Crítica: Joe Bonamassa "Live At Beacon Theatre"

La gran mayoría de artistas incuestionables pertenecen a esa liga después de una larga vida de méritos y esfuerzos, después de grandes y/o intensas carreras en las que, a menudo, han estado tocados por la varita de la genialidad o han hecho gala de su honestidad e integridad durante años. No es el caso de Joe Bonamassa que, con apenas treinta y cinco años, ya puede considerarse afortunado por haber entrado en ese gran club en el cual sabes que un artistas nunca te va a defraudar y partes de la base de que sus obras, aún las menos acertadas, están a un nivel por encima de la media. Pero es que Joe no sólo ha sido tocado por la graciasde los dioses a la hora de tocar la guitarra sino que a ello hay que sumarle su desmedida pasión por su trabajo y su incansable búsqueda que se traduce en una prolífica carrera lograda a base de esfuerzo y clase a partes iguales. Bonamassa podría considerarse, actualmente, como el mejor guitarrista del momento. Los hay más rápidos, más técnicos, más bluesy, más duros, más rootsy, más pop pero ninguno es tan versátil como Joe. El que es rápido carece de feeling, el que tiene ambos no sabe improvisar, el que tiene buen gusto carece de canciones y el que las tiene carece de talento porque cada músico tiene su talón de Aquiles, todos menos Bonamassa. Su ejecución, su sentido de la melodía, su facilidad para pasearse por diversos estilos con una facilidad deslumbrante, su rapidez, precisión y limpieza le hacen ser el más completo, pudiendo tocar Hard Rock e interpretar pantanosos Blues del Delta, emotivas baladas, canciones Pop e incluso Soul. Stevie tenía el sabor, Clapton la clase, Moore el Blues, Muddy el Mojo, Rory la pasión, BB King el Thrill y Joe lo tiene todo, absolutamente todo.

Con la misma formación con la que se paseó por Madrid y su gira europea, Joe y su banda desgranan un repertorio muy similar al que pudimos ver en España con algunas variaciones e interpretaciones que dotan a este "Live At Beacon Theatre" como referencia ineludible si eres fan del neoyorquino o simplemente amas la música. ¿Puedes imaginártelo tocando en el Metro? Así arranca este dvd, con "72nd. St. Subway Blues" y Joe montándose en un vagón para dirigirse al Beacon y allí poner en marcha el tren de "Slow Train" de su "Dust Bowl" (2011). Puede que muchos critiquen que últimamente utiliza el mismo tipo de recursos a la guitarra (¡es falso!) pero este "Slow Train" suena desbordante y, desde luego, no parece un tren que llegue lentamente sino todo lo contrario. Como fan de Rory Gallagher sí que podría criticar la aparente falta de pasión de Bonamassa frente a un clásico como el "Cradle Rock" del irlandés pero no es culpa de él sino de las comparaciones y es que a una canción como ésta le sienta bien el aire de pub del "Irish tour" (1974) y el ácido sudor de Rory cayendo sobre su mítica y maltratada Strato. Y es que el escenario de Bonamassa es pulcro, limpio y perfectamente ordenado, todo lo contrario de las desgastadas tablas sobre las que Rory parecía subirse cada noche.

La estremecedora "When The Fire Hits The Sea" o la intensa "When The Fire Hits The Sea" se dan de bruces con clásicos instantáneos como "Dust Bowl", Beth Hart le ayuda en las voces en "I’ll Take Care Of You" y "Sinner’s Prayer" resaltando, no sólo la potencia de Hart, sino de nuevo su facilidad para poner sus seis cuerdas al servicio de la voz y la canción. Formas más clásicas como " You Better Watch Yourself"  o "Steal Your Heart Away" (en la que el punteo suena como si un Brian May espídico hubiese vuelto a tener veinte años) y experimentos más diferentes como "Bird On Wire" del "canadiense errante" más famoso de todos los tiempos, interpretada con una delicadeza y una Telecaster grandes por igual, se dan la mano con la voz bronca de una leyenda como Hiatt en "Down Around My Place" y "I Know A Place" en las que Joe es capaz de cederle todo el protagonismo a un invitado (de lujo como es el caso de John o Paul) y seguir estando en el escenario con prestancia. 

"Blue And Evil" nos devuelve al Bonamassa más puro (por cierto; ¡qué Les Paul Sunburst más preciosa luce en algunas canciones, no su Signature sino una muy parecida a la de Bernie Marsden!) para, acto seguido, presentarnos a Paul Rodgers en el escenario. ¡Por este tipo no pasan los años, parece haber hecho un pacto con el diablo, es impresionante su estado físico y su voz! Con Rodgers interpretará "Walk In My Shadows" y "Fire And Water", a cada cual mejor (si me apuran, "Walk In My Shadows" por hacerla sonar como si fuesen los mismísimos Free).

Y después del influjo setentero, Joe aparca sus Gibson e interpreta un "Mountain Time" que te hará fluir la bruma de las cumbres de tu televisor con su Music Man. Pero, claro, todavía queda algún que otro exceso antes de acabar como verle con una Gibson SG amarilla de doble mástil rematando la jugada con "Young Man Blues" que deja a la versión de los Foo Fighters en el mayor de los ridículos pero es que, claro, Joe Bonamassa sabe tocar y Grohl y los suyos nunca deberían haber pasado del tercer disco.

Y, para colmo, trae jugosos extras como "If Heartaches Were Nickels" de Haynes y "Woke Up Dreaming". ¿Recuerdas cuando eras un mocoso y pasabas los días viendo una y otra vez los mismos conciertos y videoclips de tus artistas favoritos, cuando copiabas sus movimientos, sus trucos a la guitarra y sabía cada uno de sus gestos? Pues con Bonamassa y este Beacon Theatre te pasará lo mismo. Grandioso.

© 2012 Jack Ermeister