A los fans más reaccionarios, el nuevo disco de The Haunted, no les ha terminado de convencer. Sí es cierto que supone una ruptura con el último, Versus, anteriores entregas como rEVOLVEr (2004) o, mi favorito, The Dead Eye (2006) pero los que sí escuchamos sus discos con atención y no como mera excusa para hacer head-banging ya encontrábamos esas melodías que Peter Dolving nos regalaba entre las potentes guitarras y los acelerados ritmos del mejor trash de Gothemburg (sonido del que, por otra parte, queda ya poco o nada).
The Haunted es ese grupo que nunca defrauda, que con cada disco avanza sin mirar atrás, sin perder al mismo tiempo, ni un ápice de su integridad, que da grandes pasos sin llegar a anclarse en el estilo que les ha hecho mundialmente famosos.
Never Better sorprende por la versatilidad en la voz de Dolving, capaz de interpretar las partes más agresivas resultando suficientemente contundente y resolviendo, al mismo tiempo y con la misma soltura, los pasajes más melodiosos, algo que se repetirá a lo largo de todo el disco. Las guitarras pueden sonar afiladas y rápidas pero también pesadas y rotundas acompañando a un bajo con más groove que nunca y que en ocasiones nos recuerda al trabajo de Rex Brown en Down o los ya difuntos Pantera.
Es en No Ghost donde Dolving se parece más al Anselmo de los últimos años, un tema que hará las delicias en directo o Catch 22, marcadamente pop y reforzado por ese sonido pesado marca de la casa con un puente realmente logrado en el que recuerdan a los mejores TOOL con esos overdubbing en la voz de Peter. Un comienzo propio de uno de los mejores discos de metal de este año. La magnífica Disappear, cuyo estribillo es tan contagioso o más que la anterior y la maravillosa Motionless con un cambio de ritmo y una labor a las baquetas sencillamente espectacular y atronador.
La mayor sorpresa llega con Ocean Park, sorprendente para The Haunted. ¿Una canción acústica? No, un pasaje, un descanso para continuar con The City y Them antes de acabar con All Ends Well. En definitiva, un disco sobresaliente, que no aburre por sus sorprendentes cambios y progresiones, que alterna y fusiona luminosidad pop con la brutalidad habitual del combo sueco.
© 2011 Jesús Cano