Crítica: The Black Keys "Turn Blue"

Por suerte o por desgracia, The Black Keys siempre recordarán Madrid cuando reflexionan sobre su recién adquirido estatus de estrellas superventas. El 10 de Noviembre del 2004, Auerbach y Carney llegaban a España. Según cuenta Patrick, esa noche fue la peor de aquella gira europea, el momento más bajo de toda su carrera. “Nos habían garantizado un mínimo de cien euros por el concierto y habíamos conducido unas ocho horas, pero fue tan poca gente que no nos pagaron. Nuestro manager acostumbraba a coger todo lo que había en el camerino para ahorrar: pan, mantequilla… Aquella noche solo había doce botellines de cerveza y se los llevó a la furgoneta, nos quedaban siete horas de carretera. El promotor (del que no diremos el nombre) y el dueño de la sala (Ritmo y Compás) salieron gritándonos que les habíamos jodido, se quejaban de que eran botellas retornables. ¿Cuánto costarían? ¿Cinco dólares? Yo nunca llego a las manos, pero me hubiera encantado pegar a aquellos tíos, menudos gritos… El tour fue tan desastroso que pensé que sería el último, perdimos dinero, nos pusimos enfermos al menos un par de veces, nos enfadamos y cuando llegué a casa mi novia me había dejado”. Por eso, no es de extrañar que Dan Auerbach le chocase el cambio cuando, ocho años más tarde, se viese sobre las tabla de el Palacio de Deportes de Madrid ante más de quince mil personas cantando sus canciones, dando un concierto de los que hacen mella. “Empezamos la gira en Enero. En Diciembre habíamos publicado nuestro anterior disco, “El camino”, y estaba funcionando genial, pero no habíamos vuelto a Madrid desde aquella vez y entonces no vinieron a vernos más que treinta personas. Pero a este vinieron quince mil y fue como, joder, qué bien, menudo cambio”.

Pero, qué cierto es que cuando una puerta se cierra; se suele abrir otra, porque aquel incident
e en Madrid, les hizo volver a Estados Unidos con tres mil dólares de deuda que tenían que saldar, en bancarrota no tuvieron otra que seguir trabajando para pagarla y no disolverse como tenían pensado. Publicaron “Magic Potion” (2006), “Attack And Release” (2008), el magnífico “Brothers” (2010) y la consagración definitiva con “El Camino” (2011). Si algo no ha sido el camino de The Black Keys es fácil, nunca han cedido a las presiones de la industria, nunca han dado su brazo a torcer, ni tomado decisiones equivocadas, han hecho justo lo contrario que otros artistas y a ellos les ha funcionado: mientras otras bandas ceden y su propuesta tiende a adaptarse a lo que su público cree, perdiendo su personalidad, el caso de The Black Keys ha sido al contrario, es el gran público el que se ha acercado a ellos mientras siguen haciendo lo que les viene en gana y así pasan de un disco con sonoridad acústica a un más Low-Fi y Rockero, a uno más Pop como “El Camino” o a uno tan diferente como “Turn Blue”. ¿Pero qué significa su título, alusión a la tristeza, a algún estado de ánimo descendente tras la euforia que supuso “El Camino”? Según Dan, “Sí, se podría entender como que mi estado de ánimo es triste tras mi divorcio y también puede significar que algo me ahoga, pero también es una forma de decir ‘que te jodan’, tiene muchos sentidos pero, francamente: ‘qué te jodan’ es mi frase favorita en esta vida”.

