SETLIST: Afterglow/ Slow Moves/ Let It Carry You/ Killing for Love/ In Our Nature/ Crosses/ Hints/ Heartbeats (The Knife)/ Teardrop (Massive Attack)/ With the Ink of a Ghost/ Every Age/ Down the Line/ This Is How We Walk on the Moon (Arthur Russell)/ Leaf Off / The Cave/ Always (Junip)/ Walking Lightly (Junip)/
Puede que muchos se lleven las manos a la cabeza pero asistía al concierto de José González con el espíritu de Elliott Smith rondándome. Las diferencias entre uno y otro cantautor son notables y además cruzo los dedos porque el sueco no acabe como el malogrado norteamericano pero me resulta inevitable no asociar la sensibilidad de González y el intimísimo que, tanto en directo como en estudio, es capaz de transmitir, quizá el mismo que Smith. Pero dónde en éste se percibe tristeza y desesperación, melancolía, añoranza e incluso frustración, en canciones como "Leaf Off / The Cave", González es capaz de llevarnos de Nick Drake a Cat Stevens sin despeinarse, abandonar la calma sueca para embuirnos de lleno en una música con toques brasileños o incluso latinoamericana de la mano de Silvio Rodríguez. La Riviera no es una sala para disfrutar de un concierto así, es demasiado grande y el artista está demasiado alejado de las primera filas pero, sin embargo, el creciente interés por la música de González hace que tenga que alejarse de las salas de pequeño aforo para abarrotar las de medio y, a tenor por cómo se mostraba La Riviera, podría haber tocado en una de mayor aforo o haber repetido una noche más.
El sold-out de González fue de los auténticos, de esos que no hace falta que te anuncie el promotor de turno porque lo sientes tú mismo; de los que no cabe ni un sólo alfiler en la pista y cuesta llegar a la barra o los aseos. ¿El motivo de tal reconocimiento? Podríamos decir que en su caso es debido a su talento -que, por supuesto, es así- pero tuvieron la culpa fundamentalmente dos canciones; "Heartbeats" (de los también suecos The Knife y es que al cantautor le gusta hacer versiones de grupos alejados de sus coordenadas estilísticas como los mencionados o incluso Massive Attack) que ya puso en sobrealerta a todos los modernetes que corrieron prestos a subirse al carro de González y compraron una copia de "Veneer" (2005) cuando Sony se apropió de la canción para un anuncio y el resto por la inclusión de "Stay Alive" en la banda sonora del debut como director de Ben Stiller, "La vida secreta de Walter Mitty". Pero, paradojas caprichosas del público y por suerte, el clamor en Madrid vino cuando sonaron las primeras notas de "Crosses".
Educado, sonriente y con cierta timidez, saludo a nuestra ciudad (en la cual iniciaba la gira mundial para presentar "Vestiges & Claws"; "Vestigios y garras", su nuevo disco, en el cual disecciona el paso del tiempo y cómo éste clava sus garras en nosotros. Salió al escenario y mientras afinaba su guitarra (algo que particularmente me encanta y no sé explicar por qué) un voceras le grita sin estilo alguno; "¡Vamos!" y González se arranca con "Afterglow". La luz azulada tiñe todo el escenario, un telón de fondo con sencillos dibujos de un paisaje y entra la percusión de manera calmada; comienza el viaje a través de su discografía. "Slow Moves" de "Veneer" llena de soledad la sala y se integra perfectamente entre las nuevas canciones, como "Let It Carry You" en la cual la percusión vuelve a dar algo de fuerza a unas canciones en las que el protagonista es González y su guitarra, haciendo que te olvides por completo del resto de músicos. La genial "Killing For Love" continúa por esa senda y anima algo un concierto íntimo y quieto de por sí que no falto de belleza o pasión, no confundamos, por favor...
