"Hymns in Dissonance" de WHITECHAPEL, un regreso a sus raíces más brutales...

Un recordatorio de que la brutalidad bien hecha sigue teniendo valor, aunque echemos de menos la valentía que exhibieron en el personal “The Valley"

"The Last Will and Testament", OPETH firman una obra maestra

Los suecos siguen avanzando, labrando su propio nombre, gracias a un disco que aúna lo mejor de su carrera.

"Servitude" de THE BLACK DAHLIA MURDER

La banda supera su luto y regresa con un gran disco como es "Servitude", que sirve como punto de inflexión

"Opera" de FLESHGOD APOCALYPSE, fusionando el death metal con la lírica

El regreso de Paoli nos trae un álbum tan excesivo como delicioso por parte de italianos

"Schizophrenia" de CAVALERA

Los hermanos siguen emulando, con éxito, a Taylor Swift con sus "Cavalera's Version"

Crítica: The National "Trouble Will Find Me"

La música de The National entra poco a poco; cuando escuché “Alligator” allá por el 2005 me gustó lo suficiente como para escuchar su disco homónimo del 2001 y “Sad Songs For Dirty Lovers” (2003) pero, aunque “Alligator” sea una auténtica joya y quizá la referencia ineludible sobre la que ahora toda la crítica parece querer comparar cada nuevo disco de los de Cincinnati, a mi cabeza le costaba mucho disfrutar de la voz de barítono de Matt Berninger y la música de los hermanos Dessner y Devendorf sin caer en las absurdas comparaciones con algunos artistas como Tindersticks, los difuntos Cousteau o Nick Cave (por no hablar de las influencias post-punk). 

Concierto: Portishead (Madrid) 18.07.2014

SETLIST: Silence/ Nylon Smile/ Mysterons/ The Rip/ Sour Times/ Magic Doors/ Wandering Star/ Machine Gun/ Over/ Glory Box/ Chase the Tear/ Cowboys/ Threads/ Roads/ We Carry On/

Dieciséis años han pasado desde la última vez que vi a Portishead sobre un escenario y veinte los que han tardado en venir a Madrid pero es que todo en la carrera de los de Bristol es una larga espera o una tranquilidad y una escasa prisa por pisar el acelerador y quemar de un fogonazo una carrera como la suya que llega a desconcertar; con tan sólo tres discos en veinte años (uno de ellos, “Third” once años más tarde que el homónimo “Portishead” del 97) y un directo, el trío se ha convertido en todo un referente, una banda que tras el éxito arrollador de sus dos primeros discos, decidió sumergirse en su propio mundo bajo sus propias reglas y no aceptar la presión de la industria o sus propios seguidores, prolongando un largo hiato o descanso y dando espacio a un disco en solitario tan maravilloso como el de Beth Gibbons con Rustin Man (que no es otro que Paul Webb, bajista de Talk Talk) llamado “Out Of Season” en el 2002. 

Concierto: Slayer (Clisson, Hellfest) 20.06.2014

SETLIST: Hell Awaits/ The Antichrist/ Necrophiliac/ Mandatory Suicide/ Captor Of Sin/ War Ensamble/ Hate Worldwide/ Disciple/ Implode/ Seasons In The Abyss/ Dead Skin Mask/ Raining Blood/ Black Magic/ South Of Heaven/ Angel Of Death/

Salimos corriendo de The Temple, tras la increíble actuación de Erik y sus Watain, para dirigirnos sin perder un segundo al Mainstage 2 y así poder disfrutar al completo de otro de los platos fuertes de la jornada inaugural del Hellfest 2014. Slayer eran los encargados de tomar el testigo de Iron Maiden, que habían finalizado su actuación en el escenario 1, y llevar a Clisson el verdadero poder del thrash metal. Slayer son de los pocos músicos que no dan lugar a sorpresas, en ese sentido podíamos calificarlos como básicos; cuando los tienes delante sabes lo que te toca, conoces a la perfección que durante la siguiente hora y pico van arrasar todo lo que se interponga en su camino, no dejando títere con cabeza... Siempre decimos que lo complicado de verdad es salir a tocar después de Slayer, eso es lo realmente jodido; ponerse encima de un escenario e intentar hacer mover el cuerpo a miles de metalheads que han visto el Infierno tan de cerca tan solo unos minutos antes es realmente complicado. Pero bueno, es lo que hay, tras varios cambios de horarios en su actuación, finalmente tocaron (para desgracia de muchos) a las once de la noche. Utilizamos la palabra desgracia, debido a que su actuación se solapaba con la que estaban dando Death To All en el escenario The Altar; dos bandas que en un principio mueven al mismo tipo de fan y que causó bastantes quejas a la organización del mismo. No obstante en estos macro festivales este tipo de solapamientos son inevitables dado el enorme número de bandas que en ellos tocan y la tremenda calidad de las mismas. Raro es que no tengas unos cuantos solapamientos en alguna de las tres jornadas que suelen durar estas fiestas del Rock y del heavy metal. Pero contra eso es muy difícil luchar, nunca lleve al gusto de todos; si a mí me favorece en una ocasión seguro que a otro le perjudica, y viceversa. Pero eso es lo que hay, ante este tipo de sucesos no queda otra que elegir, tirando más de corazón que de cabeza, porque no olvidemos nunca que la música es ante todo sentimiento.

Las primeras melodías que salen de la BC Rich de King y de la Schecter de Holt descifran con toda claridad que "Hell Awaits" iba a ser la encargada de abrir el show. Es una canción fantástica para abrir un concierto, durante muchos años fue empleada por los californianos para dar el pistoletazo de salida a sus directos. La usaron incluso en su época más exitosa a nivel de público tras la edición en 1990 de "Seasons In The Abyss", tal y como pudimos posteriormente comprobar con la grabación de uno de los mejores directos de la historia, "Decade Of Agression" (1991). Como sucedía en aquel directo, Slayer iban ganando intensidad según "Hell Awaits" iba creciendo y tomando cuerpo. Bostaph está muy centrado mientras el meticuloso Araya no pierde detalle de lo que hacen sus compañeros de escenario. La melodía desaparece cuando los riffs maquiavélicos del tema salen a escena, con todo el mundo volviéndose loco batiendo sus cabezas una y otra vez en el headbanging más atroz que haya visto en mucho tiempo. Da gusto empezar un concierto así, estos cabrones saben cómo meter adrenalina a base de guitarrazos.

"The Antichrist", de su debut "Show No Mercy" (1983), es la siguiente en caer al igual que sucedía en el mencionado "Decade Of Agression" (1991). Estaba claro que Slayer quería asegurarse la victoria esa noche, no habían venido a arriesgar, se limitaron a jugar con lo justo y a lo que saben, con sus ases en la manga (como todo el mundo) y con el convencimiento de que esta vez no se querían despistar. En ese sentido vuelven a tirar de "clásico" para la tercera de la noche. "Necrophiliac" sin ser uno de los temas más representativos de la carrera de Slayer, sí que conserva aún en directo el sabor añejo de su "Hell Awaits" (1985). Tiene la calidad y el temple del old school de los 80, ¡vaya sí se nota!, pero siempre acompañado de los avances y de los sonidos del nuevo milenio en cada una de sus notas. Les quedó realmente bien, muy alegre y vistosa, se nota que los cuatro miembros actuales están totalmente compenetrados, en una banda donde cada uno conoce su función y ninguno se sale de la misma.

 Tengo que decir que el sonido del concierto, siendo bueno, no llegaba a la calidad del que disfrutamos por ejemplo en su último paso por la Península en el Sonisphere 2012, tras y como pudimos observar con claridad tras "Captor Of Sin" y "Mandatory Suicide". Le faltaba fuerza, se quedaba un tanto escaso teniendo en cuenta que Slayer son  los que estaban enfrente. Bien es verdad que en el concierto del 2012 estábamos metidos en la parte delantera del Black Circle, y allí parecía que todo sonaba mejor. No obstante pienso que podrían haber hecho algo más; ellos son los amos de los decibelios y la caña, y hay que exigirles en ese sentido un poquito más. Además en esta ocasión no serviría de nada echar excusas baratas al escenario, ya que sobre esas mismas tablas tocaron Emperor y Behemoth, y madre mía como sonaron los noruegos y los polacos. Ellos fueron sin duda los grandes triunfadores del Hellfest 2014 junto a Black Sabbath y Watain; para un servidor los cuatro mejores conciertos de la última edición del prestigioso festival galo y de los que en esta ocasión Slayer se quedó un tanto rezagado.

