Crítica: Behemoth "Messe Noire"

Era del todo lógico que Behemoth quisiesen cerrar una etapa como la de “The Satanist” por todo lo alto, con un directo como el que nos ocupa, “Messe Noire”. Para aquellos poco familiarizados con los polacos y su álbum del 2014 (que celebran con esta publicación), no sólo estamos hablando de uno de sus mejores discos o aquel que resume a la perfección el elán vital de la banda y su carismático líder, sino también todo un punto de inflexión en su carrera y sus propias vidas (por no mencionar su relevancia en el metal actual). No debemos olvidar que Adam Darski, Nergal, estuvo luchando por la suya contra una temible leucemia, siendo todo un ejemplo de superación y lucha ya que supo entender que quizá su peor momento también podía ser aquel para renacer. Los recién llegados quizá no sepan o recuerden sus palabras de desafío a la enfermedad, su negación a cualquier fe durante su intervención y duro proceso de rehabilitación que devendría en una gira a modo de resurgimiento de lo que podrían haber sido sus cenizas y la grabación de “The Satanist”. En los últimos años, Behemoth se han convertido en todo un referente del metal, abandonando la exclusiva y, a veces, absurda escena underground, para abrazar a las masas con su negrísima ceremonia. Siendo así, le pido al lector de esta humilde crítica que se olvide de lo leído en otro portales o webs supuestamente especializadas porque evitaré recitar los títulos de las canciones como si de la tabla de multiplicar se tratase, la calidad del DVD o si su sonido es 5.1. o no, como tampoco incidiré en las gratuitas loas hacia el “artwork” de “Messe Noire” (de sobra es conocido por todos que Behemoth cuidan al máximo cualquier detalle en sus producciones, tanto como miman a sus seguidores) y tampoco ahondaré en el infantil debate acerca de las ventas de la banda, de si han vendido su alma o no al ‘mainstream’. Atrás quedan esos que no saben o se niegan a disfrutarles lejos de una sala de cien personas (como si eso fuese sinónimo de virtud), aquellos que se consideran legitimizados para hablar de Behemoth por eso de haber llegado antes que otros y esos que tampoco saben, no entienden, pero quieren escribir sobre aquello que no les interesa porque viven felices, instalados en la metaignorancia más absoluta y ni siquiera saben que no saben, no entienden y no les interesa. Será algo mucho más personal…

Esta última gira de Behemoth, en mi caso, ha supuesto la oportunidad de verles en tres ocasiones; cada una de ellas muy diferente a la anterior y en contextos completamente distintos. “Messe Noire” significa un reencuentro, una suerte de cápsula del tiempo personal de los últimos cuatro años, gracias a la cual soy capaz de conectar con algunos momentos de mi vida personal a través del hilo conductor de sus canciones y aquel que en el 2014 se encontró con Nergal, fuego en ambas manos o golpeándose el pecho con el puño, al ritmo de “Blow Your Trumpets Gabriel” con Seth, Inferno y Orion secundándole, para desatar toda su ira con “Furor Divinus”, como “Messe Noire”, la canción, irrumpía con esa misma fuerza que aquí es reflejada cuando Nergal grita ese “Aaaaaamen!” que parece arrancárselo del pecho a su mismísimo Dios. Presentaban “The Satanist”, la crítica los había tratado bien, había seguidores que todavía creían que “Evangelion” (2009) era superior y ellos acudían al encuentro en el mítico Hellfest francés, evangelizando a todo aquel que no creyese en las bondades de su, por aquel entonces, último álbum.

Tres años más tarde, me reencontraría con ellos, esta vez en sala (acompañados de dos invitados de lujo como MGLA y Secrets Of The Moon), Behemoth ya sabían lo que había significado “The Satanist” y no había duda posible de su grandeza, “Ora Pro Nobis Lucifer” sacudía nuestros cuerpos al galope, la seguridad de Nergal, Orion e Inferno en piezas como “Amen” o las épicas “The Satanist” (mística y oriental, ceremonial en directo) y “Ben Sahar”, era innegable. Habían trascendido todas las etiquetas posibles, ya no eran una simple banda de black, death, blackened death metal o como diablos quieran definirlos aquellos que creen entender… Behemoth eran capaces de llevarte a otros mundos, de transportarte, algo al alcance de muy pocos. La intimidad de una sala y la oscuridad tan sólo reforzaban su magia.

Un año después, volvía a encontrarme con ellos en un festival, el largo viaje de “The Satanist” ya tocaba su fin, era una puesta de largo de nuevo en Francia, un canto triunfal que no contó con el mejor de los sonidos y un Nergal que acusaba el desgaste de más de tres años de gira constante. Aquello no impidió que “In the Absence Ov Light” u “O Father O Satan O Sun!” sonasen como himnos, acompañadas de otros clásicos de su carrera (como “Ov Fire And The Void”), cimentando su leyenda.

Es por eso que “Messe Noire”, para todos aquellos que hemos vivido esta gira significa algo muy especial, es la gloriosa banda sonora de nuestros últimos cuatro años; el paso del tiempo atrapado en un vinilo rojo sangre, en un plateado soporte que algunos llamarán DVD, Blu-Ray o CD, como quieran, peor para ellos. Superior a “Evangelia Heretika” (2010), indispensable para todo aquel que ame la música y tenga el deseo de vivir una experiencia, a la altura de los más grandes.

© 2018 James Tonic