Viaje en el tiempo hasta "In Our Nature" de su anterior disco y la celebración por parte del público que supone "Crosses" en directo, una auténtica joya. En la guitarra de "Hints" y su fraseo vuelvo a sentir a Elliott Smith en el ambiente pero pronto todo ese intimísimo se ve roto por los suspiros en las primeras notas de "Heartbeats" y la gente se anima de nuevo cuando González ataca sus sensible versión de "Teardrops" de Massive Attack (que, curiosamente, vimos en esta misma sala presentando ésa y otras muchas canciones durante su Mezzanine Tour, allá por el 98).
Volvemos a su último disco con la dulce "With The Ink Of A Ghost", no faltan las voces que le gritan "guapo" y le piden "Stay Alive"; González bromea ante lo primero y obvia lo segundo, todos aquellos que acudieron a la cita madrileña con la esperanza de escuchar el éxito, volverían a casa sin ver cumplido su deseo; a cambio, casi dos horas de grandes y delicadas canciones como "Every Age" que, sin embargo, mataron a esos mismos que esperaban un concierto al uso y es que, en la recta final, y a pesar de sonar las maravillosas "Down The Line" o "This Is How We Walk on the Moon" (de Arthur Russell) con sus arreglos, se les hicieron cuesta arriba a todos aquellos que convirtieron el concierto en un bar y no pararon de hablar durante toda la noche.
Precisamente "Down The Line" sonó majestuosa y acusó falta de un ambiente más recogido y "This Is How We Walk on the Moon" fue, en cuanto a interpretación, de lo mejor de la noche si es que tuviésemos que escoger a punta de pistola. Antes de los bises, "Leaf Off/ The Cave" a palmas (aunque en Madrid fuimos unos rácanos y no le acompañamos como se merecía) y, antes de cerrar, González volvió para recordar a Junip y hacer sonar "Always" y "Walking Lightly" (que forzó la despedida como si de una celebración se tratase) en las que nos dimos cuenta que tanto "Step Out" como "Stay Alive" fueron tan sólo un divertimento porque tanto en solitario como con Junip, el sueco continúa inalterable su camino e integradas en su repertorio todas sus composiciones sobreviven la prueba del directo con coherencia. Una noche para el recuerdo, llena de caras sonrientes y algunos que todavía en la puerta se preguntaban por qué no habría tocado "Stay Alive", si los tontos volasen viviríamos en la sombra.
Puede que muchos se lleven las manos a la cabeza pero asistía al concierto de José González con el espíritu de Elliott Smith rondándome. Las diferencias entre uno y otro cantautor son notables y además cruzo los dedos porque el sueco no acabe como el malogrado norteamericano pero me resulta inevitable no asociar la sensibilidad de González y el intimísimo que, tanto en directo como en estudio, es capaz de transmitir, quizá el mismo que Smith. Pero dónde en éste se percibe tristeza y desesperación, melancolía, añoranza e incluso frustración, en canciones como "Leaf Off / The Cave", González es capaz de llevarnos de Nick Drake a Cat Stevens sin despeinarse, abandonar la calma sueca para embuirnos de lleno en una música con toques brasileños o incluso latinoamericana de la mano de Silvio Rodríguez. La Riviera no es una sala para disfrutar de un concierto así, es demasiado grande y el artista está demasiado alejado de las primera filas pero, sin embargo, el creciente interés por la música de González hace que tenga que alejarse de las salas de pequeño aforo para abarrotar las de medio y, a tenor por cómo se mostraba La Riviera, podría haber tocado en una de mayor aforo o haber repetido una noche más.
El sold-out de González fue de los auténticos, de esos que no hace falta que te anuncie el promotor de turno porque lo sientes tú mismo; de los que no cabe ni un sólo alfiler en la pista y cuesta llegar a la barra o los aseos. ¿El motivo de tal reconocimiento? Podríamos decir que en su caso es debido a su talento -que, por supuesto, es así- pero tuvieron la culpa fundamentalmente dos canciones; "Heartbeats" (de los también suecos The Knife y es que al cantautor le gusta hacer versiones de grupos alejados de sus coordenadas estilísticas como los mencionados o incluso Massive Attack) que ya puso en sobrealerta a todos los modernetes que corrieron prestos a subirse al carro de González y compraron una copia de "Veneer" (2005) cuando Sony se apropió de la canción para un anuncio y el resto por la inclusión de "Stay Alive" en la banda sonora del debut como director de Ben Stiller, "La vida secreta de Walter Mitty". Pero, paradojas caprichosas del público y por suerte, el clamor en Madrid vino cuando sonaron las primeras notas de "Crosses".
