Crítica: Dimmu Borgir "Puritanical Euphoric Misanthropia"

Sin lugar a dudas fue con este disco con el que Dimmu Borgir dieron un salto cuantitativo y sobre todo cualitativo en su ya dilatada carrera artística. Bien es cierto que con "Enthroned Darkness Triumphant" dieron un primer aviso y un primer toque de atención cuando Nuclear Blast decidió incluir, en el triple disco editado con motivo de la celebración del décimo aniversario del sello discográfico, aquel increíble y tétrico "Mourning Palace"; tema que todos los seguidores de la banda conocemos a la perfección y seguimos admirando como el primer día. Ese fue el inicio y el comienzo de todo, el nacimiento de una contraoferta al Black Metal más castizo y marrullero, convirtiéndose, por todo ello, Shagrath y Silenoz en los grandes difamadores y traidores al hasta entonces conocido como el verdadero Black Metal noruego. Predicaban en un estilo muy similar al que ya estaban promulgando con más que acertado éxito Cradle Of Filth desde la tranquila y nebulosa Inglaterra. Eso sí, la diferencia entre ambos grupos era clara y evidente, Dimmu Borgir, al contrario que sus colegas, contaban con el agravante que sus integrantes procedían del país de los fiordos más espectaculares y del país donde tiene lugar el mítico "Hole In The Sky" (ese festival que a cualquier amante de la música extrema le gustaría poder disfrutar al menos una vez en la vida). Pero en contra de lo que se pudiera pensar y creer ese hecho no les pasó factura; al contrario la suerte les sonrió y se les puso de cara, convirtiéndose de la noche a la mañana en uno de los grupos de metal más exitoso y que puede presumir de tener los seguidores más fieles. Y el hecho de que no estamos hablando de una banda cualquiera ni de una banda más lo pone Nuclear Blast, convirtiendo al grupo noruego en buque e insignia del potente sello alemán.

Es en este trabajo donde reclutan a los grandes baluartes que les conducirían a convertirse en uno de los grupos más exitosos dentro de la escena Black. Galder, Vortex y Mustis entraron en aquel momento en acción directa y en primera línea de fuego. Además también lo hizo Mr. Barker, un viejo conocido al tratarse del batería de la etapa más exitosa de los inmundos Cradle Of Filth. Todos ellos juntitos lavan la cara al grupo, le dan un giro de 180 grados y convierten el sonido infecto de sus primeros discos en una delicia marcada por la experimentación y la orquestación. Nada que ver con lo que nos tenían acostumbrados hasta la fecha.

Las dos primeras canciones propiamente dichas (dejando a un lado el instrumental comienzo) son simplemente geniales. La primera, "Blessings Upon The Throne Of Tyranny", una bestialidad digna de los primeros Darkthrone en cuanto fuerza y rudeza aunque no, lógicamente, en cuanto a sonido e instrumentación. Nos masacra y nos destroza con su potencia y violencia. No esperéis a un Barker acobardado por ser la primera grabación con los Borgir; vamos ni mucho menos. Cuando el "pequeñito" se pone a aporrear y a pisar el acelerador no hay quien le pare, se escapa del resto convirtiéndose en una tarea imposible seguirle ni marcarle. Si el tema es enormemente heavy y duro es gracias a este monstruo. Él solito se basta para convertir un tema soso y anodino en un misil proyectado y dirigido al espacio de nuestra frente que se encuentra entre ceja y ceja.

La sinfonía nos oprime y presiona cuando escuchamos las primeras notas de los teclados de Mustis en "Kings Of Carnival Creation". Otro de los grande músicos que dotó a la banda de un encanto y una sencillez especial. Se convierte en una combinación perfecta de fuerza y melodía capaz de mejorar nuestro estado de ánimo y ponernos las pilas y activarnos como Dios manda. Qué diferente y a su vez qué bien suena la voz de Shagrath comparándola con la que hacía gala en sus dos primeros y recuperados discos. Los coros y las voces limpias de este tema son de lo mejorcito que podréis escuchar de toda la discografía del cantante noruego.

La experimentación y digamos cierta industrialización se empieza a ver en temas como "Hybrid Stigmata" o en "Architecture Of A Genocidal Nature", ésta última con un comienzo propio de los temas más thrash de Al Jourgensen y sus Ministry. Aunque para verdadera experimentación tenemos "Puritania", con la voz de Shagrath totalmente robotizada y con un ritmo demente y axfisiante a lo Nine Inch Nails. Una joyita que merece la pena darle unas escuchas. Es de estas típicas canciones que no defraudan a nadie. "Sympozium" os recordará a los Dimmu más actuales y modernos, esos que se caracterizan por convertir los teclados en la columna vertebral de su sistema y sonido. Se os vendrá a la cabeza discos como "In Sorte Diaboli" o incluso el magnífico y misterioso "Abrahadabra", aunque en este último ya no contaran por desgracia ni con Vortex ni con Mustis, para mí dos piezas fundamentales en este puzzle.

Es verdad que los tres miembros actuales (Shagrath, Silenoz y Galder) se sobran y se bastan ellos solitos para hacer un álbum de la talla de Abrahadabra, pero es evidente que con los otros dos miembros eran un equipo mucho más completo y equilibrado, capaz de competir en las más grandes y jugar en las mejores ligas del Rock. Hace ya mucho tiempo que no vienen de gira por nuestros escenarios y les echamos de menos. Ya va siendo hora de que vuelvan y de ese modo nos puedan demostrar que aún no están muertos, como muchos quieren ver, y que al contrario siguen vivitos y coleando. Posiblemente no vuelvan a hacer un disco como Puritanical, al fin y al cabo es muy difícil hacer discos de cinco estrellas uno tras otro. Pero quién sabe...con Dimmu Borgir todo es posible.

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