Crítica: Limp Bizkit "STILL SUCKS"

¿Qué fue antes, el huevo o la gallina? ¿El hater o el movimiento anti-hater? Qué me produce más irritación; ¿el hecho de que haya gente que escupe odio, otros con una piel tan fina como para herirse por todo o aquellos que creen estar de vuelta por ironizar contra aquellos que los atacan? Creo que, como Apollinaire, me he cansado un poco de este viejo mundo y, a modo de pirueta involuntaria, he pasado de reírme de Limp Bizkit para hacerlo con ellos. Llorar porque el nu metal no es metal auténtico, porque se mezcla con rap, porque llevan chándal, porque Durst es inaguantable, porque el único que vale es Wes, porque Korn se han convertido en una banda a la que todo el mundo respeta tras años de ninguneo, creer que lo que yo escucho es lo mejor del mundo, por encima del gusto de los demás, y Bizkit es una mierda, me agota. Es verdad que les disfruté desde “Significant Other” (1999) y visto en directo más veces de las que desearía, que he sido testigo de actuaciones auténticamente desastrosas (Madrid, Nantes) y otras para quitarme el sombrero (Suiza, Basilea, 2011), pero creo que gran parte del problema con Bizkit es que ellos disfrutan metiéndote el dedito en el ojo y muchas personas se alteran con la mera mención de su nombre. Y, con todo, no puedo defenderlos sin aceptar sus grandes errores, pero también sus aciertos.

 

“Gold Cobra” (2011) es un mal disco, pero valiente por lo que significó y cómo el grupo capeó el temporal, quizá el peor de su discografía sino fuese por “Results May Vary” (2003) en una época en la que todo el mundo les lamía el culo y vendían millones. Diez años que han pasado volando y una anticipación por un nuevo disco que nadie esperaba y, sin embargo, ha causado un buen hype, ¿por? Mira, muy sencillo, si no te gusta Limp Bizkit no tiene sentido que sigas leyendo, pero si les has disfrutado en algún momento, te lo resumiré fácilmente; escuchar Limp Bizkit sigue siendo terriblemente divertido, aún en pleno 2021, con Durst disfrazado de cincuentón, cantando “Dad Vibes”, riéndose de todo y todos, aunque a veces resulte forzado en su chiste y la obsesión por rendir cuentas a los haters cuando no hay necesidad.

 

“STILL SUCKS”, bajo portada del propio Borland, es un disco que lleva una década gestándose, que arranca de manera hipnótica con "Out Of Style" (sí, la que anteriormente era conocida como "Wasteoid") sonando francamente bien. No es que la guitarra de Borland sea estupenda y el estribillo de Durst sea de lo mejor que han grabado, sino que cuando este grita “DJ Lethal…!” y suenan los escracheos, sabes que el viaje a los primeros de los dos mil está asegurado. Groove, la guitarra cargada de Whammy, Wes abusando del puente y los fraseos de Durst con una buena base de Sam y John Otto. No es que “STILL SUCKS” sea el “White Album” o el “Abbey Road” de los Beatles, no va a cambiar tu vida, pero es lo mejor que han grabado desde "Chocolate Starfish and the Hot Dog Flavored Water..." (2000), algo que se constata con “Dirty Rotten Bizkit” y, de nuevo, otro estribillo que se pega como un chicle y Rivers haciendo que te retumbe el pecho. Dudo mucho que suene en un festival y no la saltes, por mucho menos que esto hay bandas a las que se les ha encumbrado su falta de ideas e inmovilismo porque sí.


“Dad Vibes” es puro Bizkit, el rapeo nasal de Durst, la base, los arreglos y el estribillo con Lethal haciendo de las suyas sobre el fraseo del estribillo y los coros hipnóticos, igual que el slap y el golpeo sobre el bajo de Rivers en “Turn It Ip, Bitch”. En este punto, sólo siento que no hayan incluido “Ready To Go” con Lil Wayne y sí “Don’t Change” de INXS, clásica balada acústica que rompe un poco el encanto de un disco que debería haber saltado directamente a "You Bring Out the Worst in Me". “Love The Hate” denota claramente que las críticas terminan calando en Durst, por mucho que emplee la ironía; no es de recibo que todo el álbum orbite entorno a la crítica, al odio, en definitiva, a naderías porque, como todo buen amante de Wilde sabe; lo importante es que hablen de ti…

Como tampoco termino de entender la inclusión de “Barnacle”, una canción con tintes de rock que suena demasiado rancia, más cercana al rock alternativo de los noventa que otra cosa. Igual que “Empty Hole” y el intento de acercarse a la evocación de Alice In Chains, en una última atacada en la que “STILL SUCKS” se deshace con “Pill Popper” y la horrenda “Good Bye”, mereciendo únicamente la pena “Snacky Poo” con su encanto a lo Fun Lovin’ Criminals (por cierto, qué pena que los de Nueva York nunca más publicasen algo similar a “100% Colombian” de 1998, aquella gira también la viví y fue enorme) y la entrevista final a Borland, evidenciando la estupidez de muchos seguidores y los gustos que sí son aceptables por la masa y la crítica; es mejor denotar buen gusto afirmando que escuchas Godspeed You! Black Emperor (aunque no entiendas una puta mierda de lo que hacen) a reconocer que escuchas a Limp Bizkit. Por lo tanto, “STILL SUCKS”, aún siendo lo mejor publicado por Bizkit en mucho, mucho tiempo y mereciendo algo más que tres estrellas, tampoco llega al notable ya que su primera cara es claramente superior a su segunda y, con todo, sigue siendo acojonantemente divertido escucharlos de nuevo…

 

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