Polémicas aparte (que, por cierto, ya resuenan distantes en el tiempo), Kristian “Gaahl” Espedal es una figura icónica en el black metal noruego, un artista multidisciplinar, que ha forjado un camino singular con su proyecto Gaahls WYRD, alejándose de las raíces más crudas de bandas como Gorgoroth y Trelldom. Su segundo álbum, “Braiding the Stories” (2025), publicado el 6 de junio a través de Season of Mist, marca una evolución audaz en su trayectoria, explorando paisajes sonoros que trascienden los límites del subgénero, la continuación de “GastiR – Ghosts Invited” (2019) y el EP “The Humming Mountain” (2021), sumerge al oyente en una experiencia que combina elementos de black metal con atmósferas folclóricas, avant-garde y góticas. Gaahl, acompañado por músicos de la talla de Ole “Lust Kilman” Walaunet en la guitarra, Andreas “Nekroman” Salbu en el bajo y Kevin “Spektre” Kvåle en la batería, crea una narrativa sonora que explora el inconsciente y los sueños, tejiendo un tapiz de emociones que oscilan entre lo etéreo y lo visceral que, a diferencia de su debut y su falta de cohesión, corrige fallos previos (como la presencia del bajo) y ofrece una producción más equilibrada bajo la dirección de Iver Sandøy, logrando un sonido dinámico que invita a múltiples escuchas.
“Braiding the Stories”se compone de nueve canciones, comenzando con “The Dream”, una introducción que establece un tono meditativo con la voz calma de Gaahl y acordes acústicos que evocan un estado onírico, conectando temáticamente con “The Sleep” de “The Humming Mountain” (2021), preparando al oyente para ese viaje introspectivo, mientras que “Braiding the Stories”, un tema de casi nueve minutos combina riffs saturados con melodías góticas y un crescendo post-rock que refleja la habilidad de Kilman para crear texturas envolventes. “Voices in My Head” actúa como un interludio inquietante, con sonidos avant-garde que sumergen al oyente en una atmósfera de introspección caótica. Por su parte, “Time and Timeless Timeline” destaca por su intensidad, con riffs black metal y momentos progresivos que muestran la destreza de Spektre en la batería, siendo una de mis favoritas. “And the Now” y “Through the Veil” exploran tonos más ambientales, mientras que “Visions and Time” se erige como una de las piezas centrales del álbum, con coros fantasmales y una mezcla de violencia y suavidad vocal que resalta la versatilidad de Gaahl. “Root the Will” sorprende con un enfoque más heavy metal, con un riff inicial thrashy y transiciones vocales que recuerdan al estilo de Aldrahn, mientras que “Flowing Starlight” cierra el álbum con influencias de los años setenta y ochenta, el bajo prominente de Nekroman y una emoción melancólica que mantiene la cohesión emocional del disco, donde cada canción, con sus interludios y cambios estilísticos, contribuye a una narrativa que no busca encajar en un género específico, sino darle alas a Gaahl para dejar correr libre su genio.
A diferencia de su álbum anterior, el cual no terminó de convencerme, “Braiding the Stories” (2025) sí que es un testimonio del coraje artístico de Gaahl y su banda para desafiar las expectativas de los puristas del black metal. Aunque algunos podrían añorar la ferocidad de los días de Gorgoroth, este álbum demuestra que la evolución de un artista no debe estar limitada por su pasado. La producción de Iver Sandøy, combinada con la química entre Gaahl, Lust Kilman, Nekroman y Spektre, logra un equilibrio entre lo experimental y lo accesible, invitando al oyente a sumergirse en un mundo de sueños y emociones fluidas. No es un álbum para quienes buscan la crudeza del black metal tradicional, sino para aquellos dispuestos a explorar una propuesta que fusiona lo místico con lo visceral, no sólo redime las carencias de “GastiR – Ghosts Invited” (2019), sino que confirma a Gaahls WYRD como una fuerza innovadora dentro del panorama del metal extremo, capaz de resonar con quienes valoran la profundidad emocional y la experimentación sonora por encima de las convenciones.
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