Crítica: Dying Wish "Flesh Stays Together"

Dying Wish han consolidado su lugar en el metalcore contemporáneo con un álbum que destila furia auténtica y profundidad emocional, demostrando que el género aún puede ofrecer propuestas vigorosas y sinceras. Originaria de Portland, la banda —con la carismática vocalista Emma Boster, los guitarristas Pedro Carillo y Sam Reynolds, el bajista Jon Mackey y el batería Jeff Yambra— publican en "Flesh Stays Together"(2025) una obra compacta de apenas treinta y cinco minutos que no deja duda alguna, manteniendo una intensidad constante desde el primer riff hasta el último breakdown. Lejos de caer en los clichés que cuajan muchas producciones modernas, como vocalistas mediocres o estructuras predecibles, este quinteto opta por un enfoque hardcore en las guitarras, riffs abrasivos, solos meditados y una energía que evoca comparaciones favorables con actos como Venom Prison o Pupil Slicer. La producción resalta cada elemento con claridad: el bajo de Mackey late como el corazón del disco, aportando potencia, mientras la batería de Yambra suena natural y con una fuerza que potencia los breakdowns devastadores. Conceptualmente, tratan temas como el comportamiento familiar tóxico, el alcoholismo, la infatuación obsesiva y los defectos personales impregnan las letras, dotando al álbum de un núcleo emocional poderoso que trasciende la mera agresión sonora. Boster se erige como estrella indiscutible, con momentos rasposos y vitriólicos que cortan como cuchillas, complementados por voces melódicas profundas y ricas que añaden capas de vulnerabilidad. Dying Wish no solo juega impecablemente, sino que eleva el metalcore por encima de sus limitaciones habituales, creando un trabajo sucio, visceral y altamente adictivo.

"Flesh Stays Together" (2025) despliega su fuerza a través de canciones que combinan estribillos pegajosos con una ferocidad implacable, donde la sección rítmica de Mackey y Yambra sostiene estructuras que alternan velocidad frenética y pesadez aplastante. Temas como "Revenge In Carnage" y "Nothing Like You" brillan por la versatilidad vocal de Boster, quien alterna entre aullidos cargados de veneno y pasajes limpios que transmiten dolor genuino, mientras Carillo y Reynolds tejen riffs agresivos y solos que añaden profundidad. En "Nothing Like You", la banda aborda el legado de toxicidad familiar y adicciones, con Boster jurando romper el ciclo, un momento que resuena por su honestidad cruda. La homónima "Flesh Stays Together" funciona como un himno de devoción extrema, con versos que capturan esa infatuación apasionada que mencionaba líneas más arriba, respaldada por breakdowns que impactan con fuerza gracias a la mezcla precisa. Otras joyas del álbum son "I Don’t Belong Anywhere", que explora el desarraigo con una energía dolorosa y "Moments I Regret", una canción introspectiva que revela arrepentimientos personales sin perder el filo hardcore. Cada canción fluye con cohesión, evitando momentos de relleno y manteniendo un equilibrio entre melodía accesible y brutalidad pura.

"Flesh Stays Together" (2025) se revela como un lanzamiento imprescindible que me ha impactado por su combinación de técnica impecable y carga sentimental profunda, un disco que invita a escuchas constantes para descubrir nuevos detalles en su caos controlado. Emma Boster y su banda han superado expectativas, entregando un metalcore sabroso y emotivo que evita las trampas comunes del subgénero y se posiciona como referencia para aficionados a sonidos intensos como los de Cloud Rat o Venom Prison, creando un disco brutal y conmovedor que celebra la resiliencia humana a través del ruido.

© 2025 Blogofenia

Publicar un comentario

¡Tus comentarios serán publicados una vez hayan sido moderados!

Artículo Anterior Artículo Siguiente