Cryptopsy, pioneros del death metal más técnico y brutal, han regresado con su noveno álbum de estudio, titulado “An Insatiable Violence” (2025), publicado en Season of Mist. Este trabajo, que llega apenas dos años después de su aclamado “As Gomorrah Burns” (2023), consolida el renacimiento de la agrupación tras un pasado turbulento marcado por el controvertido “The Unspoken King” (2008) en una trayectoria que abarca más de tres décadas, demostrando una capacidad inigualable para reinventarse sin perder la esencia que los convirtió en referentes del género. En este nuevo disco, los músicos —Flo Mounier en la batería, Matt McGachy en las voces, Christian Donaldson en la guitarra y Olivier Pinard en el bajo— logran un equilibrio magistral entre la brutalidad característica de sus inicios y una sofisticación técnica que eleva su propuesta a nuevas cotas. “An Insatiable Violence” (2025) es una obra que no solo rinde homenaje a su legado, sino que también establece un estándar para el death metal contemporáneo, con composiciones que destilan furia, precisión y una sorprendente accesibilidad melódica. Además, refleja el espíritu mordaz de la banda en relación a la toxicidad de las redes sociales a cargo de McGachy, quien concibió la idea central del álbum tras un sueño en agosto de 2023. Por otro lado, es justo mencionar el arte de la cubierta, a cargo del fallecido Martin Lacroix (ex vocalista de la banda), añadiendo un toque emotivo y oscuro que complementa la intensidad de la música.
El álbum se compone de ocho pistas que capturan la esencia de Cryptopsy, combinando riffs vertiginosos, ritmos implacables y una atmósfera densa. La apertura con “The Nimis Adoration” establece el tono con guitarras frenéticas que, en manos de Christian Donaldson, rozan lo exagerado por su complejidad, pero nacen de una brutalidad visceral. Esta canción destaca por un solo melódico, uno de los más memorables en la discografía de la banda. Le sigue “Until There’s Nothing Left”, el primer sencillo, que golpea con una intensidad inmediata gracias a los blast beats de Mounier y el bajo prominente de Pinard, cuya línea rítmica añade un groove inesperado. “Dead Eyes Replete” introduce un breakdown devastador y un guiño a la crítica social del álbum, mientras que “Fools Last Acclaim” muestra la destreza vocal de McGachy, quien alterna entre guturales profundos y alaridos agudos. En “The Art of Emptiness”, Pinard brilla con solos de bajo que aportan texturas únicas, mientras que “Our Great Deception” explora melodías disonantes que crean una atmósfera opresiva. “Embrace the Nihility” cuenta con la participación del ex vocalista Mike DiSalvo, cuya colaboración es un guiño nostálgico a la era de “Whisper Supremacy” (1998). Finalmente, “Malicious Needs” cierra el disco con un groove ralentizado que evoca el doom, dejando una sensación de catarsis en un álbum en el que cada canción está diseñada para brillar en directo, reflejo del proceso de composición que tuvo lugar durante la gira de “As Gomorrah Burns” (2023), lo que imprime un carácter dinámico y directo a este álbum.
Tras casi dos meses de escucha intensiva, “An Insatiable Violence” (2025) se revela como un testimonio del compromiso de Cryptopsy con su propio pasado, sin dejar de mirar de frente al presente. Este álbum no solo redime cualquier tropiezo pasado, sino que posiciona a la banda como una fuerza imparable en el death metal moderno. La producción de Christian Donaldson, también guitarrista, es impecable, con un sonido que resalta cada instrumento, desde los parcjes de Mounier hasta las líneas de bajo de Pinard. La evolución vocal de McGachy, quien ha perfeccionado su técnica tras extensas giras, añade una dimensión feroz y versátil al disco. Además, la inclusión de DiSalvo y el arte de Lacroix son tributos conmovedores en un disco en el que, más allá de su brutalidad, sus canciones destacan por su capacidad para enganchar con estribillos melódicos y estructuras accesibles, sin sacrificar la complejidad técnica que define a Cryptopsy. Como amante del subgénero, este trabajo me ha cautivado por su intensidad y su capacidad para esconder nuevos detalles en cada escucha. Es un recordatorio de que, tras más de treinta años de carrera, Cryptopsy no solo siguen luchando, sino que continúan desafiando los límites del death metal. “An Insatiable Violence” (2025) es, sin duda, una obra que merece ser celebrada por viejos y nuevos seguidores, un disco que liquida cualquier duda sobre el trono reconstruido de estos titanes canadienses.
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