Crítica: Heaven Shall Burn "Heimat"

En el panorama del metal contemporáneo, pocas bandas han logrado consolidar su sello con la fuerza y consistencia de Heaven Shall Burn, un nombre que resuena con autoridad en su natal Alemania y que, con el paso de los años, ha ganado terreno en el escenario internacional. Desde el lanzamiento de su aclamado álbum "Wanderer" (2016), el quinteto liderado por Marcus Bischoff ha demostrado una evolución constante, marcada por una ambición que no teme explorar nuevos horizontes y, aunque, en mi opinión, no siempre hayan estado todo lo acertados que deberían es innegable su valor y autenticidad. "Heimat" (2025) no solo reafirma su posición en la vanguardia del metalcore, sino que también destila una energía renovada y una intensidad que desafía las expectativas de una banda con más de dos décadas de trayectoria. A diferencia de su predecesor, el doble álbum "Of Truth and Sacrifice" (2020), que se extendió a casi cien minutazos en medio de la turbulencia global de la pandemia, "Heimat" (2025) opta por una aproximación más directa y concentrada, sin sacrificar la profundidad emocional ni la complejidad musical que caracteriza a la banda. Este disco, según críticas recientes, es un testimonio de la capacidad de Heaven Shall Burn para reinventarse mientras mantienen su esencia, posicionándose como un referente en la evolución del metal moderno.

"Heimat" (2025) se distingue por su enfoque más compacto, pero no por ello menos ambicioso, con canciones que equilibran la ferocidad del metalcore con elementos sinfónicos y progresivos. Como la inicial, "War Is The Father Of All", establece el tono con una introducción orquestal cargada de melancolía, cortesía del arreglista Alexander Dietz, que da paso a un asalto sónico liderado por la voz abrasiva de Marcus Bischoff. Siete minutos combinando un groove metal implacable con armonías reminiscentes de Machine Head, evolucionando de manera orgánica sin perder su intensidad visceral. Por su parte, "My Revocation Of Conformity" destaca por su ritmo acelerado y su mensaje de resistencia, con riffs cortantes de los guitarristas Maik Weichert y Alexander Dietz que se entrelazan con la batería precisa de Christian Bass. En contraste, "Confoundance" ofrece un respiro melódico, con pasajes atmosféricos que recuerdan la sensibilidad de "Antigone" (2004), pero modernizados con una producción impecable. "Empowerment" brilla por su carga emocional, con letras que abordan la lucha interna y un estribillo que invita a la catarsis colectiva. Finalmente, "A Whisper Of Endurance" cierra el álbum con una mezcla de brutalidad y esperanza, donde el bajista Eric Bischoff aporta una base rítmica sólida que complementa los arreglos orquestales en un álbum en el que cada canción refleja la habilidad de Heaven Shall Burn para fusionar la agresividad con una narrativa épica, haciendo de "Heimat" (2025) un álbum coherente y poderoso.

Lo que hace de "Heimat" (2025) sea un álbum excepcional es su capacidad para sonar fresco y hambriento, como si Heaven Shall Burn estuvieran comenzando su carrera en lugar de celebrarla tras más de veinte años. La banda, con Marcus Bischoff al frente, no muestra signos de agotamiento, sino una pasión renovada que trasciende las convenciones del metalcore. Comparado con trabajos anteriores como "Antigone" (2004), que ya insinuaba su potencial, o el extenso "Of Truth and Sacrifice" (2020), "Heimat" (2025) logra un equilibrio perfecto entre accesibilidad y experimentación. La producción, a cargo de Alexander Dietz, es cristalina pero contundente, permitiendo que cada instrumento y cada matiz emocional resalten. Este disco no solo consolida a Heaven Shall Burn como líderes en su propio género, sino que también los proyecta hacia un futuro donde su influencia seguirá creciendo. "Heimat" (2025) es un recordatorio de por qué el metal sigue siendo un medio tan poderoso para canalizar emociones crudas y complejas; un álbum que no solo se escucha, sino que se siente, y que invita a los oyentes a sumergirse en su intensidad con la certeza de que algo grandioso nos espera.

© 2025 Lord of Fuckin' Metal
pic by © 2025 Jens Koch.