Crítica: Nephylim "Circuition"

Nephylim, la banda holandesa de melodeath, ha emergido como una joya en el panorama del metal underground con su segundo álbum, "Circuition" (2025). Este quinteto, que lleva una década forjando su camino con tan sólo un EP y un disco de larga duración previos, demuestra en este trabajo una madurez y pulcritud que los hace destacar entre el resto de bandas de su liga. Su sonido, que evoca a gigantes como Omnium Gatherum, Be’lakor y Enshine, fusiona la intensidad del death metal melódico con una atmósfera melancólica y épica, logrando un equilibrio que captura tanto la fuerza bruta como la emotividad. La producción de "Circuition" (2025) es de primer nivel, con un masterizado meticuloso y un balance que resalta la calidad de sus composiciones, consolidando el talento de Nephylim y haciéndome que me pregunte por qué aún no han sido fichados por un sello discográfico consolidado. Con una duración de apenas cuarenta minutos, el álbum ofrece una experiencia compacta pero poderosa, llena de momentos que invitan a volver a pincharlo una y otra vez.

El viaje musical de "Circuition" (2025) comienza con un instrumental majestuoso que prepara el escenario para la épica "Travail Pt. 2 – Animus", una pieza que combina la esencia de Wolfheart y Be’lakor con riffs brillantes y orquestaciones grandiosas, lideradas por las guitarras de Tommie van de Beek y Jeroen van der Wiel. Esta canción, cargada de un ambiente épico, destila una energía que resonará en el oyente desde el primer segundo. Por su parte, "Circuition", el tema que da nombre al álbum, destaca por su capacidad de hilar momentos pesados con instantes de profunda melancolía, recordando el trabajo de Dan Swanö en "Moontower" (1999) y el de Amorphis en la era Joutsen. Las armonías en "Withered" son un punto álgido, con un solo poderoso que eleva la canción a pesar de su estructura más sencilla, mientras que "Grand Denial" brilla con influencias de Dark Tranquillity, gracias a la ejecución vocal de Kevin Roos y los precisos arreglos de la banda, mientras que "Inner Paradigm" evoca el In Flames tardío, aunque con menos impacto, así como "Amaranth" puede sentirse algo genérica pero la calidad general del disco, con transiciones fluidas y una producción impecable, asegura que cada una aporte algo valioso al conjunto.

La grandeza de "Circuition" (2025) radica en su capacidad para ofrecer un melodeath fresco y emotivo, ejecutado con una precisión que desafía su estatus de banda sin contrato firmado. A pesar de pequeños tropiezos, como los cortes abruptos en algunos temas o las voces melódicas que no alcanzan la misma fuerza que las guturales, el álbum es una muestra del potencial de Nephylim para competir con los grandes del género. La pasión de los músicos, desde el batería Martijn Versteeg hasta el bajista Jasper van der Veen, se siente en cada nota, haciendo de este disco una maravilla que no solo honra la tradición del death más melódico, sino que aporta una voz propia. "Circuition" (2025) es un testimonio del poder del underground y una invitación a seguir de cerca el ascenso de esta banda holandesa que, sin duda, merece un lugar en las estanterías de todo buen aficionado y los escenarios de los festivales.

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