Crítica: Sodom "The Arsonist"

El legado de Sodom, una de las bandas más icónicas del thrash metal alemán, se mantiene firme con su decimoséptimo álbum de estudio, "The Arsonist" (2025), publicado a través de SPV/Steamhammer. Desde sus inicios en 1984, liderados por Tom Angelripper, Sodom han sido un pilar del género, consolidándose junto a Kreator y Destruction como parte de los "Big Three" del thrash germano. Su sonido crudo y agresivo, que comenzó con un enfoque proto-black metal en trabajos como "In the Sign of Evil" (1984) y "Obsessed by Cruelty" (1986), evolucionó hacia un thrash punky con discos emblemáticos como "Persecution Mania" (1987) y "Agent Orange" (1989). Además, a lo largo de cuatro décadas, la banda ha mantenido su esencia, resistiendo tendencias y modas, aunque con un crecimiento sutil en su propuesta, "The Arsonist" (2025) llega tras el revitalizante "Genesis XIX" (2020), mostrando a una formación renovada con Angelripper en voz y bajo, Frank Blackfire y Yorck Segatz en guitarras, y Toni Merkel en batería con un álbum grabado de manera analógicas para lograr un sonido orgánico, reflejando la furia inquebrantable de Sodom, con letras que abordan los habituales temas de guerra y violencia, acompañadas de una cubierta impactante creada por el enorme Zbigniew M. Bielak.

El álbum abre fuego con una breve pero inquietante introducción homónima, "The Arsonist", que establece un tono sombrío antes de dar paso a "Battle of Harvest Moon", un tema inspirado en la Guerra de Vietnam que desata riffs abrasivos y la voz característica de Angelripper, reminiscente de un asalto sonoro al estilo de "M-16" (2001). "Trigger Discipline", el primer single, que evoca la intensidad de la era clásica de Sodom con un enfoque feroz y desquiciado, donde Blackfire aporta un trabajo de guitarra que recuerda los días de "Agent Orange" (1989), siendo la canción más dura del álbum, combina velocidad y una crudeza que conecta con los orígenes de Sodom. Por su parte, "Witchhunter" rinde homenaje al batería fallecido Chris Witchhunter, con un espíritu punk que invita a corear como si fuese un directo, mientras que "Scavenger" ralentiza el ritmo con un enfoque más denso y primitivo, mostrando la versatilidad de la banda. "The Spirits That I Called", con un aire macabro, y "A.W.T.F.", es un tributo al líder de Tank, Algy Ward, que destila amor por los cuatro costados a Motörhead. Mientras que canciones como "Sane Insanity" y "Twilight Void" mantienen el nivel de agresión con riffs cortantes, mientras que "Obliteration of the Aeons" pasa algo desapercibida sin desentonar. El cierre, "Return to God in Parts", combina riffs de los ochenta con solos explosivos, consolidando la energía general de un álbum en el que la producción, con batería grabada en cinta analógica de veinticuatro pistas por Toni Merkel, proporciona un sonido crudo y auténtico que realza la experiencia.

"The Arsonist" (2025) no busca reinventar a Sodom, nada de eso, sino consolidar su identidad como un referente del thrash metal sin concesiones. Aunque no alcanza la crudeza visceral de "Genesis XIX" (2020) ni, lógicamente, la frescura de clásicos como "M-16"(2001), el álbum brilla por su consistencia y ferocidad, con Angelripper liderando con una voz que, a sus sesenta y dos años, sigue siendo un torbellino. La química entre Blackfire, Segatz y Merkel aporta un dinamismo que se siente en cada riff y baquetazo, demostrando que Sodom siguen siendo relevantes. En su contra, la falta de variedad en las estructuras de las canciones puede hacer que algunos temas se diluyan en la memoria tras varias escuchas y con todo, a pesar de esto, composiciones como "Trigger Discipline" y "Witchhunter" aseguran momentos memorables, ideales para sus conciertos. En un mundo donde muchas bandas veteranas pierden fuerza, Sodom entrega un trabajo que, sin ser revolucionario, es un testimonio de su legado y una muestra de que aún tienen fuego que desatar. “The Arsonist” es una invitación a los seguidores para disfrutar de la esencia pura del thrash, con la promesa de seguir rompiendo cuellos desde el escenario.

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