“Turn Blue” está grabado casi en su totalidad en los Sunset Sound de Los Angeles (las voces en el Easy Eye Sound de Nashville, propiedad del propio Dan), excepto los temas; “Fever”, “Gotta Get Away” e “It’s Up To You Now” en el KeyClub Recording Co de Michigan y el tono general del disco es, como él mismo dice, un “jódete” bien grande. La típica reacción de un grupo que después del éxito desmedido, cierra filas sobre sí mismo haciendo lo que le da la gana que es lo que, por otra parte, mejor saben hacer. El primer adelanto que pudimos escuchar fue “Fever” y creo que la opinión generalizada de todos nosotros fue que era una continuación floja de “El Camino” pero es que “Fever” es quizá la más previsible del conjunto y hay que destacar que la elección no corresponde a los propios Black Keys sino a su compañía (está claro que es la más comercial, radiable o reconocible, la más obvia). Pero, si pensábamos que el adelanto sería fiel reflejo de “Turn Blue”, nos equivocábamos porque el nuevo álbum de los de Akron arranca de manera espectacular con “Weight Of Love”, una maravilla con la guitarra de Dan y una parte central o puente de quitarse el sombrero y la clara demostración de que el grupo persiste en ese esfuerzo por innovar en su propuesta como así demuestra el falsete de Dan y el contagioso ritmo en “In Time”. El estribillo de “Turn Blue” nos inunda y las líneas del bajo suben la nota media de la composición, la unión entre el piano y la guitarra es sobresaliente. “Fever” gana con las escuchas pero no es ni siquiera representativa del disco, buen tema pero menor (aunque magnífico vídeo promocional). De él extraigo la voz y la guitarra de Dan, los arreglos y la textura, poco más...

Pero “Turn Blue” es más, mucho más y “Year In Review” es una bofetada en la cara, un tema que no parece de The Black Keys y que sorprenderá a propios y extraños, coros, de nuevo el falsete de Dan y el atractivo ritmo que imprime Patrick y siguen sin complejos con un tema como “Bullet In The Brain” que crece gracias al teclado de Brian, juegos de voces ensoñadoras y una guitarra como un rumor. “It’s Up To You Now” sirve para lucimiento de Patrick y contagia mientras en “Waiting On Words” es Dan el que nos demuestra que con sólo una guitarra basta para acolchar su falsete y revestir de estilo la canción pero nada comparable a “10 Lovers” a medio camino entre el Soul, el Pop y el Rock, con un estribillo auténticamente mágico, el bajo y el piano eléctrico creando ambiente. “In Our Prime” llega de nuevo a lo más alto gracias a la voz doblada de Dan (atentos al solo final) mientras que “Gotta Get Away” pone nota cruda y cierra “Turn Blue” de manera vibrante.

Hace poco leí la respuesta de Dan sobre lo poco que le importa lo que opinen sus seguidores de estos cambios de volante; “Esa gente suelen ser niñatos blancos que van a colegios privados y no tienen ni puta idea de lo que cuesta ganarse la vida, que nunca han trabajado duro para construir algo por ellos mismos. La primera vez que nos ofrecieron poner música en un anuncio, por ejemplo, nos dio miedo por la reacción de esos fans y nos echamos atrás. No teníamos un dólar, estábamos arruinados, no sacábamos beneficios de lo que hacíamos, sólo cubríamos gastos, trabajábamos diez horas al día y rechazamos medio millón de dólares. Una jodida estupidez. Nuestro mánager nos sugirió que era mejor rechazarlo porque nuestra reputación se hundiría para siempre, y le hicimos caso. Después de aquello, Patrick y yo tuvimos una larga conversación, despedimos a ese mánager y la siguiente oferta digna que nos llegó la aceptamos. ¿Cuál fue el resultado? Pues no sólo que nadie se quejó ni nos insultó, sino que millones de personas pudieron conocer nuestra música, conseguimos muchos nuevos fans en multitud de países y además sacamos un dinero extra. Aprendimos mucho de todo aquello” y no podemos menos que darle la razón, “Turn Blue” suena a “jódete” pero uno muy dulce, uno de esos que se aprecian con el tiempo. No es “El Camino” pero es uno de los discos del año, de eso estoy seguro, hay que escucharlo por el placer de disfrutar de buena música no como la continuación de nada...

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