Con "War Ensamble" echaron toda la carne en el asador, fantástico Gary Holt en el solo de la misma, demostrándonos que poco o nada tiene que envidiar al tristemente desaparecido Jeff Hanneman, ya que su virtuosismo le ponen en la cabeza de los mejores guitarristas de thrash metal. "Hate Worldwide", una de mis favoritas de su último "World Painted Blood" (2009), fue la siguiente en sonar en la noche de Clisson. Su potente riff y su despiadada melodía de poco más de tres minutos te hacen vibrar y sentir la música en estado puro. Cuando suenan canciones así es cuando de verdad entiendes de por qué amas tanto esta "puta" música y comprendes que te desvivas por ella...Con "Disciple", el clásico segundo corte de su "God Hate Us All" (2001), no dan tregua y la batería de riffs y punteos ultra-rápidos mantienen una secuencia despiadada, que prosiguió sin descanso con la presentación de su nuevo tema "Implode". Si el tema ya nos gustó en su versión de estudio, en directo no lo hizo menos. Suena a los Slayer clásicos, a los castizos y puros, a esos chavales que allá por los primeros 80 revolucionaron una música y un sonido que nunca fue apto para todos los públicos. "Seasons In The Abyss" y "Dead Skin Mask", con uno de los pocos solos que aún hace Kerry King, suenan a gloria bendita. Al fin y al cabo son dos de sus canciones más reconocidas que difícilmente se suelen quedar fuera de su setlist. Nada que objetar de las mismas...Y de aquí hasta el final pues ya os podéis imaginar, clásico tras clásico. Una atropellada "Raining Blood" sirve de antesala a una de mis favoritas, "Black Magic"-¡qué cariño le tengo a "Show No Mercy" (1983)!-para finalizar su actuación con otras dos temazos a los que nunca se les pone falta. Por un lado "South Of Heaven", sin duda una de las mejores canciones que ha firmado Jeff Hanneman. Me fascina todo en ella, desde su melodioso comienzo, con Gary Holt mostrando al personal su preciosa Schecter, hasta las partes más rabiosas con Bostaph ejerciendo de maestro de ceremonias, llevando en ese momento todo el peso de la actuación. El final del show una vez más vuelve a estar dedicado al atroz médico nazi Josef Mengele, encarnizado en su apodo, "el ángel de la muerte". "Angel Of Death" no necesita ningún comentario ni ninguna definición, "Angel Of Death" es THRASH METAL...Gran  setlist, una pena el sonido.

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Fotos de Ozirith (HELLFEST)

Concierto: Behemoth (Clisson, Hellfest) 22.06.2014

SETLIST: Blow Your Trumpets Gabriel/ Ora Pro Nobis Lucifer/ Conquer All/ As Above So Below/ Slaves Shall Serve/ Christians to the Lions/ Ov Fire and the Void/ At the Left Hand ov God/ Chant for Eschaton 2000/ O Father O Satan O Sun!/

A nivel personal considero que Behemoth fueron los auténticos triunfadores del Hellfest 2014. Considero que Nergal, Orion, Inferno y Seth estuvieron un puntito por encima del resto de bandas del cartel de la última edición del aclamado festival galo; otros como Black Sabbath, Emperor o Watain también estuvieron brillantes, pero lo de Behemoth fue realmente enorme. Era Domingo y por delante teníamos el que a priori se presentaba como el día más copioso en cuanto a número de bandas que de gran calibre se iban a dejar ver por la arena de Clisson. Estábamos en el día más caluroso de los tres del festival, la ya de por si alta temperatura mezclada con la humedad (por la mañana habían caído algunas gotas) generaban una sensación de bochorno difícil de aguantar y sobrellevar. Era plena tarde y estábamos sufriendo de lo lindo las inclemencias de Don Lorenzo...Según terminábamos de ver al gran Hoglan (Dark Angel) aporrear las últimas notas de "Perish In Flames" nos dirigimos apresudaramente al Mainstage 2 para intenta disfrutar con una calidad óptima de visión y sonido de uno de los grupos que teníamos catalogados como "fijos" en esta edición 2014. Sobre el blanco (cuando menos curioso) telón de fondo simplemente adornaba el símbolo del triángulo y la llama que figura en la contraportada de su último trabajo de estudio "The Satanist" (2014), mientras que sobre el escenario simplemente figuraban los estrambóticos pies de micro a los que ya nos tienen acostumbrados los polacos (sobre todo Nergal). Una puesta en escena sobria, nada ostentosa, pero que daría mucho juego durante los sesenta minutos siguientes.

Con la sulfurosa intro de "The Satanist" ya te das cuenta que la primera en caer iba a ser "Blow Your Trumpets Gabriel". Fantástico el sonido desde el segundo uno, con un Nergal encapuchado (menudo calor tenía que estar pasando el hombre) y con un Orion entregado en cuerpo y alma, haciendo enloquecer al personal con su copioso e incipiente headbanging. La canción transcurre muy rápida, es un tema denso, seguramente el más opulento de su última obra, pero tiene algo que te atrapa, tiene magia y tiene maldad. Me gustó mucho (aunque fuera enlatado) el sonido de las trompetas en su parte intermedia precediendo al magnífico sonido que se marcaron los dos hachas de la formación. En este sentido tenemos que decir que lo de Seth son palabras mayores, ¡qué gran guitarrista!; aún no comprendo como Nergal no lo ha incluido todavía como miembro oficial de la banda. Está muy bien eso de que se sienten a gusto como trío y eso de que no ve necesario incluirle como un miembro más dentro de Behemoth, pero es que lo de este guitarrista es tremendo. Pienso que se lo merece más que nadie y creo humildemente que debería ser uno de los titulares de esta gran banda de metal. Al fin y al cabo tampoco creo que Inferno y Orion pinchen y corten mucho a la hora de componer, eso es algo que Nergal siempre ha considerado como una labor muy suya, y por mucho que el tiempo le haya ablandado y suavizado, seguro que la mayor parte de la elaboración y de la composición musical sigue siendo obra suya.

"Ora Pro Nobis Lucifer", cuarto tema de "The Satanist", fue la siguiente en dejar huella y calar hondo en todos nosotros. La canción, ya de por sí combativa, pasó como un panzer por encima de todos nosotros, dejándonos exhaustos y al límite de nuestras fuerzas. Alucinante la voz de Nergal, genial;nos alegra mucho poder disfrutarle en tan buen estado de forma y verle totalmente recuperado de la leucemia que le detectaron hace unos años. Inferno también magnífico, tocando la batería como solo hacen los grandes, dejándose la piel y el alma con cada pegada y con cada aporreo. El doble bombo en su caso parece triple, creando un ambiente aterrador, y eso que aún era plena tarde y el sol brillaba en lo más alto. Una pena no haber podido disfrutar de la banda un poco más tarde, cuando la noche hubiera caído y las luces y el fuego hubiesen tenido un papel más importante... La potente melodía que salía de las guitarras de Seth y Nertal delataba que era la hora de escuchar el primer clásico de la tarde. "Conquer All", incluida en su "Demigod" (2004), siempre es sinónimo de victoria y sinónimo de grandeza; es una de mis canciones favoritas; siempre le he tenido mucho cariño, supongo que por la fuerza y la caña que me transmite. Nunca me canso de escucharla, es un tema al que recudo con relativa frecuencia ante un mal día o ante una mala experiencia, me anima y me enchufa, es sin duda uno de  los himnos más grandes de toda la discografía de Behemoth. Es un tema corto pero intenso, tres minutos y medio de blackened death metal en estado puro con el que rejuvenecí diez años enteros... Por su parte "As Above So Below" de su "Zos Kia Cultus" (2002) deja de lado su lado más death para centrarse en su primigenio black metal que tanto éxito les dio con "Thelema. 6" (2000) y sobre todo con "Satanica" (1999), el que es para muchos de sus fans su mejor álbum.


"Demigod" (2004) vuelve a estar presente en el setlist de los polacos, esta vez la elegida para representar a este magnífico álbum es "Slaves Shall Serve", otra de las fijas en todos y cada uno de sus directos. "Slaves Shall Serve" es la rabia en estado puro, es lo más enérgico que te puedes llevar a los oídos en un concierto de Behemoth, que justamente no se destacan por no dar cerita. Ante el sofocante calor la organización del festival decidió regarnos un poco lo cual se agradeció en aquel momento, disfrutamos como niños, empapados y con "Slaves Shall Serve" sonando de fondo, ¿qué más se puede pedir?... Tras una mínima pausa los roadies de Behemoth colocan sobre el escenario tres cruces invertidas, mientras Nergal, Orion y Seth sostienen en sus manos sendas antorchas. No tardan mucho en aplicar su fuego y su ira sobre las cruces que empiezan a arder de manera impactante y que a más de uno dejó con la boca abierta. Era el momento de abrir la jaula de los leones, era el momento de "Christians to the Lions", un tema realmente fantástico que les quedo de lujo en directo y donde pudimos ver a una banda totalmente conjuntada y engrasada; está claro que ya son muchos años juntos, no son unos principiantes, y eso se nota.


