Concierto: Quique González (Madrid) 11.05.2013

SETLIST: La fábrica/ Parece mentira/ ¿Dónde está el dinero?/ Viejos capos/ Restos de stock/ Caminando n círculos/ Cuando estés en vena/ Delantera mítica/ Torres de Manhattan/ No encuentro a Samuel/ Palomas en la quinta/ Pájaros mojados/ Hasta que todo te encaje/ La ciudad del viento/ 39 Grados/ Pequeño Rock and Roll/ Aunque tú no lo sepas/ Las chicas son magníficas/ Suave es la noche/ Miss camiseta mojada/ Hotel Los Ángeles/ Tenía que decírtelo/ Salitre/ Dallas-Memphis/ Su día libre/ Vidas cruzadas/ Y los conserjes de noche/


¿Qué tiene que ver Quique González con Wilco o Springsteen? A pesar de jugar en otra liga, mucho más modesta por supuesto, Quique ha conseguido una fiel base de seguidores que acudirá a sus conciertos sin saber lo que previamente va a escuchar, quién le va a acompañar sobre las tablas o con qué formato va a sorprender en la ocasión. Es capaz de lograr que todos y cada uno de los que repiten noche tras noche, gira tras gira, se sientan parte de una gran familia de amigos y vean cada concierto como una oportunidad de ver a Quique defender sus canciones en los escenarios. De Galileo Galilei a La Riviera, pasando por mil bares, la historia de un “kamikaze enamorado” que plantó cara a la Industria cuando no estaba de moda hacerlo y se autofinanció sus propios discos cuando lo fácil hubiese sido abandonar o pasar por el aro. Con “Delantera Mítica” aún caliente, Quique reventaba la sala La Riviera dos noches consecutivas (y hubiese podido una tercera perfectamente) para presentar unos temas que, aunque en el disco suenen algo diferentes, en directo se integran perfectamente en su cancionero y no sólo resultan sino que le dan solidez y aportan un granito de frescura entre tanto clásico reciente. Acompañado de nuevo por Eduardo a la guitarra y al violín, Pepo López a la Telecaster, Alejandro al bajo y Edu “Sunrise” Olmedo a la batería, abrió la noche con “La Fábrica” de su último disco y vaya si funcionó con ese estribillo más propio de Carver que de Bukoswki o Dylan, la gente la celebró tanto o más que “¿Dónde está el dinero?” en la cual se colgó una, inusual en él, Gibson SG. Y volvió al ataque con una de las mejores de “Delantera Mítica”, “Viejos capos”.



Las canciones de Quique en directo suenan mucho más directas y crudas, lejos de la acolchada presencia de su voz en disco, las guitarras de Eduardo y Pepo (ambos armados con Telecaster) le arropan y le dan el punto justo de electricidad controlada que su música, con fuertes aires americanos, necesita. La verdad es que Quique casi siempre se ha sabido rodear de grandes músicos y esta vez no es una excepción, recuerdo grandes noches de Eduardo acompañándole en Galileo y Pepo no sólo cumple sino que aporta un extra con su excepcional manera de tocar en la que, sin embargo, pone las cuerdas al servicio de las canciones sin llegar a quitarle protagonismo alguno ni a Quique ni a las composiciones.



“Restos de stock” de “Daiquiri Blues” es, sin embargo, interpretada con acústica pero sigue sonando con nervio, la siguen “Cuando estés en vena” o la recuperada “Torres de Manhattan” de “Pájaros mojados”, “Samuel” y la gran sorpresa de la noche; “Palomas en la quinta”. Adoro esta canción por muchos motivos, el principal es que la primera vez que la escuché fue en la presentación que Quique hizo de su disco “Kamikazes enamorados” en Madrid cuando su publicación, recuerdo que nos cayó una chupa de agua importante y cuando entramos nos encontramos a Quique, sentado al teclado presentándonos a un grupo, de no más de cincuenta personas, canciones como “Calles de Madrid”, “Polvo en el aire” o la mencionada “Palomas en la quinta” y sonaba especial y diferente a todo lo anterior, además la tengo asociada a un momento muy concreto de mi vida. Con la ayuda de Eduardo, “Palomas en la quinta” gana en directo y se convierte en una preciosidad de canción. 

El ritmo cansado y tranquilo de “Hasta que todo encaje” nos devuelve a Nueva Orleans, a su “Daiquiri Blues” (seguimos echando de menos “Un arma precisa” en directo) y con “La ciudad del viento” y “39 grados” (otra gran sorpresa) volamos a “Salitre 48” como con “Pequeño Rock & Roll” y la sempiterna “Aunque tú no lo sepas” a “Pájaros mojados”, entiendo que haya gente para la que sería imperdonable que Quique no tocase la canción escrita a Urquijo en directo pero, personalmente (y quizá por haberle visto tantas veces) agradezco cuando la ha obviado y se ha decidido por otras piezas menos conocidas de su cancionero. 

“Las chicas son magníficas” nos da cierta tranquilidad y arranca las sonrisas entre ellas para volver a la carga con “Miss camiseta mojada” y la locura en la que convierte “Hotel Los Ángeles” con un speech muy propio de Chinaski (como hacía tiempo que la interpretaba en directo y no en su versión más descafeinada). En la recta final, sin querer irse y reclamado por todos, vuelve con “Salitre” (y de nuevo la inestimable ayuda de Eduardo) y la ranchera en la que se convierte “Dallas Memphis” para tocarnos la fibra con “Su día libre” en un alarde de cómo saber tocar nuestras emociones tras casi de dos horas de constantes vapuleos sentimentales y recuerdos de otro tiempo. La guitarra es magnífica y el “in crescendo” en el que se convierte el estribillo nos deja a todos con ganas de más, asunto que resuelve yéndose a la “La noche americana” con “Vidas cruzadas” y los gritos de euforia de la gente que no duda en cantar palabra por palabra la letra y, como buen aficionado al fútbol, meternos por la escuadra “Y los conserjes de noche” por si había alguien que todavía se había quedado con ganas de más. Abrazos y KISS sonando, lo ha vuelto a hacer y nosotros volveremos a estar una y otra vez, lo prometemos, ya son más de diez años siguiéndole. 

© 2013 Jim Tonic
(Todas las magníficas fotos de este artículo pertenecen a Ana Arias Gallegoathelass85)
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