Crítica: Light The Torch "Revival"

Hay músicos que parecen ser perseguidos por una sempiterna nube tormentosa sobre sus cabezas y Howard Jones es uno de ellos. La carrera del que fuese vocalista de Killswitch Engage tras su salida de la banda ha sido del todo menos estable y es una pena porque, aparte de contar con la simpatía de todos sus seguidores, posee una potente y bonita garganta, capaz de sonar agresiva pero también transmitir emociones. Light The Torch, antes conocidos como Devil You Know, se vieron obligados a cambiar su nombre por motivos legales y Jones, Artusato, Wombacher y Sciulara (tras la marcha de Roy Lev-Ari en 2015 y John Sankey al año siguiente) se han empeñado en asegurar que esto no es un disco más sino una nueva aventura, un nuevo punto de partida y repetir hasta la saciedad lo mucho que han disfrutado mientras grababan las nuevas canciones. “Revival”, el álbum de debut de Light The Torch suena bien y entretendrá a algunos pero no es un punto de partida de nada, es previsible y continuista, en “Revival” hay todo lo que nos gusta de Killswitch Engage o Devil You Know pero de marca blanca; los riffs suenan potentes, la melodía y contundencia son las apropiadas y la voz nos muestra a un Jones en plenitud de facultades pero el disco es plano tanto en forma, como en intenciones, quizá sea el metalcore más genérico y carente de emoción, prefabricado, que hayamos escuchado en mucho tiempo; lo que ya es decir mucho en sí mismo.

Es más, es hacer sonar “Die Alone” y sentir que nada ha cambiado, que estamos ante el nuevo álbum de Devil You Know, quizá más relamido, más pulido y más complaciente. Veréis, soy el primero que se alegra de que Jones esté de vuelta con nosotros y me gusta ver como Killswitch Engage y Jesse Leach apoyan su nuevo proyecto pero no termino de entender la dirección de Light The Torch; si querían que todo cambiase, sin cambiar nada, haciendo lo mismo o si, por el contrario, esta es su idea de evolución. En ambos casos, “Revival”, es un pequeño fracaso que sería comprensible en una banda con menos recorrido, en un profesional como Jones y es que, por mucho que me pese, tanto el sonido -plenamente estándar-, como los videoclips o el resultado general es ligeramente decepcionante y huele a álbum elaborado sin mucho mimo, en el que la magia no se ha dado. Tengo el amargo presentimiento de que si tras el cambio de nombre y un par de músicos, todo sigue prácticamente igual, es absurdo esperar a un segundo álbum.

“The God I Deserve” nos muestra las guitarras en afinaciones más bajas y un buen riff con dobles voces en los coros, “Calm Before The Storm” intenta mantener el nivel de energía y contundencia sobre el que Howard dibuja la melodía, mientras que en “Raise The Dead” se acercan al djent antes de bajar de volumen y tempo y acabar convirtiendo la canción en un medio tiempo sin riesgo alguno. Quizá sea por eso que “The Safety Of Disbelief” parece desplegar sus alas y nos sorpende; no hay ningún color nuevo en su paleta pero, por lo menos, posee la melodía y la carga emocional en la que Jones se sabe manejar con tanta soltura. Igual que “Virus” o “The Bitter End”, quizá la triada por la que cualquier fan de Devil You Know o Killswitch Engage pincharía de nuevo este álbum, aunque palidezcan frente a cualquier de las canciones de, por ejemplo, “Incarnate”.

“Lost In The Fire” o “The Sound Of Violence” (a pesar del desgarro de Jones) pierden fuerza y nos hacen perder también nuestro interés en un álbum en el que ni siquiera el músculo de “Pull My Heart Out” sirven de avales. Así, no es de extrañar que el minimalismo con el que arranca “Judas Convention” sea de lo más prometedor, a pesar de que la lentitud de Sciulara y el pesadísimo tempo de la canción opaquen el trabajo tras las voces, una lástima...

No es de extrañar que “Revival” reciba críticas tan tibias y la nueva aventura de Jones termine diluida en el caso de que ellos mismos no se den cuenta del absurdo callejón sin salida en el que se han metido con un álbum repleto de material de relleno en el que quizá debamos entender que “la cabra tira al monte” y demasiado le estamos pidiendo a unos músicos con unas señas de identidad tan marcadas. Puede sonar injusto, lo sé, pero cuando veo a Killswitch Engage en directo, veo a una banda que se lo pasa bien sobre el escenario y a un Leach que, lejos de las comparaciones, vive con intensidad y verdadero desgaste físico y emocional cada actuación de su banda; sin embargo, cuando escucho Light The Torch, leo sus entrevistas o veo sus videoclips, no siento absolutamente nada. De verdad que lo siento por Howard Jones pero si quería un cambio, Light The Torch tendrían que haber abandonado su zona de confort, esa en la que parece sumido desde hace muchos, muchos años.


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