Está claro que PJ Harvey no es la misma chica de Rid Of Me o To Bring You My Love. ¿Pero quién la echa de menos cuando es capaz de facturar discos como White Chalk (2007) o A Woman And A Man Walked By (2009)? Cada dos años nos regala una nueva joya.
Let England Shake, grabado en Dorset (en una iglesia rural del siglo XIX, con viejos colaboradores como John Parish, Mick Harvey, ex Bad Seeds y Flood), podría ser analizado en profundidad; desde los sutiles arreglos, la acústica, la voz de PJ o sus letras, pero hay algo mucho más importante que decir de él; es jodidamente hermoso, es precioso.
Según John Harris; "Casi dos décadas después de realizar su primer disco, Let England Shake es la prueba no sólo de que como autora PJ Harvey se niega a quedarse quieta, sino que además su confianza creativa ha alcanzado su mayor cota. No resulta arriesgado decir que no habrás escuchado nada como esto"
Let England Shake y The Last Living Rose bien merecen la compra obligada de este disco pero son The Glorious Land (“What is the glorious fruit of our land ? Its fruit is orphaned children") o The Words That Maketh Murder, las auténticas maravillas como On Battleship Hill o Written On The Forehead las que convierten al nuevo disco de PJ en un clásico en vida.
Según John Harris; "Casi dos décadas después de realizar su primer disco, Let England Shake es la prueba no sólo de que como autora PJ Harvey se niega a quedarse quieta, sino que además su confianza creativa ha alcanzado su mayor cota. No resulta arriesgado decir que no habrás escuchado nada como esto"
Let England Shake y The Last Living Rose bien merecen la compra obligada de este disco pero son The Glorious Land (“What is the glorious fruit of our land ? Its fruit is orphaned children") o The Words That Maketh Murder, las auténticas maravillas como On Battleship Hill o Written On The Forehead las que convierten al nuevo disco de PJ en un clásico en vida.
Guitarras acústicas, metales y baterías desganadas, el sonido de la habitación, el eco en la voz, todo parece desafinado pero, sin embargo, acierta de pleno. Melodías fantasmagóricas, pop para paladares exquisitos. Nunca sonará en los Cuarenta Principales, la Rolling Stone española nunca la sacará en portada y nos alegramos de ello. ¡Dios bendiga a PJ Harvey!
© 2011 Jesús Cano