Educado, sonriente y con cierta timidez, saludo a nuestra ciudad (en la cual iniciaba la gira mundial para presentar "Vestiges & Claws"; "Vestigios y garras", su nuevo disco, en el cual disecciona el paso del tiempo y cómo éste clava sus garras en nosotros. Salió al escenario y mientras afinaba su guitarra (algo que particularmente me encanta y no sé explicar por qué) un voceras le grita sin estilo alguno; "¡Vamos!" y González se arranca con "Afterglow". La luz azulada tiñe todo el escenario, un telón de fondo con sencillos dibujos de un paisaje y entra la percusión de manera calmada; comienza el viaje a través de su discografía. "Slow Moves" de "Veneer" llena de soledad la sala y se integra perfectamente entre las nuevas canciones, como "Let It Carry You" en la cual la percusión vuelve a dar algo de fuerza a unas canciones en las que el protagonista es González y su guitarra, haciendo que te olvides por completo del resto de músicos. La genial "Killing For Love" continúa por esa senda y anima algo un concierto íntimo y quieto de por sí que no falto de belleza o pasión, no confundamos, por favor...
Viaje en el tiempo hasta "In Our Nature" de su anterior disco y la celebración por parte del público que supone "Crosses" en directo, una auténtica joya. En la guitarra de "Hints" y su fraseo vuelvo a sentir a Elliott Smith en el ambiente pero pronto todo ese intimísimo se ve roto por los suspiros en las primeras notas de "Heartbeats" y la gente se anima de nuevo cuando González ataca sus sensible versión de "Teardrops" de Massive Attack (que, curiosamente, vimos en esta misma sala presentando ésa y otras muchas canciones durante su Mezzanine Tour, allá por el 98).
Volvemos a su último disco con la dulce "With The Ink Of A Ghost", no faltan las voces que le gritan "guapo" y le piden "Stay Alive"; González bromea ante lo primero y obvia lo segundo, todos aquellos que acudieron a la cita madrileña con la esperanza de escuchar el éxito, volverían a casa sin ver cumplido su deseo; a cambio, casi dos horas de grandes y delicadas canciones como "Every Age" que, sin embargo, mataron a esos mismos que esperaban un concierto al uso y es que, en la recta final, y a pesar de sonar las maravillosas "Down The Line" o "This Is How We Walk on the Moon" (de Arthur Russell) con sus arreglos, se les hicieron cuesta arriba a todos aquellos que convirtieron el concierto en un bar y no pararon de hablar durante toda la noche.
Precisamente "Down The Line" sonó majestuosa y acusó falta de un ambiente más recogido y "This Is How We Walk on the Moon" fue, en cuanto a interpretación, de lo mejor de la noche si es que tuviésemos que escoger a punta de pistola. Antes de los bises, "Leaf Off/ The Cave" a palmas (aunque en Madrid fuimos unos rácanos y no le acompañamos como se merecía) y, antes de cerrar, González volvió para recordar a Junip y hacer sonar "Always" y "Walking Lightly" (que forzó la despedida como si de una celebración se tratase) en las que nos dimos cuenta que tanto "Step Out" como "Stay Alive" fueron tan sólo un divertimento porque tanto en solitario como con Junip, el sueco continúa inalterable su camino e integradas en su repertorio todas sus composiciones sobreviven la prueba del directo con coherencia. Una noche para el recuerdo, llena de caras sonrientes y algunos que todavía en la puerta se preguntaban por qué no habría tocado "Stay Alive", si los tontos volasen viviríamos en la sombra.
© 2015 Jack Ermeister