Crítica: Carcass "Torn Arteries"

No voy a engañar a nadie, Carcass son una de mis bandas favoritas y aquel regreso, “Surgical Steel” (2016), tras diecisiete años sin publicar, nos cogió a todos con el paso cambiado porque casi ninguno esperábamos semejante maravilla. No sólo me sigue pareciendo una obra maestra, sino que demostraba que Carcass guardaban las maneras, la rabia, el death y el grind, que Steer y Walker conservaban el mítico sonido que les hizo mundialmente famosos. “Surgical Steel” supuso un terremoto en el mundo de la música y los festivales se los rifaban, pude verlos en varias ocasiones y tanto Walker como Steer estamparon su firma en aquel glorioso retorno. Pero, pese a ello, a todos nos rondaba el siguiente pensamiento, ¿ahora qué? Steer aseguraba que estaban trabajando en nuevas canciones pero, ¿estarían a la altura de aquellas más recientes que habían macerado durante casi dos décadas? “Torn Arteries” es un gran disco, no voy a engañar a nadie. Producido por la propia banda, media docena de ingenieros y Jens Bogren, es imposible que el álbum suene mal. Walker, Steer, Wilding y Draper son una máquina de matar, no sólo suenan bien y engrasados sino fieros y afilados, contundentes y agresivos. Las canciones de este álbum son, simple y llanamente, la continuación lógica de “Surgical Steel”. Bien escritas y mejor interpretadas, algunas con groove pero todas a medio camino entre el death roll y el grind tan característico, con el puntito retorcido que tanto me gusta pero, como único punto negativo, es la pérdida de frescura, de su capacidad para sorprendernos o rompernos la cabeza. Y, sin que esto pueda ser visto como algo negativo, no puedo estar más contento de que Carcass hayan regresado con semejante nivel. “Torn Arteries” resulta un disco valiente, bajo la portada del genial Zbigniew Bielak, evocando a Giuseppe Arcimboldo, Carcass se marcan un Lampedusa por el que cambian elementos en su música para que nada cambie y, a pesar del esfuerzo, nos sintamos como en casa cuando pinchamos el vinilo. 

El disco abre con la canción homónima y escuchamos la batería de Wilding sonar verdaderamente nítida, pero son los riffs de Steer y Draper los que rompen con la urgencia del thrash y sentimos que somos adolescentes de nuevo mientras ellos parecen conectar la sierra con la que abrirnos el pecho en esa imaginaria mesa para autopsias. Es imposible escucharla y no mover la cabeza o los pies, es imposible no sentir que la sangre bombea por ese corazón de verdura de la portada. “Dance of IXTAB (Psychopomp And Circumstance March No.1 in B)” posee el groove de “Swansong”, ese mismo del que abusan en el riff principal en “Eleanor Rigor Mortis”, tras la apertura thrash. Una canción repleta de cambios de ritmo y unas guitarras que se te clavan en el cerebro. Me encanta cómo solea Steer y cómo suena, en general, todo el álbum. Es un auténtico placer escucharlo y sentir cada instrumento; su presencia y sonido, sin que resulte una maraña de compresión, un bloque monolítico en el que nada respira y cuesta identificar los matices. El sonido de “Torn Arteries” es brutal, de principio a fin.

“Under the Scalpel Blade” es una vuelta a sus comienzos, la alternancia de tempos a altísima velocidad mientras las guitarras parecen ir al doble y el juego a dos voces. Y es justo en este momento del álbum en el que Carcass marcan la diferencia porque canciones como la anterior o "The Devil Rides Out" ganan con escuchas y se convierten en nueve minutos verdaderamente adictivos. Hay maestría y oficio en “Flesh Ripping Sonic Torment Limited” (aunque soy honesto y no puedo justificar su extensión, casi diez minutos son muchos para una composición que en cinco habría sido aún más cortante y precisa, como el acero quirúrgico). "Kelly's Meat Emporium" se pega como un chicle, posee la melodía, y es imposible negar que no hay adelanto mejor de lo que puede llegar a significar “Torn Arteries”. Pena son “In God We Trust” (a pesar del cojonudísimo riff) y “Wake Up and Smell the Carcass/Caveat Emptor” que hacen que el disco pierda fuelle en su recta final, a pesar de las buenas ideas que contienen (fundamentalmente, la última, porque las palmas de “In God We Trust” prefiero obviarlas) pero, por suerte, se despiden con “The Scythe’s Remorseless Swing” y una colección de riffs por los que les perdonamos casi todo.

“Torn Arteries”, como escribo más arriba, suena magnífico, aunque con menos peligro y frescura que “Surgical Steel”. Con todo, es una magnífico ejemplo de que los de Liverpool son capaces de abrirte la cabeza con un afilado escalpelo o con una radial, el corte es menos fino, pero hacen la misma sangre. Sé que es por dinero y ventas pero, con permiso de Jeff Loomis y sus divinas manos, hay que tener muchos huevos para salir al escenario después de ellos y lo digo, por supuesto, por la gira conjunta de Carcass, Behemoth y Arch Enemy, The European Siege 2022. 

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