Crítica: Gamma Ray "Heading For Tomorrow"

Que Hansen saliera de Helloween podría ser algo esperado y que en su momento no cogiera con excesiva sorpresa a nadie; no nos llamemos a engaños, Weikath y Kai son dos peso pesados, dos grandes compositores que están llamados a "tirarse de los pelos" tarde o temprano si militan juntos. No sería este el primer caso que se diera en la historia de nuestra música, muchos son las rupturas surgidas debido a estos hechos, con desenlaces más bien grotescos y burdos. La enorme suerte que acompañó a Hansen en su huída de la banda de la calabaza y su aterrizaje en Gamma Ray fue poder contar con Ralph Scheepers como cantante de su nueva banda. Los dos ya se conocían de años atrás, concretamente del momento fundacional de Helloween, cuando Kai quería contar con Ralph como cantante de la banda, debido a que a él le costaba mucho poder cantar y tocar las seis cuerdas a un tiempo; pero que como todos ya sabemos en aquel momento no fue posible ese hermanamiento, esa unión entre los dos germanos. La verdad que la voz de Scheppers siempre suena increíble, lanzando unos agudos que tienen establecido un listón muy alto, de los que muy pocos cantantes pueden presumir de alcanzar; vamos a la par de gente como Kiske o Halford, con un tono que nada tiene que envidiar a estos últimos.

La portada del primer vástago de los "Rays" se tornaba bastante diferente a lo que nos tenía acostumbrados Kai en su anterior banda. En la misma podemos ver los perfiles de Hansen y Scheepers en un simple tono azulado que evidentemente distaba mucho del multicolor que siempre impregnaba los discos de Helloween, aunque no por ello hacían de menos a ésta; era simple pero con un concepto nuevo y diferente para el power, de hecho muy pocas portadas del género contienen las fotos de los integrantes del grupo. Aunque seamos realistas, y dejémonos de banalidades y tonterías, ya que lo realmente sorprendente y maravilloso viene dentro, parecido a lo que puede suceder con un libro del cual fiándote solamente de su portada puedes caer en el engaño por pensar que su contenido pueda resultar excesivamente simple porque así es su "envoltorio" o su "tapa externa de presentación".

Nada más pasar la primera hoja de esta "biblia" del metal (una brevísima intro dándonos la "bienvenida" al lujo y disfrute de lo que se nos viene encima) una aguda guitarra nos abre el paso a ese mítico riff marca de la casa, pegadizo y dulzón con un ritmo endiabladamente melódico y armónico. La voz de Ralph tan aguda que te extrañas que no rompa todos los cristales que tienes a tu alrededor, como bien suponéis nos referimos a "Lust For Life", canción que durante muchos años abría todos sus conciertos, toda una seña de identidad de la banda al igual que ocurre con "Heaven Can Wait". Varias canciones dentro de la música llevan ese mismo título, posiblemente la más conocida sea la que incluía Maiden en su sexto álbum, aquel místico e idolatrado "Somewher In Time" de 1986. En el caso que nos ocupa, la misma consta básicamente de un riff infernalmente rápido, con auténtico lucimiento de Ralph en todo el tema, se desgañita en las estrofas, mientras que baja las revoluciones en el estribillo acompañado de unos excelsos coros que dan al tema un carácter épico y heroico, sin lugar a dudas de lo mejorcito del disco. Una canción inolvidable.

"Space Eater" y "Money" sirven para especial lucimiento de su fornido vocalista, constando en ambos una base rítmica y sólida, en la que Uwe Wessel tenía mucho que decir y aportar. El momento emotivo y tranquilo del disco llega con "The Silence", una auténtica maravilla, entre balada y medio-tiempo, pero con un empaque y una armonía difícil de olvidar. El piano acompañando las primeras estrofas vocales son una virguería y suena de auténtico escándalo. Es una canción perfecta, la balada que todo grupo quisiera poder facturar, pero sólo al alcance de muy pocos elegidos. El "solo" tiene todos los ingredientes para cautivarte, rápido, ligero, y con unas tonalidades rítmicas sorprendentes; se convierte en una auténtica joya y en uno de esos temas que no te puedes quitar de la cabeza fácilmente. Es sin ningún género de dudas una de las mejores canciones que ha compuesto Hansen en su ya extensa trayectoria discográfica.

"Hold Your Ground" tiene ese carácter hímnico y dramático tan característico en el power-metal, mientras que "Free Time", único tema compuesto por Ralph , se exhibe dinámica y agresiva con unos riffs muchos más pesados y tortuosos que los logrados en temas anteriores. Pero para disfrutar de verdad y como capítulo final llega el monumental (y no solo por su metraje) tema que da título a esta obra de ingeniería sónica. "Heading For Tomorrow" de catorce minutos y medio de duración, podría parecer en principio un tema progresivo, pero nada más lejos de la realidad; se convierte en una milimétrica bomba de relojería, un tema realmente heavy y poderoso, una cerilla encendida con moléculas altamente inflamables a su alrededor. Da gusto escuchar canciones así, en las que catorce minutos no son nada, te pasan volando hasta tal punto que cuando te quieres dar cuenta ya se acabó. Aquí es todo perfecto, la voz de Scheepers más conflictiva que nunca, te pasa por encima como si sus cuerdas vocales condujeran un Panzer de los años 40. ¿La guitarra de Kai?, vamos una auténtica delicia, dirigiendo de manera igual de efectiva sus tramos lentos, con punteos realmente conmovedores, como sus tramos más rabiosos. Qué le voy a hacer soy un incondicional suyo desde hace muchos años, pero qué demonios con temas como este quién no lo es. Canciones de esta índole y calado deberían enseñarse en todas las escuelas de música para que vean lo que es una canción bien rubricada.

Como observáis la "radiación gamma" nos regalaron con su primera obra un interminable número de grandes canciones que hoy en día pueden presumir de tener la condición de clásicos dentro del longevo mundo del Rock, y que todas ellas fusionadas dan como producto un espectacular trabajo que nadie se debería perder.




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