Crítica: Liam Gallagher "Why Me? Why Not."

Quizá porque estuve en las tres primeras giras de Oasis (y en alguna posterior, así como en la última, pero esas no importan), quizá porque fui también testigo del posterior declive; de las peleas y los desplantes, de las giras en solitario de Noel pero también de Beady Eye y el material compuesto tras la separación. Quizá porque sigo siendo testigo de una generación bobalicona que pide el regreso de los británicos porque nunca tuvieron la oportunidad de cantar “Don’t Look Back In Anger” o “Champagne Supernova” en directo, que todo lo que hagan Liam y Noel se me antoja a poco. Quizá porque no entiendo las comparaciones; porque Noel necesita a Liam y este necesita de las canciones que su hermano sí sabe escribir, quizá por todo eso que “As You Were” me supo a tan poco, que las actuaciones de Liam me provocaban una lástima insondable, sentirle tan desubicado y tan falto de Noel, que cuando se anunció la inminente publicación de este “Why Me? Why Not” (2019), sentí algo remotamente parecido a emoción. ¿Por qué las prisas? ¿Habría encontrado Liam las canciones? Tras decenas de escuchas y la pequeña pero agradable sorpresa de un concierto acústico con la presencia de Bonehead, he de reconocer que “Why Me? Why Not” sea posiblemente lo más cercano que Liam vaya a sonar a Oasis; su característica voz nasal sigue estando ahí, la actitud y el tono, el truco de magia funciona durante unos minutos pero las canciones, como siempre, no aguantan ya no el paso del tiempo sino la breve prueba de unas escuchas seguidas. Mientras “As You Were” contenía los singles (una canción como “For What It’s Worth” hacía que todo el álbum mereciese la pena) a pesar del parecido razonable con su hermana mayor "Don’t Go Away" y su tensión emocional lennoniana, “Why Me? Why Not” sorprende por su unidad, su coherencia y equilibrio pero, por el contrario, los patinazos son sonoros (y nunca mejor dicho).

“Shockwave” es un buen comienzo, ese espejismo que nos hace sentir que estamos escuchando de nuevo a Oasis pero la ñoñería se apropia de la canción antes de su primer estribillo y “One Of Us” no logra cogernos por la solapa y que nos zambullamos en el álbum; su ritmo es ligeramente hipnótico y me gustan los arreglos de cuerda pero no nos lleva a ningún lado y la ensoñación termina por disiparse. Algo parecido a “Once”, en la que Liam parece rendir el disco antes de que despegue, una vez más los arreglos son estupendos, pero es una canción limitada en emoción (es bonita pero no lo suficiente), igual que "Now That I've Found You" y su cadencia a “Hope Of Deliverance” o ese intento de plagio a los Stones de los sesenta en "Halo”. Composiciones menores, entretenidas, pero poco más…

Si antes tocaba por Jagger y Richards, “Why Me? Why Not” -la canción homónima- es puro Lennon y McCartney, pero tampoco puede pillarnos por sorpresa y el puente y estribillo poseen algo de magia, igual que “Be Still” y la clara evocación de los tardíos Oasis, en un álbum en el que todas, absolutamente todas las canciones, recuerdan a composiciones de otros artistas; como “Alright Now” a McCartney o “Meadow” a la “Blue Jay Way” beatliana, truncando amargamente la escucha del disco cuando se convierte en todo un ejercicio memorístico, como ocurrirá con “Invisible Sun” en la que el plagio a Stone Roses es tan descarado que es imposible ocultarlo, sonrojando a cualquiera que los haya disfrutado, y “Glimmer” masacra la batería y cadencia de “American Girl” de Petty. A “The River” le falta algo de energía, igual que a la bonita y setentera “Gone” y sus aires cinematográficos, dejando para el final quizá la mejor canción del álbum, “Misunderstood”.

Pero no pasa nada, los fans de Oasis están de enhorabuena; Liam ha vuelto y aunque no suponga el pequeño terremoto que producían los primeros discos de Oasis (cuando todo el mundo parecía girar la cabeza hacia las islas para ver qué habían grabado los hermanos) muchos se conformarán con esto y lo que Noel factura en solitario para aplacar el hambre de una reunión que nunca llega y, maldita sea, mejor que así sea. Me da pena admitirlo porque soy el primer interesado en sentir algo de esa nostalgia noventera que sí tuve la suerte de poder vivir de primera mano, pero “Why Me? Why Not” es inocuo y produce la misma amable sensación de un telefilme de sobremesa, cuando te despiertas y ya estás asistiendo al final pero, en el fondo, da completamente igual todo lo que te has perdido porque ni esa película, ni este disco, cambiarán en absoluto tu vida, ni tu mundo interior, claro está y tan sólo te ha servido para hacer la digestión, justo igual que “Why Me? Why Not”.

© 2019 Jonás Valiente