Crítica: The Steepwater Band "Clava"

Está claro que en estos tiempos que corren hay muchísima más música que hace diez, veinte o treinta años. ¿Pero tiene la misma calidad? Sí, desde luego que sí, lo que ocurre es que hay tanta oferta, tanta saturación y, sin embargo, tan poco a poyo a la calidad que resulta exasperante y toda una labor de arqueología llegar a ella. No es que ahora se haga peor música es que la buena música, la de verdad, no te llega. Los medios; la televisión, los prensa en papel y electrónica y la gran y aborregada mayoría prefiere prestar atención a Katy Perry o a la petarda Lady Gaga así que no, no hay sitio para un trío de Chicago que hace rock y blues, no lo hay si no eres una veinteañera que se vista con apretados vestidos de vinilo, grabe sensuales y bizarros videoclips apoyándose en el reclamo más fácil, vulgar y obvio, para The Steepwater Band no hay sitio en el panorama actual porque no hay buen gusto, la gente no disfruta con lo auténtico.

Pero claro, es complicado pedirle a una niña de veintipocos que disfrute con "Remember The Taker". ¡Hay honrosas excepciones, por supuesto! Pero la gran mayoría preferirán ir al concierto de Rihanna que seguir el ritmo de una Gibson Les Paul, lo otro exige poco a la corta y a la larga y, sin embargo, "Remember The Taker" requiere un paladar fino (no sé por qué en esta canción la voz me recuerda tanto a John Lennon) y otras miras.

"Remember The Taker" es una canción llena de feeling y sinceridad que abre la veda de "Clava" (2011), quizá sea la que más me guste pero es imposible negarse al single "Vanishing Girl", mucho más ligero pero cargado de guitarras, como la clara heredera de Canned Heat y ZZ Top que es "Come On Down" en la que a uno no le cuesta imaginarse conduciendo por una larga y polvorienta carretera a ritmo de las juguetonas guitarras y un slide acompasado por una machacona batería. El sonido de ésta y el resto es verdaderamente atemporal, podría haber sido grabado hace cuarenta años o dentro de diez y seguir sonando tan bien como lo hace, deja un sabor de boca realmente agradable, una producción sencilla, nada efectista pero sí muy efectiva.

Con "Love Never Ends" vuelven las canciones más ligeras (si es que se puede decir esto en un grupo The Steepwater Band) al estilo de "Vanishing Girl", una canción magnífica con un buen estribillo y un riff contagioso. "Bury My Burden Deep" es maravillosa y vuelve a dar en la diana en el estribillo, un medio tiempo realmente notable que da paso a "High and Humble" llena de slide. A estas alturas del disco uno se da cuenta de que este "Clava" es quizá menos bluesy que los anteriores y más rockero pero sin llegar a perder la influencia  que sigue ahí, residiendo en los mástiles de sus guitarras, más setentero aún si cabe y más cercano a grupos como Black Crowes que a Gov't Mule, algo que les debería acercar a un buen puñado de nuevos seguidores.

"Won't Be Long For Now", la más larga junto con "Remember The Taker", estalla en un solo lleno de sentimiento, con una distorsión rugosa y un "sustain" maravilloso. Suben las revoluciones con "Out On Love", como un tren destartalado sin frenos, rock n' roll clásico y directo para que no puedas dejar de mover los pies siguiendo a la batería. "Off The Rails" vuelve a los medios tiempos con unas guitarras que suenan crudas, sin tratar, con una distorsión fortísima, saturando el canal.

"Meet Me In The Aftermath" acaba este "Clava" con guitarras acústicas en un tema con sabor cien por cien a clásico instantáneo, cercano a los más grandes (lo que son The Steepwater Band), y un fraseo en la voz más cercano a Tom Petty o Dylan que nunca, una magnífica forma de despedirse y dejarte con ganas de más porque "Clava" es uno de los grandes discos de este año que ya se despide. Entró por la puerta de atrás, sin hacer mucho ruido y, sin embargo, puede mirar a la cara a producciones millonarias mucho más radiadas de lo que será el álbum de los de Chicago. ¡Qué grandes!

© 2011 Conde Draco