo que todos prefieren “Alive” o “Jeremy”, supongo que no todo el mundo se deja la voz hasta quedarse afónico con “Corduroy” con la amargura y negrura que destilan muchos de los surcos de aquel álbum de mediados de los noventa, cuando el mal denominado grunge estaba más que muerto pero muchos no lo sabíamos todavía. Él estampa su firma con cuidado, me mira, me da una palmada en el hombro y se pierde en su hotel, unas pocas horas después estará salvando del desastre, sin saberlo, a un festival, como es el Mad Cool, cuya edición del 2018 será recordada por mucho tiempo por su desastrosa organización, hasta casi nublar un cartel de infarto.

Para que nos entendamos; el Mad Cool es el festival de aquellos a los que no les gusta la música y se ve invadido de aquellos que la amamos y acudimos prestos al reclamo de Neil Young, The Who, Pearl Jam, Tame Impala, Justice, Queens Of The Stone Age o esa bonita máquina del odio que es Nine Inch Nails. El Mad Cool es ese festival que está copiando los peores tópicos del FIB de Benicassim y el prefabricado Rock In Río madrileño; guiris borrachos, sombreritos de paja, mojitos, malísima organización, chicas vestidas como en un Coachella del extrarradio, gafas de pasta y más sombreritos de paja, pulseras de neón, botas camperas y modernetes y modernetas tan falsos como el césped artificial que pisábamos. Pedir en las barras era imposible, los accesos a los acotados de los escenarios una lotería, los aseos sin iluminación, caos en los accesos, caos en las salidas, caos en los medios de transporte y un personal de producción que parecía sacado del Starlite de Marbella, pelete engominado, mocasines y una actitud impropia para estar de cara al público en un festival en el que se supone que amas la música y es una celebración de la misma. Honestamente, espero no repetir el año que viene tras dos ediciones a cada cual más exagerada pero desnortada que la anterior. Desconozco si es culpa de los promotores u organizadores, pero mi experiencia fue tan penosa como la de miles de asistentes.

Pearl Jam hace tiempo que abandonaron el terreno del rock alternativo, la fiereza desbocada de “Even Flow” o “Porch” para tocar con las yemas de sus dedos la eternidad pero también la tranquilidad y accesibilidad del rock más clásico, de ese del que siempre bebieron; mientras Nirvana lo hacía del punk, Soundgarden o Alice In Chains del metal, las fuentes de Pearl Jam eran The Who o Zeppelin y tras publicar precisamente “Vitalogy”, al borde de la separación, grabaron “No Code” en 1996 (tras girar con Young y grabar “Mirrorball”) o “Yield” (1998) en una discografía en la que muchos han querido ver una línea descendente, entendiendo que Pearl Jam son los de “Ten” o “Vs.” y no una banda que se ha ido transformando poco a poco y se sienten más cómodos en los terrenos de “Pearl Jam” (2006) o “Backspacer” (2009) y, por supuesto, “Lightning Bolt” (2013), último álbum y con el que nos han visitado, a falta de uno nuevo que, según Vedder, será tan excitante como siempre….

De cualquier forma, en donde Pearl Jam siempre se han crecido y nunca han defraudado es en sus directos; es verdad que la exhibición de fuerza de Ament, Gossard, McCready y, por supuesto, Vedder, ha dejado paso a la sabiduría, al buen hacer, al poso, y Pearl Jam ya no son aquellos capaces de comerse a la audiencia con fuerza física pero sí han crecido en intensidad y emoción. Así, abrieron con la suave brisa que es “Release” y la bellísima “Elderly Woman Behind the Counter in a Small Town” evocando el espíritu de sus dos primeros discos, además de servirles para calentar, como el medio tiempo “Given To Fly” de “Yield” o la punky “Lukin” de “No Code” (me sorprendió muchísimo su inclusión) hasta esa brillante introducción que es “Corduroy”; “I don't want to take what you can give. I would rather starve than eat your bread. I would rather run but I can't walk. Guess I'll lay alone just like before” con todo el público cantándola, hasta su puente; “Everything has chains absolutely nothings changed. Take my hand not my picture spill my tinctureeeee….”

“Why Go”, la fiereza de “Animal” e “Even Flow” formaron un solidísimo cuerpo central de un concierto que se asentaría con “Mind Your Manners” (aunque perdiese comba con la ligera “Lightning Bolt”) y en el que McCready nos sorprendió con su versión de Van Halen, “Eruption”, hasta un “Jeremy” que nos terminó de dejar afónicos. Es verdad que “Can't Deny Me” es uno de sus peores singles y nos trajo la presencia de Bardem (¿por qué los seguidores de Pearl Jam tenemos que tragarnos a Javier Bardem en persona o en pantalla en cada una de sus visitas, por qué ese precio en cada concierto de Vedder o Bono en nuestro país?). “Do The Evolution” (también de “Yield”) sigue funcionando en directo como la preciosa “Better Man” que unieron con versos de “Hunger Strike”, sin embargo, la nueva versión de “Porch” en directo no me termina de convencer…

Vedder, quizá la voz más bonita que ha dado el rock desde los noventa, nos deleitó con en acústico con “Just Breathe” hasta una versión de “Sirens” con toda la banda que supo a gloria pero, claro, cualquier canción de “Lightning Bolt” palidece frente a una obra como “Black” y todos cubiertos por una luz anaranjada y… negra, con Vedder alargando la emoción descarnada con “We Belong Together” hasta unos bises que se iniciaron con la intensidad de “State of Love and Trust” o “Rearviewmirror” y, de nuevo, todos afónicos en una marea humana; “Saw things, saw things, saw things so much clearer…” y Pearl Jam, ahora sí, entrando en combustión sobre el escenario mientras Vedder entra de nuevo en comunión con el público.

No será difícil, “Alive” y todo su drama entran en escena para unirse mágicamente con la enésima versión del clásico de Neil Young, “Rockin' in the Free World” y salvar definitivamente la primera noche del Mad Cool. Curioso escuchar a Eddie Vedder entonar algunos de sus versos más íntimos y auténticos en un festival de espíritu tan superficial pero qué razón tienes; “I don't want to take what you can give. I would rather starve than eat your breast. All the things that others want for me Can't buy what I want because it’s free. I ain't supposed to be just fun. Oh to live and die let it be done. I figure I'll be dammed… All alone like I began” A veces toda la vida de uno parece contenida en un concierto de Pearl Jam, que sea así por muchos años, nos dejaron los sentimientos a flor de piel y a mí un día que no olvidaré nunca. Gracias por todo, Eddie, Mike, Stone y Jeff….

© 2018 James Tonic
Foto © 2018 El  País