Crítica: Seasick Steve "You Can’t Teach…”

A un perro viejo no le puedes enseñar trucos nuevos, así se titula el nuevo disco de Seasick Steve, un californiano de setenta años que aprendió a tocar la guitarra con K.C.Douglas, después vivió en la calle y viajó en trenes de carga en busca de trabajo, en los ochenta terminó trabajando como músico de sesión e ingeniero de sonido en algunos estudios de sellos independientes pero no consigue su primera oportunidad de grabar en solitario hasta que no cumple sesenta años, el que la sigue la consigue.

"You Can't Teach An Old Dog New Tricks" está publicado por Third Man Records,  el sello del pesado de Jack White (John Paul Jones de Led Zeppelin colabora en este disco, en lo que Steve define como "amistad entre dos perros viejos") y surca la música tradicional norteamericana a través de doce cortes en los que se mezclan el country, el blues y el rock con la misma aparente facilidad con la que Steve Gene Wold describe su música, sorprendido de que se hable de ella como blues, Seasick Steve prefiere denominarla "rootsy" y es que aunque desprende un fuerte olor bluesy, lo que él escuchaba en casa de su madre era country y viejos clásicos oldies.

"Treasures" es el primer corte de este disco, un sensacional tema acústico para ir entrando en calor, desprende sencillez y autenticidad pero también melancolía con Steve a solas con su guitarra. "You Can't Teach An Old Dog New Tricks" es el "single" de este nuevo disco, promocionado con un magnífico vídeo de animación, la canción es sensacional desde cualquier punto de vista y la rasposa voz de Steve se mezcla estupendamente con el slide.

"Burnin' Up" es atemporal y su vertiginoso cambio de ritmo es puro rock 'n roll en crudo (no me cuesta nada imaginarme a Elvis cantando ese estribillo) para una canción que es capaz de mantener el ritmo y la tensión con tan sólo una titubeante y zigzagueante guitarra y la voz de Seasick Steve.

"Don't Know Why She Love Me But She Do" podría haber sido escrita por Charly Patton y haber sido cantada por Tom Waits (alguien con quien encontraremos algunas similitudes con Seasick), la guitarra se vuelve protagonista en "Have Mercy On The Lonely" siendo estrangulada en una canción llena de ritmo sin grandes arreglos. Lo mismo ocurre con "Whiskey Ballad"; guitarra, voz y un silbido, el típico tema que podría haber sido interpretado en el metro de París por Steve cuando estuvo allí ganándose unas monedas de esa forma (¡qué irónica resulta la vida!)

La calma llega a su fin con la distorsión de "Back In The Doghouse" y unos aullidos propios de un perro viejo que ha aprendido bien su oficio, rural pero pegadiza, igual que "Underneath A Blue And Cloudless Sky" o "What A Way To Go" (imposible despegarlas de tus oídos).

La instrumentación de "Party" es sencilla pero salvaje, vuelve ese slide pisando el pedal de distorsión y una batería con una caja machacona y estridente en la cual suena hasta el eco de la habitación. "Days Gone" sin embargo comienza mucho más fuerte de lo que se desarrolla, la voz de Steve nos va guiando hasta el salvaje final en la cual se queda en primer plano, aullando de nuevo.

"It's A Long Long Way" acaba el disco como empezaba con "Treasures", acústica y tierna (con menos melancolía que la inicial), con un violín navegando entre coros y palmas, más cercana al country que al blues. Es rootsy como a él le gusta describir su música pero es mucho más sencillo; es bueno y es auténtico y eso en estos tiempos es como el oro.

© 2011 Jesús Cano