Crítica: Archspire "Bleed the Future"

Con Archspire siento ese orgullo de haberles descubierto pronto, de ver cómo, poco a poco, van alcanzando más y más reconocimiento, cómo cada álbum crece y su propuesta se perfila, madura y son capaces de grabar tres discos como "The Lucid Collective" (2014), el ya clásico "Relentless Mutation" (2017) y, ahora, "Bleed the Future" (2021). De salas a festivales, de ser unos completos desconocidos a ganarse al público con su rapidez, su sentido del humor, su accesible melodía (a pesar de lo intrincado de su música) y, por supuesto, su talento. Así, Archspire, han vuelto a dar en el clavo y, sin complicarse demasiado, entender que el público pide que suban la apuesta de "Relentless Mutation" y ver si son capaces de aumentar la velocidad, lo complicado de su maquinaria y, por supuesto, poner a prueba su habilidad técnica. ¿El resultado? Como no podía ser de otra manera, los canadienses no sólo aprueban, sino que lo bordan, "Bleed the Future" es un disco sobresaliente, muy técnico pero irresistible, sin caer en el aburrimiento de la acrobacia porque sí, sino que es "Relentless Mutation" elevado al cubo. 

“Drone Corpse Aviator” es un innegable single para la banda (si es que se puede hablar de una canción promocional en el death metal técnico); Prewett es una auténtica máquina y Smith le acompaña al bajo, mientras que tras las endiabladas rítmicas llegamos a esos paisajes tan jazzy en lo que la guitarra parece hilvanar un lick tras otro, antes de volver a atacar de manera violenta. Sin embargo, es esa misma guitarra la que dibuja la melodía en “Drone Corpse Aviator”, quizá más accesible que en "Relentless Mutation" pero nunca como sinónimo de poca calidad o facilidad en la composición, en ningún momento para agradar o llegar a un público mayor sino porque la composición lo pide. Como esa locura titulada “The Golden Mouth of Ruin” en la que parecen escupir mil notas por segundo mientras Prewett parece retarse a sí mismo. "Abandon the Linear" juega con la polimetría como ninguna otra, no es que el compás de Prewett coincida con el que llevan las guitarras, es que parece un todo en el que habrá un momento que tu cabeza pida entender de qué se trata y sólo será en el puente de la canción, antes de lanzarse a por los armónicos previos al solo. 

“Bleed the Future” es capaz de pintarle la cara a los enormes y mis queridos Meshuggah, está claro que los estilos son diferentes, pero hacía tiempo que no sentía una agresión sonora acompañada de semejante pericia técnica, como si los de Vancouver utilizasen una claqueta para cortar los tempos de sus endiabladas canciones. Tanto que es necesaria “Drain of Incarnation” o, por lo menos, su comienzo para darnos un respiro antes de que ataquen de nuevo y Morelli, Lamb y Smith nos abran en canal. Es por eso que “Acrid Canon”, a pesar de su velocidad, sea tan agradecida y su melodía nos sirva para no perder la poca cordura en la espacial "Reverie on the Onyx" o ese final que es "A.U.M." y la clara sensación de que Archspire están un paso por delante del metal actual, que han sabido llevar el death metal técnico a otro nivel y pocos son capaces de seguirles el paso. Brillante de principio a fin.

Como única pega, a nivel personal, el trabajo de Dave Otero. No dudo que Oliver (magnífico en su registro, espectacular en su capacidad) y los suyos le pidan semejante acabado, pero hay veces que el bloque de sonido es tal que se pierde detalle de cada instrumento cuando aprietan y la prueba de ello no es sólo el propio sonido del disco sino el dibujo de la onda en cualquier reproductor, una auténtica barra inexpugnable de puro y duro death metal. Por otra parte, Archspire repiten con Kantor en la portada, sabedores de que han encontrado la fórmula y vaya si lo han hecho. La madre que los parió…

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