Hora de rescatar "Evangelion" (2009) y "The Apostasy" (2007) con dos de sus canciones más emblemáticas, "Ov Fire and the Void" y "At the Left Hand ov God". Dos singles que muestran el salto en calidad que Nergal dio con esto dos discos y que en directo sonaron como dos bombas atómicas. Behemoth había dado un paso de gigante con "Demigod", ya se percibía, pero fue sin duda con "The Apostasy" (2007) y sobre todo con "Evangelion" (2009) cuando empezaron a destacar y a consagrarse como una de los grandes bandas de heavy metal. No olvidemos que con "Evangelion" (2009) la banda ficha por Nuclear Blast y Metal Blade (con esta última para la distribución americana del álbum) mientras que a su vez lograron contar con Daniel Bergstrand en la producción y con Colin Richardson en la mezcla. Estaba claro que Behemoth había abandonado el anonimato para convertirse en estrella.

Las dos últimas canciones en sonar fueron su clásico "Chant for Eschaton 2000"-"Satanica" (1999)- con un Hellfest fascinado y unido ante otra de las grandes melodías que salieron de la prodigiosa cabeza de Adam Darski y "O Father O Satan O Sun!", tema de cierre de "The Satanist" (2014), que al igual que el resto de sus temas anteriores brilló con luz propia en el ya por entonces oscuro cielo de Clisson… ¡Enormes!

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Fotos de Ozirith (HELLFEST)

Concierto: Tsjuder (Clisson, Hellfest) 21.06.2014

SETLIST: The Daemon Gate/ Helvete/ The Daemon Throne/ Kill for Satan (The King's Birth)/ Ghoul/ Mouth of Madness/ Slakt/ Unholy Paragon/ Demonic Supremacy/ Malignant Coronation/ Sacrifice/

Sin duda Tsjuder era uno de los grupos que más ganas tenía de ver en el Hellfest, llevaba años detrás suyo, y eran uno de los marcados como fijos en la agenda del festival. Esto no deja de ser una opinión personal, pero pienso que en los grandes festivales internacionales lo más acertado es tirarse por aquellas bandas que son más complicadas de ver en España, ya que los nombres más importantes, más tarde o más temprano, acaban haciéndonos alguna que otra visitilla. El black metal es un género realmente complicado de ver en España, pocas son las giras que se pasan por la Península, cada vez menos, y mucho me temo que a corto plazo esta tendencia va a cambiar muy poco. Tsjuder fueron una de las muchas bandas que tuvieron el detalle de dejarse ver, fotografiar y firmar para sus fans en el stand que a dicho efecto todos los años monta el Hellfest al lado del Mainstage 1. A Nag (cantante de los noruegos) pudimos verle durante todo el fin de semana "danzando" por el festival, así el Domingo pudimos verle durante el concierto de Black Sabbath en el stand del merchandise oficial, el Viernes en el stand de firmas antedicho y el Sábado sobre las tablas de The Temple, escenario del Hellfest dedicado en su mayor parte a bandas de Black Metal…



Un servidor en The Temple no dejaba de disfrutar como un niño con zapatos nuevos, todas esas bandas que siempre deseas ver y que nunca pasan por tu país se reúnen en tres días en un único escenario. Las tienes todas ahí, todas juntitas, y ésa es una oportunidad que no se puede perder. Sí, puede resultar increíble, pero no deja de ser la pura verdad; gente como Watain, Impaled Nazarene, Gorgoroth, 1349, Turisas o Tsjuder se dieron cita el mismo fin de semana en el escenario más blasfemo del Hellfest 2014...Lo primero que os va a llamar la atención en un directo de Tsjuder es el sonido que exprimen y muestran "estos bichos", formando únicamente como trío. Nunca una única guitarra, un bajo y una batería sonaron tan fuerte y consistente al mismo tiempo; de aquellas pantallas salía un sonido tan agresivo y apocalíptico, que a buen seguro espantaría hasta el mismísimo diablo.

Los noruegos dieron el "do de pecho" con "The Daemon Gate", tema que abría su último trabajo hasta la fecha "Legion Helvete" (2011), y que aquella tarde, a la hora del té, sonó a gloria bendita (o más bien deberíamos decir, maldita). Nag situado en la parte derecha no paraba de moverse de un lado a otro del escenario, incitando al personal a cantar y a saltar sin descanso. De Draugluin no podemos decir lo mismo, aunque ya sabíamos que el hombre no es precisamente la alegría de la huerta encima de un escenario; eso sí, como toca el cabrón... Su fantástica Jackson serigrafiada por la estrella del diablo (muy parecida a la que usa Galder con Dimmu Borgir) sacaba un sonido pulido y potente que hacía temblar "los cimientos" de la carpa que techaba The Altar y The Temple. Sin apenas respiro el trío nos amordaza con su particular "infierno", regalándonos una vistosa versión de "Helvete", posiblemente su mejor canción (al menos mi favorita). Un tema donde los cambios de ritmo que arman y componen el esqueleto de la misma, logran ponerte en estado de órbita y fuera de control. Es un tema para volverse loco, poco más de tres minutos que condesan una maldad latente y perceptible para los que nos encontrábamos al otro lado del escenario… Con "The Daemon Throne" y "Kill for Satan (The King's Birth)" se hacen dueños y señores del Hellfest, metiéndose en el bolsillo a todos y cada uno de los que estábamos presentes. Varias banderas noruegas fueron las que pudimos ver ondear al viento (la palabra "viento" la utilizo en esta ocasión sin mucho fundamento, ya que en realidad no corría ni una sola brizna) durante los diez minutos largos que compendiaron ambas canciones. Tsjuder eran conscientes de lo que se estaban jugando y estaba muy claro que no iban a desperdiciarlo; al fin y al cabo una de banda de black metal no todos los días tiene la suerte de tocar delante de miles de personas, así que la exposición sobre un escenario como los del Hellfest resulta cuando menos interesante y productiva...Fantástico el trabajo de Svendsen a la batería, pienso que fue el mejor de los tres, siempre sonriendo sin dejar ni un sólo momento entregado a la causa del black metal. La verdad que con la cara pintada Svendsen no deja de ser un tipo un tanto extraño; su presencia sobre el escenario dista bastante de la de los otros dos miembros de la banda, donde sus largas melenas y su vertiente esbelta "choca" bastante con la del bueno de (Anti)-Chrisitian, más achaparrado y regordete. No obstante este "pequeño" vikingo se merendó a todo The Temple él solito.


"Ghoul" y "Mouth Of Madness" son las siguientes en arrasar y terminar con las pocas hierbas que había en aquel instante sobre el suelo donde nos encontrábamos. Desde hace años estas dos maravillas, pertenecientes a su obra maestra "Desert Northern Hell" (2004), suenan seguidas en sus escasas y contadas actuaciones, tal y como ya pudimos comprobar sobradamente en su potente "Nowergian Apocalypse" (2006). En este caso su lado melódico echa el cerrojo para centrarse en una especie de old school más cruda y satánica, donde los riffs cortos y punteros de Draugluin te conducen por los pasajes más oscuros y siniestros que puedes vivir en concierto de black metal a las cinco de la tarde y a pleno sol. La pegadiza y sistemática "Slakt" de su último "Legion Helvete" (2011) nos pone a todos a cantar con el puño en alto, mientras que la meticulosa "Unholy Paragon" nos relaja (sobre todo con su pausado comienzo) y nos excita a partes iguales. La voz de Nag suena realmente salvaje, mientras sus compañeros se limitan a seguir la ira de su "amo" como buenamente pueden. El tema es oscuro como el averno, quedando de lujo en un setlist que parecía estar hecho a medida para la ocasión, donde los éxitos abundaban y las mediocridades eran inexistentes.

Tras un brevísimo descanso para reponer fuerzas e hidratarse, Tsjuder vuelven a la carga con un tema nuevo que previsiblemente se incluirá en su próximo álbum de estudio. "Demonic Supremacy", que así es como se llama la canción, no se sale de las líneas marcadas por Nag y sus huestes desde que grabaran en 2004 "Desert Northern Hell". Tiene mucha melodía, pero no por ello pierde fuerza ni empaque. Es un tema que a buen seguro necesita varias escuchas para poder procesar todos sus matices y todas sus partes, no es fácil de asimilar ni de digerir en una sola escucha, y menos aún si la misma ocurre en directo. Habrá que darle tiempo y ver cómo se comporta dicho tema en estudio. De otra banda podría surgirnos alguna duda, pero Tsjuder son un valor seguro por el que apostar...Su actuación una vez más finalizó con el cover de Bathory, "Sacrifice", tema que Quorton hiciera famoso en su debut discográfico allá por 1984. Muchos años, mucho tiempo, dos bandas diametralmente distintas, pero con las mismas y jodidas ganas de hacer black metal. ¡Grandes Tsjuder! 

