Sigh, la legendaria banda japonesa de metal avant-garde, celebra treinta y cinco años de trayectoria con una regrabación completa de su álbum de 2007, "Hangman’s Hymn", ahora titulado "I Saw The World’s End – Hangman’s Hymn MMXXV" (2025). Liderados por el visionario Mirai Kawashima, los pioneros del black metal han forjado un catálogo fascinante que fusiona thrash, black metal, sinfonías clásicas y elementos psicodélicos, consolidándose como una fuerza única en el metal extremo. Esta regrabación, publicada bajo Peaceville Records, responde al deseo de Kawashima de pulir las imperfecciones del original, desde aquella batería monótona hasta las orquestaciones sintéticas más artificiales. Con la incorporación del baterista Mike Heller (ex Fear Factory) y el guitarrista Nozomu Wakai, junto a una producción impecable de Lasse Lammert y una nueva cubierta del genial Eliran Kantor, el álbum brilla con una intensidad renovada, como debería haberlo hecho hace años. "I Saw The World’s End – Hangman’s Hymn MMXXV" (2025) no solo mejora su predecesor, sino que reafirma la relevancia de Sigh como maestros de un arte oscuro y sofisticado.
El disco despliega una narrativa sonora que combina la ferocidad del thrash con la majestuosidad de las sinfonías alemanas, evidentes desde el arranque con "Introitus / Kyrie (MMXXV)” con riffs veloces y coros eclesiásticos, establece un tono dramático que recuerda a Emperor en su apogeo. "Inked in Blood (MMXXV)" y "Me-Devil (MMXXV)" destacan por su agresividad, con Kawashima entregando vocales maniáticas y Heller aportando una batería dinámica que eleva la intensidad. "Death with Dishonor (MMXXV)", un himno thrash con ganchos memorables, muestra la destreza de Wakai en solos que cortan como navajas. La suite final, compuesta por "Overture (MMXXV)", "Rex Tremendae / I Saw the World’s End (MMXXV)", "Salvation in Flame / Confutatis (MMXXV)" y "Finale: Hangman’s Hymn / In Paradisum / Das Ende (MMXXV)", es un tour de force. Estas, especialmente la última, tejen una atmósfera cinematográfica con orquestaciones reales que sustituyen los samplers del original (que nadie me malinterprete, también tenían su encanto), culminando con un cierre épico que evoca tanto la condenación como la redención y, aunque "Dies Irae (MMXXV)" es breve, su impacto es devastador, reforzando la cohesión del álbum.
"I Saw The World’s End – Hangman’s Hymn MMXXV" (2025) es una obra que trasciende la mera regrabación, convirtiéndose en una reinvención que honra el legado de Sigh mientras proyecta su visión hacia el futuro. La pasión de Kawashima por perfeccionar su arte es palpable y la contribución de músicos como Heller y Wakai da nueva vida a estas composiciones. A pesar de que algunos puristas podrán extrañar el encanto crudo del original, esta versión destila una claridad y potencia que la hacen superior en muchos aspectos. Es un álbum que exige atención, no solo por su complejidad, sino por su capacidad para emocionar y desafiar. Sigh demuestra, una vez más, por qué son una banda imprescindible en el metal y este disco es una invitación a redescubrir su genialidad. Para nuevos oyentes o seguidores de toda la vida, "I Saw The World’s End – Hangman’s Hymn MMXXV" (2025) es un testimonio del poder duradero de una banda que nunca ha temido explorar los límites del género.
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