Ghost han entrado a escena en el momento adecuado; reaviven la llama del mejor shock de los setenta y le aportan la diversión exacta a cada una de sus aventuras como para ofuscar a aquellos más críticos y, lo mejor de todo, sus canciones están trabajadas y pensadas al milímetro.
Un bajo farragoso, propio del doom más añejo, abre "From the Pinnacle To the Pit", sin duda una de las mejores de todo el álbum, construida sobre un musculoso riff que, en ocasiones, se torna tan metálico como funky gracias a los cambios de ritmo y patrón métrico de la batería, me encanta su desarrollo y su sabor. El single que sirvió como adelanto, "Cirice", se despereza con contundencia y descorcha con un riff tan oscuro y siniestro que el propio Kerry King seguro que vendería su alma por haberlo tenido en "Repentless". Con él, Ghost, nos demuestran que el tamaño no importa; que da igual tener una pared de pantallas Marshall con sus conos vibrando de bajos como si no hubiese mañana si, a cambio, tienes ideas y una guitarra en limpio para que tu riff suene lúgubre y magnífico sin necesidad de potencia y distorsión. Quizá la más compleja y atípica, la más parecida a "Infestissumam" (2013) en cuanto a estructura e idea pero lo mejor de ella es el piano, sí; ese piano que ayuda a subir de intensidad en las estrofas y, emocionalmente, nos lleva muy lejos en mitad de la melancolía o añoranza de la niñez, como en el clip. ¿Seréis capaces de encontrar a los miembros del grupo entre los figurante del vídeo? ¿Acaso importa lo que ocurra en la escuela "St. Elizabeth" más allá de la música? "Cirice" es fantástica con un solo magnífico. Con "Spöksonat" conocíamos de manera oficial a Papa Emeritus III pero no es más que un interludio renacentista repleto de oscuridad para llegar a "He Is". Nunca entenderé por qué no termina de gustarles cuando se les habla de Blue Öyster Cult porque, en este caso, la canción derrocha parte de la atmósfera de los de Eric Bloom. ¿Quién podría hacer una canción de amor a Lucifer y sonar tan mágicos y, al mismo tiempo, bizarros en nuestros días? Guitarras acústicas, estribillo en inglés e italiano para sonar, no sólo por BÖC sino también; por Magna Carta Cartel. Cualquiera que escuche "He Is" y después "That It's Already Too Late", puede comprobarlo y de paso elucubrar si Tobias Forge tiene algo que ver con el pontificado.
"Mummy Dust" abre con fuerza la segunda mitad de "Meliora" entre guitarras y un teclado que aparece a relampagazos pero es "Majesty", junto a canciones como "From the Pinnacle To the Pit" o "Cirice", la que hacen de este "Meliora" algo especial. Con un riff propio de AC/DC que pronto se empasta y ralentiza mientras uno de los Nameless Ghouls toca una única nota de teclado que la canción desemboca en uno de esos mágicos estribillos propios del grupo. "Devil Church" podría ser la coda a órgano de la anterior en la pronto se unen los cinco ghouls para llegar a "Absolution" para darnos cuenta de cómo han crecido y evolucionado sin olvidar su propio sello. "Absolution" es una canción que recuerda a "Opus Eponymous" por momentos pero posee la complejidad de algunos de los mejores momentos de "Infestissumam" y se convierte, de manera natural, en uno de los puntos álgidos de este álbum con un pasaje a teclado verdaderamente mágico que nos hace viajar en el tiempo cuando el rock no era tan serio y dramático y albergaba algo de magia en sus desarrollos. Ocurre lo mismo con "Deus in Absentia" repleta de ese sonido tan característico de Ghost; a transitar entre el rock setentero, la música pop, el hard y, cómo no, el toque religioso en unos coros de otro mundo que nos hacen acabar la liturgia con ganas de volver a escuchar "Meliora" desde el principio y eso no ocurre con todos los discos que se publican...