© 2014 Lord Of Metal
Fotos de Csaoh (HELLFEST)

Concierto: Eels (Madrid) 14.07.2014

SETLIST: Where I'm At/ When You Wish Upon a Star (Leigh Harline cover) / The Morning/ Parallels/ Mansions of Los Feliz/ Daisies of the Galaxy/ A Line in the Dirt/ Where I'm From/ It's a Motherfucker/ Lockdown Hurricane/ A Daisy Through Concrete/ Grace Kelly Blues/ Fresh Feeling/ I Like Birds/ My Beloved Monster/ Gentlemen's Choice/ Mistakes of My Youth/ Where I'm Going/ I Like the Way This Is Going/ 3 Speed/ Last Stop: This Town/ The Beginning/ Can't Help Falling in Love With You/ Turn On Your Radio/


Cualquiera que ayer en el Circo Price se parase un segundo a mirar a su alrededor se daría cuenta de varias cosas: la primera, nunca un público fue tan variopinto, inclasificable e intergeneracional para un artista tan relativamente joven. Dos, si el ancho de banda se hubiese caído la mitad del Price se habría suicidado al verse incapaz de subir su foto a Facebook y compartir con todos sus amigos que estaba en el concierto del verano. Tres, nunca, nunca he visto a tantísima gente sola viendo un concierto; ¿están solos porque escuchan a Eels o escuchan a Eels porque están solos y sienten empatía con la desgraciada vida de Mr. E? Lo cierto es que han pasado diecisiete años desde que empezase a escuchar a Eels y durante el trayecto ha habido grandes momentos, no siempre con tanta gente alrededor, pero su constante labor componiendo, su infatigable actitud en la carretera y el inesperado éxito de su libro “Cosas que los nietos deberían saber” (convertido de la noche a la mañana en una tabla de salvación para todo aquel que se encuentre a prueba en la vida y todo un best-seller) han hecho que sus canciones sean escuchadas por reinas y hipsters por igual. No faltaron aquellos que no despegaron sus dedos del guasap en todo el concierto, los que se hacían “selfies” en cada canción para atestiguar el “yo estuve allí y los Eels lo petaron”, los que hicieron fotos a través del vaso como recurso “artie” y los que no dudaron en agarrar a Mr. E cuando éste bajó a la platea y fundirle a fotos u obligarle a firmar un disco antes de los bises. A poco que se le conozca como artista (y dudo mucho que una décima parte de los asistentes sea consciente de ello) se descubrirá que Mark Oliver Everett es tímido y huye, sin ser maleducado o resultar huraño, de conocer a sus seguidores, detesta que lo paren, hacerse fotos o atenderles, él se ve a sí mismo como un artesano (un relojero o un zapatero, sólo que su oficio es el de componer) por lo tanto no creo que disfrutase mucho cuando una chavala se le colgó del cuello o tuvo que atender a algún que otro invitado. Mr. E es feliz viviendo de su música pero no siendo un personaje público.

Su forma de ser, impredecible y anárquica, le hace aparecerse en la capital vestido de chándal repartiendo helados de hielo con sabor a naranja, barbudo y escupiendo sus canciones como si fuese un punky o, como esta última vez, vestido de traje junto a su banda e interpretando las canciones de su último y excelso disco “The Cautionary Tales Of Mark Oliver Everett” (2014) como un crooner transformando su propio repertorio en lo que él mismo bromeo; “easy listening” pero que de fácil no tiene nada y menos accesible, la música de Mr. E sigue siendo Alternativa, la alternativa bien entendida al predominante gusto borreguil, claro está. Bajo un escenario clásico, coronado por una tarima, la silueta de un contrabajo y un telón alfileteado con decenas de bombillas a modo de estrellas, Mr. E despertó al aletargado público que se había dormido durante la actuación de las teloneras, Daughters Of Davis (las cuales pusieron muchas ganas pero naufragaron con una propuesta instrumental lineal; basada en una acústica, un uke, un cajón y una decena de canciones en la cual no destacaba una por encima de la otra -como si estuviésemos escuchando el mismo tema en bucle durante cuarenta y cinco minutos- como prueba de ello fue el desinterés que despertaron en un respetable maleducado que prefirió entrar a última hora tras varias cervezas y ni siquiera reparó en ellas). Mr. E nos despertó con la belleza tintineante de la introducción es que es “Where I'm At” pero ya, incluso al minuto y medio de comenzar, tenía ganado el partido y cuando se arrancó con la versión de “When You Wish Upon a Star” de Leigh Harline todos caímos rendidos, tras “The Morning” vino “Parallels”, tan característica de su estilo que no parece pertenecer a su último disco sino haber sido escrita hace diez años. Mr. E tiene la facultad de cantar a la desolación o capturar la belleza de las líneas de un tendido eléctrico y dibujarlas en un cielo imaginario como si fuese un pentagrama y transformarlo en canción. 



El clamor vino con “Daisies of the Galaxy” (curioso que en la gira de aquel disco, para aquella ocasión, Eels fuesen teloneros y no fuesen capaces de congregar a unos pocos seguidores en la madrileña sala La Riviera cuando ahora todo el Circo Price suspira por sus estrofas). “A Line In The Dirt” nos sumerge en un estado emocional sólo salvable con “It's a Motherfucker” o “Lockdown Hurricane”, bromas y chistes entre canción y canción, interactúa con el público que no duda en reírle como gracia hasta cuando pestañea y nos suelta un “Fresh Feeling” acelerado y reemplazando los arreglos de cuerda originales por los metales de una trompeta que le sienta de fábula. “I Like Birds” vuelve a entonar a la gente con Mr. E aporreando una preciosa Danelectro Aqua del 56 (el roadie le pasará una tras otra según va cambiando la canción; pero sólo Danelectro, por favor) y una pequeña mirada de soslayo al pasado con “My Beloved Monster” no vaya algún necio a pedirle todavía una “Novocaine For The Soul” a estas alturas con el cancionero que Mr. E ha sido capaz de escribir. “Mistakes of My Youth” nos demuestra la buena salud compositiva y las cotas de emoción que es capaz de llegar al piano y los más veteranos disfrutamos con el elixir de juventud que es “Last Stop: This Town” del jodidamente triste y electrizante pero catárquico “Electro-Shock Blues” (1998). Tras la soledad que exuda “The Beginning” llegan los bises de despedida y prescindiendo de Journey ataca una sentida “Can’t Help Falling In Love With You” que, por mucho que la gente se empeñe y susurrase con aliento de cerveza no es de Elvis sino de David Weiss y Peretti aunque la popularizase Presley y para acabar “Turn On Your Radio” de Nilsson que éste sí todo el mundo pareció desconocer.

“La vida es maravillosa, hace que un perdedor como yo toque en un sitio tan bonito como éste para un público tan genial como vosotros” espetó Mr. E ante una colección de clones con barba y gafas de pasta mientras éstos “feisbuqueaban” solo que Mark Everett no etiquetó a nadie, no suplicó por un autógrafo, no hizo “selfies” y no entiende de modas, sigue siendo el mismo perdedor de hace más de diez años, aquel que sigue tocándonos la vena sensible con cada canción y estará dentro de otra década haciéndolo con otra banda diferente y esperemos que con otro público también. Uno de los mejores conciertos del año, sin duda alguna.

© 2014 Conde Draco
(fotos de la gira 2014)



Concierto: Watain (Clisson, Hellfest) 20.06.2014

SETLIST: De Profundis/ Black Flames March/ Malfeitor/ Outlaw/ Reaping Death/ The Wild Hunt/ Hymn to Qayin/ Stellarvore/ Holocaust Dawn/

Si hay un grupo que actualmente está despuntando dentro del black metal, ése es sin duda Watain. Los herederos del sonido Dissection (la militancia de algunos de sus miembros en la clásica banda sueca lo acreditan sobradamente) han tomado con firmeza y mucha seriedad el testigo que Nodveidt y compañía dejaron libre allá por el año 2006, tras la edición de "Reinkaos" y toda la desgracia que posteriormente sobrevino. Erik (E) es un tipo listo, no es uno más en la larga ristra de músicos de black metal que se empeñan por ser el día de mañana el más malo y satánico del Infierno. Erik es ante todo músico, un ferviente adorador del black metal (en el documental de "Opus Diaboli" pienso que lo deja bastante claro), que lleva el sonido y el arte (el black metal también es arte) de su banda a límites extremos...

