Motörhead, la icónica banda liderada por nuestro querido Lemmy Kilmister, junto a Fast Eddie Clarke y Phil “Philthy Animal” Taylor, celebra su cincuenta aniversario con el lanzamiento de “The Manticore Tapes” (2025), un álbum perdido grabado en 1976 en el legendario Manticore Studio de Emerson, Lake & Palmer en Fulham, Londres. Restaurado por el sospechoso habitual, Cameron Webb, y masterizado por Andrew Alekel, captura la primera sesión de estudio del trío clásico, conocido como los “Three Amigos”, en un momento crucial de su formación, justo entre “On Parole” (1979) y su debut homónimo “Motörhead” (1977), con once canciones, tomas alternativas e instrumentales que ofrecen una mirada única al nacimiento de una banda que redefinió el hard rock y el heavy metal, aunque quizá esa no fuese la intención de Lemmy. La grabación, realizada en el estudio móvil de Ronnie Lane, por el ingeniero Ron Faucus, refleja la cruda energía de Motörhead en sus inicios, además de venir acompañado de un libro que incluye notas de Kris Needs, ayudando a entender el contexto histórico de esta publicación, convirtiéndose en todo un tesoro, mostrando la chispa inicial de una banda que, contra todo pronóstico, se convirtió en leyenda.
Pero la magia de “The Manticore Tapes” (2025) radica en su autenticidad, capturando a Lemmy, Clarke y Taylor mientras forjaban su sonido distintivo, abriendo con una versión frenética de “Motörhead”, escrita por Lemmy para Hawkwind, con su rasposa voz en primer término, mostrando una energía punk-rock que anticipa lo que tenía que venir. “Leavin’ Here”, una versión de Eddie Holland, es un torbellino impulsado por la batería de Taylor y el bajo pulsante y afilado de Lemmy, con la guitarra de Clarke tejiendo riffs que desprenden actitud. “The Watcher”, otra composición de la etapa Hawkwind de Lemmy, aparece en dos versiones, destacando por su simplicidad psicodélica y la química entre los músicos. “Iron Horse / Born to Lose” (versión instrumental) desvela el poder crudo del trío, aunque la mezcla, en ocasiones, deja la voz de Lemmy transformada en un eco lejano, añadiendo un toque caótico que refleja la espontaneidad de la sesión, mientras que “Keep Us On The Road”, con un larguísimo solo de guitarra de Clarke, y la toma alternativa de “Vibrator” muestran a la banda experimentando, mientras que “Witch Doctor” resalta la destreza técnica de Taylor. Aunque algunas mezclas resuenen imperfectas, como ocurre con “Iron Horse / Born to Lose”, la crudeza de estas grabaciones, restauradas por Webb, captura la esencia de una banda en plena efervescencia, preparada, para conquistar el mundo; venidos a él para perder, viviendo para ganar.
“The Manticore Tapes” (2025) es más que un documento histórico; es un testimonio del espíritu indomable de Motörhead, con Lemmy, Clarke y Taylor demostrando que, incluso en sus inicios, tenían una química única. Este álbum, que llega casi una década después del fallecimiento de Lemmy en 2016, reaviva la nostalgia por una banda que nunca se rindió, incluso cuando las discográficas dudaban de su potencial. El añadido de fragmentos de charlas en el estudio añade otra capa de intimidad, permitiéndonos sentir la camaradería del trío. Personalmente, escuchar estas grabaciones es como viajar en el tiempo a 1976, cuando Motörhead eran una fuerza de la naturaleza, lista para redefinir el rock. La restauración de Cameron Webb y Andrew Alekel respeta la esencia original, preservando la aspereza que hace de este disco una joya. “The Manticore Tapes” (2025) no compite con clásicos como “Ace of Spades” (1980), pero su valor radica en su autenticidad y en mostrar los cimientos de una leyenda, un recordatorio de por qué Motörhead, con Lemmy al frente, siguen siendo un ícono y piedra angular de la música.
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