Concierto: Revólver (Madrid) 04.10.2013

SETLIST: Tú y yo/ Mestizo/ Malvarrosa Affaire/ El roce de tu piel/ Donde está el final/ Tiempo pequeño/ El peligro/ Si no hubiera que correr/ Es lo que es, hay lo que hay/ Odio/ San Pedro/ Dos por dos/ Ese viejo Rock n’ Roll/ Pongamos que hablo de Madrid/ No va más/ El Dorado/ Esta noche tengo más de lo normal/

A mi gusto, Carlos Goñi es uno de los grandes músicos de nuestro país pero muchas veces tengo la sensación de que no se le valora como se debería. “Enjoy” es un buen revés, una cara de sus canciones que habitualmente no es la más popular sino que, hasta ahora, se nos reservaba a aquellos que acudíamos regularmente a sus conciertos y es que Goñi, si bien popularizó en nuestro país el formato acústico (bajó el título de “Básico”, del que ha llegado a sacar hasta tres discos) en directo, cuando se cuelga su Telecaster (o en este caso una preciosa Gibson Les Paul) suele sacar su vena más eléctrica y de eso es lo que trata “Enjoy” (ingenioso juego de palabras entre “disfrutar” y el directo grabado “en Joy” Eslava) un disco grabado en Madrid, en el cual repasa muchos de sus éxitos (que no todos)  además de repescar algunas canciones que hacía veinte años que no interpretaba o rara vez sacaba de la chistera.

Si soy sincero, después de seguir a Goñi desde “El Dorado” (1995), para mí, hay un punto de inflexión o dos versiones del mismo Revólver; durante la segunda parte de los noventa pude verle muchísimas veces en directo y sus conciertos eran intensísimos, llenos de energía e, incluso después de publicar “Básico 2” y sonar a todas horas en los medios, seguían marcando la diferencia (como ocurría con aquella gira llamada “A solas” en la que a pesar del formato, siempre e invariablemente, cada noche terminaba siendo una auténtica fiesta) pero algo cambió después de “Sur” (2000), le pude ver en la presentación y en aquella gira y el cambio se palpaba, llegó “8:30 a.m.” (un gran, gran disco pero más calmado o maduro, quién sabe...) y, aunque los ingredientes de un buen concierto de Revólver seguían estando ahí, algo había cambiado no sé si en el propio Goñi o las canciones). Y, tras un tiempo, llegó “21 gramos” en el 2008 (porque “Mestizo”, 2004, nunca me gustó demasiado y “Básico 3” tampoco, carecía de la magia de los dos primeros) y volví a sentir que Goñi estaba de vuelta con canciones como “Tiempo pequeño” y con “Argan” lo confirmé, Carlos tenía ganas de experimentar, claro que sí, pero también había vuelto el espíritu de Revólver a pesar del influjo árabe. Y “Enjoy”, en este caso,  es toda una fiesta para aquellos que vivimos esas noches interminables en las que Carlos Goñi tiraba su guitarra por los aires e interpretaba una y otra canción, desbocado, en la que nos regalaba “Tu noche y la mía”,  “Esperando mi tren” o “Fuera de lugar” y todos creíamos que aquellas canciones habían sido escritas y tocadas en directo para cada uno de nosotros, como si fuese amigo nuestro y nos reencontrásemos con él en cada concierto.

Así, acudir a verle en la sala La Riviera y verla llena hasta reventar y que salga Revólver a escena en un formato tan básico como guitarra, bajo y batería y se arranquen con “Tú y yo” es impagable en pleno 2013 (un pequeño incidente con la batería alarga brevemente el espacio entre canción y canción en el que Carlos nos recuerda que les han dejado unos minutos de más; “a ver si la próxima vez tenéis suerte y, por lo menos, podéis elegir a vuestro alcalde” comenta con tanta mala leche como ironía, totalmente cargado de razón). Armado con esa Les Paul que antes comentaba (en total, cambiará cuatro veces de guitarra, incluyendo dos Telecaster, una de ellas una Custom 62 “relicada”, y una Stratocaster blanca) se va a “Mestizo” que suena mucho más dura y aguerrida que en el disco o rescata “Malvarrosa Affaire” (lógicamente, con menos respuesta del público) pero “El roce de tu piel” totalmente electrificada desata la nostalgia y la locura, en ese momento la sala ya es un hervidero de gente y “calma” los ánimos con la intensidad de “Donde está el final”, (una de esas grandes joyas que ha recuperado para la ocasión y que no ha perdido ni pizca de emoción). ¿Una de las mejores canciones de la música hecha en nuestro país?

“Tiempo pequeño” suena más densa, más pesada y farragosa con Goñi recitándola lenta (como ocurre en "En Joy") pero despega en el estribillo y recupera todo el encanto de la esencia de Revólver. Pero nos esperan muchas más sorpresas y una de ellas es "El Peligro", coreada por toda la sala, echo la vista atrás y no cabe un alfiler, la armónica y el sonido de su guitarra eléctrica siendo rasgueada en lugar de una acústica convierte la canción en una pequeño rumor eléctrico delicioso, su letra desnuda a cualquiera. Llega el turno de "Si no hubiera que correr", ¿cuántas veces habré cantado en directo eso de "Y aunque fuera necesario no quisiera echar la hiel. Si el camino fuera suave, si no hubiera que correr"? ¡Una maravilla que suena como una estampida gracias a la Gibson y la contundencia del ritmo de la batería con Carlos dándolo todo.

Nos presenta "una de esas canciones que han vuelto" y no es otra que "Es lo que es, hay lo que hay" de "Calle Mayor", quizá mi favorita de aquel disco por ese comienzo que parece arrancarse en un ensayo y esa armónica sonando enfurecida al más puro estilo del de Nueva Jersey, adoro esta canción y en esta gira suena más contundente que nunca gracias al trío formado por guitarra, bajo y batería y, aunque se endurece, no pierde ni una pizca de emoción y me devuelve a mi adolescencia.

Sin embargo, "Odio" nunca me ha llegado a convencer a pesar de su éxito y como la canta la gente, siempre me ha resultado simpática pero no me toca como otras de "El Dorado" o "Calle Mayor". "San Pedro" me lleva de viaje en mi memoria a los conciertos de presentación de "Sur", en aquella época sonaba más suave, no tan bronca como ahora, el estribillo vuelve a agarrarnos a todos por el cuello hasta "Dos por dos" (un medio tiempo con sabor muy americano) y la festiva versión de "Ese viejo Rock 'N’ Roll".

Llega la calma con una emocionante y sentida versión de "Pongamos que hablo de Madrid" que suena bonita de tan cruda con sólo su guitarra y "No va más" pone fin de manera acelerada, como si un tren atravesase la sala y la partiese en dos. Pero todavía queda "El Dorado" en la que Goñi se deja la voz y los dedos en el solo, nos empuja a "arriba" en el puente y nos sacude cuando caemos al suelo con el estribillo y cuando parece que todo ha llegado a su fin, encienden las luces y se ve la cara de satisfacción de miles de personas, Carlos vuelve al escenario para regalarnos "Esta noche tengo más de lo normal" y recordarnos lo especiales que somos para él, ya que sin nosotros no hay cantante ni canción pero sin alguien como Carlos tampoco habríamos tenido banda sonora en muchos de nuestros momentos más especiales. Un auténtico lujo, que sea por muchos años.

© 2013 Jim Tonic