Cuando una banda está llamada a ser grande, por regla general no da el salto de la noche a la mañana, es algo que se cuece y se va gestando poco a poco. Watain no es en este aspecto una excepción, con "Sworn To The Dark" (2007) pocas eran las personas que podrían presumir de disfrutar de uno de los mejores discos de black metal del nuevo milenio, eso es así. Con ese disco empezó a forjarse su historia dentro del black metal moderno, aunque bien es cierto que no sería hasta la edición de "Lawless Darkness" (2010) cuando el grupo diera el salto definitivo a las posiciones de cabecera y a aparecer en la parte de alta en los carteles de conciertos y festivales...Por desgracia, no pudimos ver a Erik y los suyos en su último paso por la Península, acompañados por los noruegos Shining, en la gira de presentación de "Lawless darkness" (creerme, todavía nos arrepentimos a día de hoy). Pero nuestra suerte iba a cambiar, tenía que hacerlo tarde o temprano, era cuestión de tiempo y paciencia...así que la sonrisa se nos puso en la cara cuando el Hellfest los anunció en su parrilla del 2014. Cuando vimos su nombre, sabíamos que teníamos que estar allí, que esta vez no podíamos fallarle a Erik y sus huestes. Es uno de nuestros grupos favoritos, y tal efecto teníamos que actuar...

A Erik le conocimos curiosamente en Madrid, en un concierto un tanto extraño en el que tocaban Angelus Apatrida y Crisix haciendo versiones de grandes grupos de la historia del Rock y del Metal. Lo curioso era que Erik no estaba allí para tocar con Watain (ojalá...), sino que era el encargado de pinchar la música en el local, desde el término de las actuaciones de las bandas antedichas hasta la hora de cierre del mismo. La verdad que fue un concierto/evento un tanto extraño, pero bueno, a nosotros nos sirvió para conocerle, hacernos unas fotos con él y conseguir algunos ejemplares firmados de su "Opus Diaboli". Por suerte, la mayoría de la gente que se congregó en la sala Siroco aquella noche, no sabían quién era el bueno de Erik, lo que nos facilitó aún más si cabe el acercamiento a este gran músico...

...Era Viernes, primera jornada del Hellfest 2014 y en el Mainstage estaba tocando el cabeza de cartel contratado para dicho día. Iron Maiden volvían un año después a girar nuevamente con el "Maiden In England" (¡ya está bien!), y la verdad que después del último concierto suyo, que vimos en el Sonisphere 2013 de Madrid, pocas ganas nos quedaban de volver a ver a Dickinson y a Harris. Sin embargo en The Temple estaban Watain dándolo todo y poniendo toda la carne en el asador. Os podemos asegurar que en las primeras filas era imposible pasar frío, el escenario tenía fuego por todas partes, Erik se comportó en todo momento como el frontman qué es y que se espera en una banda como la suya, saltando de un lado para otro, haciendo un continuo headbanging e incitando y levantando al público una y otra vez. No puedo decir otra cosa que fue uno de mis conciertos favoritos del Hellfest 2014, junto al de Behemoth. "De Profundis" sonó de lujo, marcada por el doble bombo atroz que sale del kit de (H) y los despiadados riffs del doble pivote que construyen (P) y Set. ¡Qué mejor que abrir un concierto con el tema más loco y despiadado de su última obra (2013)...!

El setlist de aquella noche iba a estar en su mayor parte integrado por los temas de su último trabajo, "The Wild Hunt" (2013). Apenas finalizan las últimas notas de "De Profundis" escuchas de lleno el chirriar de la guitarra de Set con "Black Flames March", siguiente corte en la línea sucesoria de "The Wild Hunt", y que a decir verdad nos dejó un gran sabor de boca a toda la redacción. Se notaba que la gente se lo estaba pasando en grande, el escenario gozaba de unas luces espectaculares y el "666" que se dibujaba en el techo del mismo te hacía meterte de lleno en el concierto y en la fantástica teatralidad en la que se convierte cada una de sus actuaciones. Su obra más reconocida, "Lawless Darkness" (2010), se ve representada por la siempre opulenta "Malfeitor". La de veces que habremos escuchado esta canción, diríamos que incontables, pero que poco nos cansamos de ella. Su sonido clásico y añejo, equidista bastante del caótico y sucio de los temas de "The Wild Hunt", lo que fue a la postre en todo un acierto incluirla en esa parte del setlist...

"Outlaw", el primer single de su último trabajo, fue el siguiente en eclosionar sobre la arena de The Temple, logrando que todos los que estábamos allí levantáramos el puño en alto al grito de "Outlaw, in the heavens and so alike on earth. Outlaw, in spirit and so alike in flesh", mientras Set y (P) se adornaban con sus guitarras en uno de los grandes solos que dejó su concierto. Llegaba entonces "el momento" de la noche, la siempre visceral y cortante "Reaping Death" explotaba sobre nuestras cabezas. ¿Qué decir de este tema en directo?...Pues la verdad, muy poca cosa, me dejó sin palabras; pienso que todavía no me he recuperado del impacto que supuso ver a unos cuantos miles de personas enloquecer con un tema que tuvo que ser creado en el mismísimo Infierno. Sin duda el mejor...

"The Wild Hunt" nos baja el nivel de endorfinas que contenía nuestra sangre tras la impresionante "Reaping Death" (la verdad, nos hacía falta), aunque con "Hymn to Qayin" de su "Lawless Darkness" (2010) vuelven a acecharnos con su black metal caótico y destructivo, auspiciado por unas melodías soberbias, que en directo sonaron de diez...El sonido seco y abrupto de los parches de (H) presagiaban lo que todos ya teníamos en la cabeza, "Stellarvore", único tema de "Sworn To The Dark" (2007) que incluyó su setlist, nos puso nuevamente a todos en vereda mostrando los cuernos a un Erik que se venía arriba una y otra vez al ver la formidable respuesta que estábamos dando al otro lado de la barrera. "Stellavore" es un gran tema, me gusta mucho, aunque para ser sincero debería decir que hubiera preferido un "Sworn To The Dark" o un "Legions Of The Black Light" de su gran álbum del 2007. Son gustos, lo sé, pero humildemente pienso que hubieran quedado mejor en un setlist tan corto...

El cierre lo pone en esta ocasión otro tema de "The Wild Hunt" (2013), concretamente el rápido y espídico "Holocaust Dawn", una ejecución magistral de un tema que en directo se fue cerca de los diez minutos, y que sirvió de broche de oro para bajar el telón a un concierto que tardaremos tiempo en olvidar. No podemos darle un puntuación menor, Watain son todo un cinco estrellas...

© 2014 Lord  Of Metal
Fotos de Insane Motion (HELLFEST)

Concierto: Hail Of Bullets (Clisson, Hellfest) 20.06.2014

SETLIST: Swoop of the Falcon/ Operation Z/ General Winter/ DG-7/ Pour le Mérite/ On Coral Shores/ Red Wolves of Stalin/ Tokyo Napalm Holocaust/ Ordered Eastward 

Después de caminar durante más de media hora, con el sol blandiendo toda su furia y rabia sobre nuestras cabezas, aterrizábamos en la "Catedral" Hellfest, con una temperatura climática desorbitada y con un ambiente festivalero óptimo por todos los asistentes al magnánimo evento galo. Tras un breve repaso a los escenarios y a los diferentes lugares de interés público que se congregan en el interior del conglomerado del festival, el equipo de blogofenia decide separarse para de ese modo intentar cubrir el mayor número de actuaciones posibles y de ese modo poder ofrecer a todos nuestros blogofenios una mayor oferta, intentando que vuestro grupo tenga al menos unas líneas en esta web...Un amante del death metal como un servidor no podía faltar a una cita con Van Drunen; si se da la casualidad que el mítico cantante holandés y yo estamos en un mismo festival , va a ser muy difícil (no me gusta utilizar la palabra imposible) que me pierda su actuación; confieso que me gusta demasiado su obra como para perdérmelo...En este caso, a eso de las cinco de la tarde, el mítico cantante de Pestilence hacía acto de presencia sobre "The Altar", escenario del Hellfest dedicado a bandas de corte death metal, con Hail Of Bullets. En Hail Of Bullets Van Drunen comparte escenario con dos fieras de la vertiente holandesa del death metal más puro, por un lado con Ed Warby, conocido por muchos de vosotros por ser el batería y alma máter de Gorefest; y por otro lado, también linda en el campo de batalla con Stephan Gebédi, guitarrista y compositor de Thanatos. El concepto sobre el cual giran todos los trabajos de Hail Of Bullets es el bélico, si en su primer álbum "...Of Frost And War" (2008) (para mí el mejor) toman como estandarte la vertiente europea de la Segunda Guerra Mundial, y todo el conflicto entre el ejército rojo de Stalin y las tropas nazis de Hitler, en el segundo "On Divine Winds" (2010) se lanzan a la vertiente americana y asiática de la misma contienda bélica, donde las tropas norteamericanas y niponas "juegan" su particular y cruenta batalla. En su tercer álbum no dejan el entramado bélico de la Segunda Guerra Mundial, aunque en esta ocasión con "III: The Rommel Chronicles" (2013) lo que hacen es centrarse en la vida del militar alemán Erwin Rommel… 


