Crítica: Rivers of Nihil "Rivers of Nihil"

Rivers of Nihil han afianzado su posición en la escena del death metal progresivo, y su nuevo álbum homónimo parece destinado a ser un momento decisivo para la banda. Tras la salida del vocalista Jake Dieffenbach en 2022, el grupo ha enfrentado cambios significativos en su alineación. Adam Biggs, hasta entonces bajista y vocalista secundario, ha asumido el rol de frontman, mientras que Andy Thomas, proveniente de Black Crown Initiate, suma su destreza en la guitarra y las voces. Por su parte, Brody Uttley, el principal arquitecto musical, ha buscado fusionar la esencia de los discos previos de la banda, combinando la intensidad técnica de “The Conscious Seed of Light” (2013) y “Monarchy” (2015) con la audacia experimental de “Where Owls Know My Name” (2018) y “The Work” (2021). El título del álbum, “Rivers of Nihil” (2025), parece reflejar una reinvención, un regreso a sus orígenes y, al mismo tiempo, un intento de avanzar en su evolución sonora. No obstante, el resultado es irregular, con momentos brillantes opacados por ciertas carencias.

El álbum, compuesto por diez pistas, busca un equilibrio entre la brutalidad del death metal y los matices progresivos, aunque con un resultado desigual. Por ejemplo, “The Sub-Orbital Blues” brilla por su dinamismo arrollador, con Jared Klein magnífico tras los parches y un enfoque melódico que recuerda los mejores instantes de la banda. Las voces de Andy Thomas, con su tono melódico, se complementan con los guturales de Adam Biggs, y un solo de saxofón interpretado por Patrick Corona añade un toque distintivo, aunque a veces parece forzado. Canciones como “Water & Time” y “House of Light” destacan en el lado progresivo, con coros emotivos y un balance entre pasajes delicados y momentos de gran intensidad. Sin embargo, temas como “American Death” resultan decepcionantes, con un estribillo poco memorable que evoca influencias de Mushroomhead, y “The Logical End”, pese a incluir un solo de saxofón atractivo pero algo fuera de lugar, cae en la repetición monótona. Canciones como “Dustman” y “Criminals” conservan la fuerza técnica, pero les falta la chispa que define los puntos álgidos del disco, lejos de los momentos cumbre de la discografía de Rivers of Nihil. La segunda mitad del álbum, con la excepción de “House of Light”, pierde ímpetu, con ritmos más pausados y coros que no logran enganchar, sugiriendo una falta de cohesión en ciertos tramos.

En mi opinión, “Rivers of Nihil” (2025) es un trabajo ambicioso que no alcanza el nivel de obras previas como “Where Owls Know My Name” (2018). La llegada de Andy Thomas y la transición de Adam Biggs como vocalista principal aportan un aire renovado, pero la apuesta por simplificar las estructuras progresivas en favor de riffs más reiterativos y ritmos industriales no siempre funciona, dejando una sensación de avance a medias y una nostalgia por los elementos que hicieron brillar discos anteriores. Canciones como “The Sub-Orbital Blues” y “House of Light” muestran el potencial de esta nueva formación, pero la inconsistencia de la segunda mitad del álbum, junto con la falta de frescura en temas como “American Death”, genera la impresión de una oportunidad desaprovechada. Rivers of Nihil se encuentra en una encrucijada: podrían desarrollar aún más el enfoque progresivo de “Water & Time” o abrazar la energía cruda de “The Sub-Orbital Blues”, pero deberán evitar la falta de creatividad que afecta a pistas como “The Logical End”. Como fan de sus trabajos anteriores, esperaba un disco más impactante. Aun así, “Rivers of Nihil” (2025) no decepcionará a los seguidores más leales, aunque es poco probable que conquiste a nuevos oyentes o convenza a los más escépticos. El camino que tome la banda dependerá de cómo logren integrar su legado con las ideas frescas que esta nueva alineación parece querer ofrecer.

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