Crítica: Animals As Leaders "Parrhesia"

Vayamos al grano, escuchar un disco de Animals As Leaders provoca placer, así de claro. No es que haya perdido la cabeza y todo lo que firme Abasi sea una genialidad porque sí, es que lo es y, cuando escucho "Parrhesia", producido por Misha Mansoor (Periphery), siento que estoy tocando el cielo con la yema de los dedos. Sin embargo, intento ser todo lo objetivo que puedo cuando acepto que "The Madness Of Many" (2016) no fue tan redondo como “The Joy of Motion” (2014) y que este "Parrhesia", es el álbum que Animals As Leaders deberían haber publicado tras aquel. "The Madness Of Many" sonaba maravillosamente bien, pero el nivel de Abasi, Reyes y Garstka, sumado a unas composiciones calculadas al milímetro y compuestas como si las hubiese escrito el mismísimo Skynet, lograban la sensación de un álbum interpretado por máquinas, lo que no es algo malo; pero sí cuando escuchamos “The Joy of Motion” o "Parrhesia" y sentimos que algo fallaba en aquel, que aquí además de técnica hay sangre y vísceras, hay seres humanos llevando su técnica todo lo lejos que su mente y sus dedos son capaces, convirtiendo a "Parrhesia" en un disco para aquellos paladares más gourmet. 

"Conflict Cartography" abre con Abasi y la contundencia de Garstka, sonando más directos que nunca, hasta que los matemáticos riffs entrecortados de Abasi son disparados con su habitual velocidad, pero también hay elegancia en el fraseo de la guitarra solista, sonando más cerca que nunca a Steve Vai, o empujando su propia capacidad hasta la síncopa más djenty de "Monomyth", ¿quién dijo que Animals As Leaders no podían evolucionar y explorar su propio estilo? “Monomyth" suena futurista, por supuesto, porque es el sonido de una banda que quiere llegar más allá en su propio terreno, como cuando fusionan el djent con elementos jazzy en “Red Miso”, consiguiendo una introducción claramente minimalista y se siente la mano de Misha, pero también el trabajo de orfebrería de Reyes y Garstka, hasta que entra Abasi, pura elegancia. Garstka vuelve a sonar magnífico en “Gestaltzerfall” como en “Thoughts and Prayers", mientras que Abasi… parece pertenecer, directamente, a otro mundo. 

“Asahi” divide el álbum en dos, la suavidad de la guitarra llega en forma de brisa, mientras “The Problem of Other Minds" es la que se encarga de abrir la segunda cara de "Parrhesia", sonando dinámica no solamente en la base rítmica de Garstka y Reyes sino por cómo Abasi hace sonar su guitarra, tejiendo una melodía cinemática que nos acompañara hasta que esta se entrecorte con el clásico riff djenty entre su pulgar e índice derecho, alternándolo con suaves fraseos hasta la bonita y mucho más accesible, “Thoughts and Prayers", quizá una de mis favoritas, mucho más sencilla y agradecida en la recta final de "Parrhesia", hasta su encabrite en su segunda mitad y su paso a “Micro-Aggressions”, una auténtica locura a medio camino entre la estética industrial y el barroco de Bach, una maravilla capaz de volarte la cabeza, hasta la final “Gordian Naught" y la sensación de que uno necesita más de una vida para llegar al fondo de cualquiera de los discos de Abasi, Reyes y Garstka.

Un álbum magnífico, que nos trae a unos músicos en plena forma, que se esfuerzan por dar lo mejor de sí mismos y seguir creciendo como banda. Sinceramente, soy consciente de que Animals As Leaders no son fáciles o del gusto de todo del mundo, pero han sido capaces de crear su propio universo tomando elementos de aquí y de allá, con muchísimo talento, y elevarlo todo a la enésima potencia. Tan magnético y diferente que cuesta dejar de escucharlo.

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