Todo este ambiente bélico que Hail Of Bullets despliega en sus discos nace de la increíble adición que tiene Van Drunen a toda la lectura que tiene que ver con tal concepto. Lo que es evidente es que dicho belicismo no se queda únicamente plasmado en sus trabajos, sino que lo llevan (y muy bien) al directo y al campo de batalla, que es donde realmente nos gusta estar a todos los que amamos esta música. Fantástico el sonido con el que contaron durante toda su actuación, y eso teniendo en cuenta que nos encontrábamos en una carpa donde el sol pegaba de justicia; pero es que los que son grandes lo son aún más ante las adversidades y con "Swoop Of The Falcon" demostraron que lo suyo es meterse a la gente en el bolsillo desde el principio, desde el segundo uno. ¿Qué hace calor? Pues tomad una ración de auténtico old school para refrescaros... Sonido de diez y los cinco miembros del combo holandés haciendo headbanging a la vez para deleite de los allí congregados (ni que decir tiene que aquello estaba a reventar, ésa es la tónica habitual de cualquier concierto del cada día más todopoderoso Hellfest). "Operation Z", que fuera primer single de su segundo álbum, es la siguiente en poner los puntos sobre las "íes" con sus riffs llenos de rabia y dolor. A la gente se la ve encantada, haciendo continuos pits en las primeras filas y disfrutando como señores (algunos con sillas y todo) en las últimas filas de la carpa. Van Drunen está fantástico, su voz rota y ronca suena tan bien en directo como en el estudio, apenas percibes diferencia, se nota que este tipo trabaja mejor que nadie sus cuerdas vocales. La verdad que es una pena que no se prodigue más en directo y sus conciertos se queden en un número que se puedan contar con los dedos de una mano... 

Con "General Winter" hacen un guiño a su ópera prima, con todos los asistentes levantando el puño en las partes más crudas y lentas, y agitando la cabeza en las más rápidas y vivas. Gebédi saca para la ocasión el mejor repertorio de riffs que nos dejó en "...Of Frost And War", a la vez que un incansable Warby aporrea sus parches hasta la extenuación... "DG-7", una de las que más llaman la atención de su "número 3", es la siguiente en caer sobre el campo de batalla del Hellfest como si de un "Little Boy" se tratara. En esta ocasión el "Enola Gay" podría venir perfectamente emulado por la batería de Mr. Warby, ya que a buen seguro el sonido de los motores del mítico B-29 quedarían ridículos al lado de la crudeza que pudimos escuchar aquella tarde saliendo de los brazos y las piernas del gran batería de Rotterdam. Con "On Choral Shores" vuelven a incidir en su segundo disco, haciendo una versión un tanto particular del tema, convirtiéndola para mi sorpresa en una de las más vistosas de su actuación... 

"Red Wolves Stalin" es una maravilla en estudio y en directo no lo es menos. Estamos ante un señor puñetazo en la cara, uno de ésos que te noquea y te destroza; lo mismo que logran con el tempo lento y templado de "Tokyo Napalm Holocaust", donde el cantante de Asphyx vuelve a ganarse por méritos propios el galardón de mejor cantante de death metal. Cualquier cosa que os diga se quedaría pequeña, hay que estar allí para vivirlo y sentir en carnes propias lo que trato de describir en estas líneas...El cierre no puede ser mejor, "Ordered Eastoword", tema que abría su primer álbum, muestra todo el arsenal sónico que tiene este quinteto encima de un escenario. Todo un lujo de canción que ponen el broche de oro a una hora de true death metal. Grandes!

© 2014 Lord Of Metal
Fotos de Ozirith (HELLFEST)

Concierto: Rob Zombie (Clisson, Hellfest) 20.06.2014

SETLIST: Dragula/ Superbeast/ Living Dead Girl/ Dead City Radio and the New Gods of Supertown/ More Human Than Human/ Sick Bubble-Gum/ Never Gonna Stop (The Red, Red Kroovy)/ House of 1000 Corpses/ Am I Evil?/ Thunder Kiss '65/

He de reconocer que no tengo nada en contra de Robert Bartleh Cummings, alias Rob Zombie; me parece un tipo inteligente que ha sabido buscarse su hueco en la industria del espectáculo y, bien por su buen olfato para aparecer en bandas sonoras, para componer singles o crearse un universo propio en el cual puede rodar películas de terror como grabar discos, lo cierto es que le va infinitamente mejor que en White Zombie y además hace y deshace a su antojo. Pero, claro, a poco que uno escarbe en su historia y le conozca, que haya leído las entrevistas de Sean Yseult y descubra que en realidad, Rob es un despiadado empresario que ve la música como un negocio y no dudó en comportarse como todo un déspota con sus antiguos compañeros, asista a una de sus actuaciones y contemple cómo prostituye el legado de una banda mágica como White Zombie, podrá constatar que no es oro todo lo que reluce. Seamos más sinceros aún; entiendo su éxito, puedo llegar a entender que muchos seguidores despistados de White Zombie acudan a sus conciertos, puedo incluso comprender qué ven adolescentes en su música y a mí también se me van los pies con una canción como “Dragula” pero algo huele a chamusquina en su mundo. No voy a negar que el morbo de encontrarme con John5 compartiendo escenario con un batería como Ginger Fish (curioso que Kenneth siga luciendo su sobrenombre), dos músicos que estuvieron en Marilyn Manson (y a los cuales pudimos ver en directo en giras como las de “Antichrist Superstar” o “Mechanical Animas” –curioso que Rob Zombie fuese el telonero en la gira de la reecarnación andrógina en su gira española cancelase y fuese reemplazado por unos, más que cuestionables, raperos-hip hoperos como Sindicato del Crímen) a mediados de los noventa cuando Manson todavía era una banda y no un desnortado artista en solitario rodeado de mercenarios y un amiguete en horas bajas (como Twiggy que ha vuelto con el rabo entre las piernas). John 5 es un gran guitarrista y lo suficientemente carismático como para compartir escenario con Rob, Ginger es un batería solvente y de Piggy D…. bueno, Piggy ha tocado el bajo con Amen o Alice Cooper y… ¡toca el bajo, sólo eso, pero sin ningún carisma; nada más!

Por otra parte, Rob Zombie, como músico ya dio todo que tenía que dar de sí con White Zombie y su primer disco en solitario; “Hellbilly Deluxe: 13 Tales of Cadaverous Cavorting Inside the Spookshow International” (1998), después su carrera ha ido en línea descendiente con algún que otro pico. “The Sinister Urge” (2001) no es un mal álbum pero carece de singles a pesar de intentar seguir la línea de “Hellbilly Deluxe”. “Educated Horses” baja la calidad, "Hellbilly Deluxe 2: Noble Jackals, Penny Dreadfuls and the Systematic Dehumanization of Cool" (2010) es una indigna continuación del primer volumen y “Venomous Rat Regeneration Vendor” (2013) aunque con grandes momentos es un disco que, conforme corre su minutaje se termina deshaciendo entre las manos de pura intrascendencia.

Así, llegamos al primer día del Hellfest con ilusión por verle como protagonista en el escenario principal pero con ciertas reticencias. Un escenario decorado para la ocasión con los monstruos más famosos del cine clásico coronados por King Kong y varias plataformas para que, tanto el propio Rob como John 5, suban y bajen a cada rato. Máxima expectación y el comienzo, todo hay que decirlo, es espectacular con “Dragula”, Ginger aporrea la batería y John 5 no deja de recorrer el escenario mientras Rob pisa con fuerza. El sonido es potente y “Superbeast” nos confirma que lo que están haciendo es ir a lo seguro ya que “Living Dead Girl” y “Dead City Radio And The New Gods Of Supertown” desmontan a cualquiera, solo de batería discreto (para lo que más adelante veríamos de la mano de Clufetos en Sabbath y todo un clásico como “More Human Than Human”, hasta aquí bien podríamos estar hablando de un concierto notable e impactante pero pocos sabíamos que a partir de la canción más popular de White Zombie todo se truncaría. Las idas y venidas de Rob son de órdago, el concierto pasa a ser orquestado por John 5 (que lo cierto es que se lo trabaja y no para quieto en toda la hora que duró) pero canciones como “Sick Bubble-Gum” o “Never Gonna Stop” nos confirman que Rob es una artista de singles y verle bailar como un rastafari del averno sin ganas y copiar las poses, formas y clichés de cualquier estrella de Rock resulta bastante patético. 


Tras “House of 1000 Corpses” comienza el circo y llega el desastre más auténtico, Rob desaparece constantemente, John 5 se marca el consiguiente solo de guitarra (por favor, que se acaba ya esta moda) y versionan “Am I Evil?” de Diamond Head, tocan “Thunder Kiss '65” de White Zombie en automático pero ya su concierto ha perdido el sentido como buena muestra da el karaoke en el que se ha convertido con los segundos de un “Enter Sandman” de Metallica fuera de lugar (parece ser costumbre que toquen canciones de Alice Cooper o Grand Funk Railroad) y un final desastroso que a todos nos dejó con un sabor de boca más agridulce del que podíamos imaginar.

