Crítica: Papa Roach “Crooked Teeth”

Por todos es sabido que no se debe juzgar un libro por su portada y, aunque aquí nos refiramos a un álbum de música, podríamos aplicarlo igualmente. Pero es que “Crooked Teeth” de Papa Roach posiblemente posea una de las peores del año y eso ya es mucho decir. Por el contrario, Linkin Park ha publicado “One More Light”, quizá su peor álbum en una suerte de giro hacia el pop más prefabricado, con una bellísima portada. Pero la carrera de ambos, aunque diferente, tiene algunos puntos en común, por tanto, ¿qué podríamos encontrarnos en el noveno álbum de los californianos atendiendo, como debe ser, únicamente a su música? Para ello debemos remontarnos al éxito de Papa Roach con “Infest” (2000) su segundo álbum, aquel con el que se dieron a conocer, y “Lovehatetragedy” (2002) con el que redondearon la jugada porque llevan desde entonces debatiéndose por superar aquel momento de popularidad con desigual acierto. Es cierto que hubo inteligencia en su abandono del nu-metal por el hard y que, aunque nunca hayan llegado a acariciar la misma fama, “Getting Away With Murder” (2004) y, más en concreto, “The Paramour Sessions” (2006) son buenos discos que aguantan las escuchas, como “The Connection” (2012) pero no puedo decir lo mismo de aquel “Metamorphosis” (2009) o “F.E.A.R.” (2015) en una carrera que mata por regular y en la que los discos menos inspirados y los mejores no lo son tanto, en la que sus fans parecen crecer y evolucionar mientras la banda parece rejuvenecer cada vez que escuchamos el último de sus discos y nos damos de bruces con unas melodías pegadizas pero algo pueriles, acercándoles más al punk californiano más melódico que al hard y, por supuesto, al metal que honestamente creo que nunca han practicado como tal.

Es cierto que “Crooked Teeth” demuestra las ganas de la banda (que no la energía de la que hacen gala en directo) con “Break The Fall” y ese estribillo tan pegadizo, muy diferente es la forma de rapear de Jacoby Shaddix y es que suena poco fresca, no es que la hayamos escuchado ya hasta la extenuación y suene poco novedosa, es que hay cientos de chavales con más nervio y gracia rapeando. “Crooked Teeth”, la canción, evidenciará otro gran defecto del álbum y es que la producción de Colin Brittain y Nicholas Furlong (RAS) suena artificial, soy de esos a los que les gusta sentir todos los instrumentos y prestarles atención de manera independiente y en el álbum de Papa Roach el sonido está tan procesado y comprimido que no respira y tenemos la desagradable sensación de estar escuchando un producto y no a una banda. Está claro que no son virtuosos pero nos perdemos el trabajo de Horton y Esperance o la fuerte pegada de Palermo.

Caso aparte son las letras, es verdad que Jacoby no es Bob Dylan pero algo más de esfuerzo en escribirlas no le habría venido mal a un álbum que en cuestión de rimas y ripios parece un collage de los anteriores y posee la profundidad de un charco.

“Medication” nos quiebra con ese comienza acústico y Shaddix entrando sobre un riff bastante común, no me terminan de convencer la programación y tanto arreglo electrónico, tampoco el rapeo de nuevo (nada en contra de ello si se hace con gracia…) pero no debería haberme sorprendido cuando Jacoby ya nos lo advirtió, lo que no hizo fue decirnos que las nuevas canciones parecen compuestas para una boy band. “Born For Greatness” hace perder cuerpo al álbum y se convierte en un trip-hop sosote mientras que “American Dreams” incide en ese innecesario mestizaje entre el pop y el rap con un estribillo que podría haber sido firmado por el eterno adolescente que parece Tom DeLonge.

Skylar Grey se prestará en “Periscope”, algo muy significativo de lo que buscaban Papa Roach en “Crooked Teeth”; una canción blandita que podría haber sido parte de “One More Time” de Linkin Park, como la colaboración de Machine Gun Kelly en "Sunrise Trailer Park" en la que sentiremos que hace tiempo hemos perdido el interés por el disco y sólo recuperaremos algo con extras como “Ricochet” pero no con “Nothing” o la aburrida “Bleeding Through”

Un horror tras otro en el que nada parece tener sentido en su segunda cara con “Help” o “Traumatic”, dos naderías, o la poppie “None Of The Above” para despedir otro disco igual de desnortado que el de Shinoda y Benington. Llegados a este punto uno se plantea que el error no es de aquellos o de estos sino nuestro por permitirles haber llegado a grabar nueve discos pero, incomprensiblemente, Papa Roach tienen su público y supongo que justificarán “Crooked Teeth” por dos canciones, todo para ellos. El tiempo es demasiado precioso como para perderlo con algo tan corriente y poco elaborado.


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