Como escribía tan sólo unas líneas más arriba, es un tipo inteligente pero ya no es un músico o, por lo menos, no nos transmite lo que debería. Su concierto fue efectista pero careció de rumbo. Querido Rob, no todo funciona como una ecuación; puedes tener un escenario bien decorado, media docena de singles, buena imagen y buenos músicos pero te falta alma, por mucho que seas un zombi la necesitas para hacer un concierto digno.

© 2014 Jack Ermeister
Fotos de Ozirith (HELLFEST)

Concierto: Black Sabbath (Clisson, Hellfest) 22.06.2014

SETLIST: War Pigs/ Into the Void/ Snowblind/ Age of Reason/ Black Sabbath/ Behind the Wall of Sleep/ N.I.B. / Fairies Wear Boots/ Rat Salad/ Iron Man/ God Is Dead?/ Children of the Grave/ Paranoid/ Zeitgeist/

Ahora que Black Sabbath han vuelto por todo lo alto, que han dejado el fatídico número trece atrás con un grandísimo disco, que han dado conciertos sin mayor incidente que la pérdida por el camino de Ward y anuncian la posibilidad de otro disco de estudio, es cuando uno se da cuenta de que Ozzy, Iommi y Geezer están atravesando una segunda juventud o quizá el canto del fénix digno a su leyenda. El Hellfest de este año tenía grandes nombre en su cartel pero ninguno capaz de hacer sombra a los de Birmingham. Pudimos verles en Paris en Diciembre y, aunque en esta ocasión sería en un festival, acortar el repertorio no afectó al impacto de su actuación. Tras tres jornadas auténticamente de infarto, ciento de camisetas de Sabbath u Ozzy poblaban el festival. Para ser honestos, ni unos cansados Iron Maiden presentando por enésima vez su "Maiden England" desde hace ya un par de años, ni las expectativas de unos Aerosmith que, sin embargo, fueron incapaces de dar el "Do de pecho" y cubrirlas de manera digna con un paupérrimo sonido que hizo sonar sus clásicos como una mala broma, fue suficiente para eclipsar las ganas de ver a Sabbath quizá en su última gira y eso se palpaba en el ambiente reinante en el Hellfest.

Con un escenario sobrio, con los mínimos aderezos escénicos disponibles y tan sólo una cortina y un foco como introducción a escena, la risa de Ozzy se cuela por los altavoces aún cuando todavía no podemos verles o escucharles. Es curioso como una sola carcaja de Ozzy es capaz de hacer hervir los ánimos de un público, mucho más que el riff más grueso de cualquier otro grupo, mucho más que la mejor actuación, pero eso se llama carisma y, a diferencia de otras cosas, no se puede comprar; se tiene o no se tiene. Se apagan las luces, cae la cortina, están Iommi, Geezer y Ozzy, atras reina el fibroso Clufetos tras la batería. El griterío es ensordecedor e Iommi ataca el pesado riff de “War Pigs”, la gente acompañan a Ozzy en cada una de sus palabras y cantan la canción como el himno que es. Otra cosa que sorprende Sabbath es que no son un gran grupo de estadio con sus clichés sino que conservan ese espíritu de banda, de cuatro colegas que tocan Rock N' Roll sin etiquetas; suenan pesados, duros, rugosos, graves, metálicos, agresivos y caen como una losa sobre el resto de grupos aplastando incluso a aquellos con una propuesta más agresiva que la suya pero que no se nos olvide; Sabbath es un grupo de Rock atemporal y sus cuatro notas y la asíncrona voz de Ozzy tiene más actitud que cualquier otro artista del festival. Ozzy presenta las canciones, es el turno de “Into The Void” de “Master of Reality” y el estribillo inunda todo Clisson metiéndose dentro de cada asistente y siendo cantado hasta igualar a Ozzy. Éste está exultante, canta y se entrega, disfruta de las canciones y su voz resuena por todo el festival como si hubiésemos vuelto a los setenta y se acabase de publicar la canción como single. Presentan “Snowblind” con las clásicas imágenes que acompañan al tema, “Vol.4” es uno de mis discos favoritos de Sabbath pero echo de menos “Under The Sun”, la unión entre Gzr (cómo Ozzy llamará a Geezer toda la actuación) e Iommi es fantástica y consiguen convertir el formato clásico de Sabbath en toda una apisonadora, como ocurre con “Age Of Reason” que, a pesar de pertenecer a “13”, se integra perfectamente entre los clásicos y es igualmente coreada pero lo mejor, sin duda alguna, es el solo final de Iommi.

“Black Sabbath” y su lluvia empapa de oscuridad el Hellfest y, por un momento, no sabemos si estamos en mitad de la campiña francesa o inglesa y la siniestra mujer de la portada de su primer álbum. Es impresionante el efecto catárquico que tiene en la gente, el silencio es sepulcral cuando Ozzy canta: “What is this that stands before me? Figure in black which points at me. Turn around quick, and start to run. Find out I'm the chosen one, oh nooo!” cambio de ritmo tras la siguiente estrofa, Iommi ataca el riff y la gente salta, algunos alzan los cuernos, otros sacan cruces caseras entre el mar de manos. “Behind The Wall of Sleep” oscurece aún más la noche y el psicodélico y vibrante solo de Butler antes de la preciosa “N.I.B.” ayudan a crear atmósfera. Escuchar en pleno 2014 “N.I.B.” en directo es todo un lujo pero, claro, todavía queda la rítmica “Fairies Wear Boots” o “Rat Salad” (quizá menos seguidas por el público menos fiel) y el momento de lucimiento de Clufetos con un solo que, si bien es idéntico al que pudimos ver en Diciembre, no deja de resultar impresionante, echo de menos a Ward por una cuestión meramente nostálgica, Clufetos es un grandísimo batería.

“Iron Man” vuelve a levantar a todo el festival con ese riff atemporal e inmortal y de sobra conocido por todos, el único inconveniente que podríamos ponerle a la actuación de Sabbath es excluir otras canciones (como la anteriormente mencionada, “Under The Sun”, “Sabbath Bloody Sabbath”, de la cual tan sólo tocarán algunas notas al comienzo de “Paranoid”, e incluso la reciente “End Of The Beginning”) para situar “God Is Dead?” y su lentísimo comienzo casi al final de su actuación pero hay poco de qué lamentarse, el latente riff de “Children Of The Grave” se convierte en un “in crescendo” que nos lleva a ebullición justo antes de que se despidan con “Paranoid” a toda velocidad y crudo, crudísimo e igual de impactante que seguramente les resultó a todos aquellos que la escucharon por primera vez en los setenta. Salimos del festival, lo que acabamos de contemplar es histórico, atrás resuena la acústica de “Zeitgeist” por los altavoces, todavía quedan algunas actuaciones pero decenas de miles de personas ya dan por finiquitado el festival tras la actuación de Sabbath; abandonan el recinto como nosotros, con una sonrisa en la cara.

© 2014 Conde Draco
Fotos de Ozirith (HELLFEST)

Crítica: The Brian Jonestown Massacre "Revelations"

Sin previo aviso y sin ninguna promoción, The Brian Jonestown Massacre (el grupo que toma nombre del difunto fundador de los Stones, Brian Jones, y la masacre de Jonestown) vuelve con "Revelations" bajo el brazo y sigue abriéndose camino gracias a principios tan poco comunes en nuestros días como jugar al despiste con los medios y su poca presencia en las redes sociales y un interés, casi mal sano, en no tener rumbo fijo y hacer lo que le viene en gana a Newcombe. ¿Pero acaso no debería ser toda la música así? El grupo sigue hundiendo sus raíces en la psicodelia setentera mezclada con los sonidos más actuales y ese punto ácido y mordaz tan propio suyo. Una canción como "Days, Weeks and Moths" podría haber sonado en cualquier guateque de los setenta pero no, estamos en pleno siglo veintiuno y que haya alguien interesado, como Newcombe, en pasar por la túrmix la música de las últimas cinco décadas sin ninguna intención comercial sino por el mero hecho de hacer buena música para unos pocos parroquianos tiene todo el mérito del mundo. "Revelations" se publicó en Mayo de este año y el grupo lo difundió de manera gratuita por Vimeo para que sus seguidores pudieran escucharlo antes siquiera de pasar por caja. En esta época en la que todos los aficionados, en menor o mayor medida, consumen discos como si se tratase de comida basura, picoteando de aquí y de allá y digiriendo toneladas de canciones cada día, podríamos pensar que el nuevo álbum de The Brian Jonestown Massacre pasaría sin pena ni gloria pero no, todo lo contrario: requiere de meses de escucha y se muestra como una piedra preciosa entre el resto de lanzamientos, un álbum al que hay que dedicarle tiempo para sacarle todo su jugo. Denso, monstruoso, alucinógeno, lisérgico que dicen muchos, "Revelations" es un disco en el que hundirse hasta el cuello y extraer siempre algún nuevo detalle, uno de esos extraños álbumes a los que volver una y otra vez, uno de esos discos capaces de cambiar el estado de ánimo del oyente.

"Vad Hände Med Dem?" (¿Qué pasó con ellos?) comienza de manera acelerada, con una guitarra sin cocinar y unos arreglos maravillosos, rápida, muy rápida y sin pausa, con la voz modulada por los efectos cantando en sueco, una sorpresa mayúscula para un grupo de San Francisco pero, claro, no estamos hablando de cualquier banda sino de la de Anton Newcombe, recientemente afincado en Berlín. La psicodelia sesentera se despereza en "What You Isn't" pero, sin embargo, se reviste con un poquito de Soul gracias a los metales en los arreglos, Pop de altura, Rock de etiqueta negra, para paladares gourmet; entra la batería y a volar, una melodía contagiosa y un estribillo bonito -que no fácil- gracias a las guitarras y esos arreglos que le sientan deliciosamente bien. "Unknown" nos lleva de nuevo a los sesenta gracias al ritmo, la acústica y la reverberación de la voz, maravilla la capacidad de Newcombe capturando el ambiente de un era. "Memory Camp", más lenta, sin embargo entra a la primera con una guitarra excepcional sobre la acústica y el pesado ritmo de la batería, como "Days, Weeks and Moths" hereda esa guitarra pero, por mucho que viajemos a los sesenta o los setenta, cuesta no sentir asombro al escuchar el estribillo con ese punto contracultural de la música de Newcombe .

La instrumental "Duck and Cover" sumerge en un mundo de dispositivas y baterías hipnóticas, de luces estroboscópicas y arreglos ensoñadores mientras que "Food for Clouds" vuelve a llevarnos atrás en el tiempo una auténtica gozada igual que la evocadora "Second Sighting" que a veces se torna dolorosa de lo bella que resulta (más cercana a otros géneros más clásicos). ¿Alguien se imagina un grupo tocando una canción así en directo en nuestra época? Un caramelo para disfrutar con tranquilidad. "Memorymix" es un mantra y es el punto en el que nos damos cuenta que este "Revelations" súbitamente ha cambiado y ha evolucionado del Pop más psicodélico a la experimentación más profunda como constata "Fist Full of Bees" o la acústica y sencilla "Nightbird", para cuando llega "Xibalba" ya nos hemos olvidado de que lo que estamos oyendo es un álbum y estamos más centrados en escuchar y vivir ese ansia de encontrar nuevos horizontes musicales de Newcombe y disfrutar de las texturas creadas con las guitarras, teclados, arreglos y efectos que esperar de nuevo un single. "Goodbye (Butterfly)" se despide de nosotros desvaneciéndose para que volvamos a pinchar "Vad Hände Med Dem? " y convirtamos este "Revelations" en todo un viaje en sí mismo.

Cuesta entender que todavía se hagan discos sin afán de vender, sin afán de llegar a nada más que por el mero hecho de disfrutar haciendo música, yendo a contracorriente en estos tiempos en los que todo el mundo, más que nunca, busca su minutito de popularidad y atención. Aquí tenemos a Anton Newcombe en estado puro, haciendo la música que a él le gusta, sin pedir nuestra opinión y ya embarcado seguramente en la composición de su próximo disco mientras se pasea por los festivales europeos, da igual quien le escuche, el sigue su camino y, por nosotros, perfecto. ¡Que así siga siendo por muchos años!

© 2014 Jim Tonic

Concierto: Soundgarden (Clisson, Hellfest) 22.06.2014

SETLIST: Searching With My Good Eye Closed/ Spoonman/ Rusty Cage/ Outshined/ Black Hole Sun/ My Wave/ The Day I Tried to Live/ Jesus Christ Pose/ Fell on Black Days/ Beyond the Wheel/

Recuerdo con cie
rta tristeza la declaración de Krist Novoselic sobre esta reunión: “Lo que el mundo necesita es Soundgarden” y el jarrazo de agua fría que supuso “King Animal” o la mediocre gira de reunión de la que fuimos testigos durante el Sonisphere pero errar es humano y hacerlo dos veces con la misma piedra también; después de la apisonadora que supuso la actuación de Nergal y Behemoth, nos dirigimos al escenario principal para ver la actuación de Soundgarden confiando en que tras dos años ellos mismos estuviesen más rodados o compenetrados y nos recordasen, aunque fuese vagamente, a lo que fueron a primeros de los noventa, comienzan a tocar y, aunque suena con fuerza, no nos transmite. ¿Qué es lo que falla? A estas alturas el registro de Cornell no es el de antaño, es cierto que su credibilidad como artista está más que por los suelos basándonos en su oportunismo y su errática carrera en solitario, su entrega en escena es mínima y su endiosamiento con respecto a sus compañeros es palpable, apenas hay comunicación entre ellos y Chris parece que actúa con una banda de acompañamiento en vez de con su propio grupo. ¿Pero qué es lo que falla, es únicamente el propio Cornell ? La ausencia de Matt Cameron en la batería y su regreso a Pearl Jam no hace otra cosa que evidenciar que algo no va bien y no es problema del reemplazo, Matt Chamberlain, éste no deja de ser un músico de sesión que ha tocado con artistas como Tori Amos o Fiona Apple sino también con Elton John o Shakira (también echó una mano a Pearl Jam en la época de “Ten”, todo hay que decirlo) pero es un buen batería y a la altura. Ben aligera la carga alegando que Matt Cameron puede volver cuando quiera, ¿pero quién podría dejar de lado a un grupo tan vivo como Pearl Jam y volver con uno en decadencia como Soundgarden por mucho que sea el propio?

Lo cierto es que lo que realmente ocurre con Soundgarden es que, simple y llanamente, han perdido la magia; su mejor momento pasó y no ocurre nada por admitirlo, hay bandas que no deberían reunirse y mucho menos grabar un nuevo disco que estropeé su legado. Ben, uno de nuestros bajistas favoritos de los noventa, estaba totalmente perdido y casi en la bancarrota, Kim disfrutando de la música tranquilamente desde su entorno familiar tocando con bandas locales y trabajando en la radio y Matt consolidándose como el batería definitivo de Pearl Jam mientras Cornell se estrellaba una y otra vez en su propia carrera o acabando de mala manera con Morello. ¿Por qué reunirse? Las canciones de “King Animal” son discretitas (como muestra un botón: ninguna en el repertorio de festivales de este verano), en sus actuaciones no sólo les cuesta entrar en calor sino que tampoco hacen llegar al clímax a la audiencia. ¿Por qué volver de manera tan descafeinada? Resulta del todo imposible presenciar como saltan al escenario y literalmente pasan por encima de una canción como “Searching With My Good Eye Closed” y no recordar sus míticas actuaciones de primeros de los noventa en las cuales ésta era uno de los puntos álgidos, es descorazonador ver como una de las grandes bandas de los noventa parece sin rumbo y pierde fuelle por segundos. “Spoonman” suena en automático y sin gracia y supongo que para todos aquellos que la escuchen por primera vez en directo debe ser un gran momento  pero para esos que sí pudimos disfrutarla en los noventa, escuchar “Spoonman” cantada por un Cornell desganado es lo más cercano a ver a un grupo de versiones de sí mismos, el único aliciente es ver como Ben Shepherd sigue divirtiéndose sobre las tablas y entretiene a las primeras filas maltratando su bajo o andando como Godzilla. 

“Rusty Cage” nos hace añorar la versión de Cash frente al poco nervio que ésta destila en directo, “Outshined” suena sin alma como la ya inevitable “Black Hole Sun” que cae como una losa en una actuación en la que el público permanece estático. La impresionante “The Day I Tried to Live” suena excesivamente lenta y Cornell sigue sin llegar a los altos como antes pero tampoco fuerza la garganta. “Jesus Christ Pose” suena inofensiva y la tormenta eléctrica que era antaño suena ligeramente amorfa mientras Chris la interpreta sin ninguna pasión o no con la misma de antes. Cuando llega “Fell On Black Days”, uno de los supuestos momentos álgidos de la actuación, de las mejores y más sentidas canciones de “Superunknown”, abandonamos desganados el escenario y nos dirigimos a ver a Emperor interpretar “In The Nightside Eclipse” -allí sí que no habrá concesiones- suena “Beyond The Wheel” de Soundgarden a lo lejos pero parece tan remota como el año 94. A veces es más digno saber colgar los guantes a tiempo; están muertos.

© 2014 JimTonic
Fotos de Ozirith (HELLFEST)