Crítica: Undergang "Aldrig I Livet"

A todo aquel que me pregunta por Undergang no puedo hablarle más que maravillas. Por supuesto, si lo tuyo no es el death metal más visceral (nunca mejor dicho), gore y desagradable, más aberrante y con olor a putrefacción, lo mejor es que te mantengas lejos de los artefactos que los daneses suelen facturar, pero también es verdad que a poco que ames el death, si has vivido décadas pretéritas y echas de menos los trabajos más brutales de Carcass o los mis adorados Autopsy, Undergang es tu banda. He de reconocer que “Misantropologi” fue uno de mis discos favoritos de 2017 y si fue así es porque la banda es capaz de atrapar el hedor a pútrido en cada uno de los surcos de sus vinilos y, tal y como afirmaba con su anterior álbum, sentir el alma de Reifert. Pues bien, tres años más tarde, Undergang regresan con “Aldrig i Livet” y, queridas almas oscuras, lo que nos encontramos es el mismo sentimiento de ultratumba, de tripas al aire y charcos de sangre pasada de fecha que lograron en “Misantropologi”, "Døden læger alle sår" (2015), "Til døden os skiller" (2012) y, claro, "Indhentet af døden" (2010) porque una de sus grandes virtudes es potenciar aquello en lo que se saben ganadores, sin perder su identidad y tampoco tener la sensación de que estén caminando en círculos. La producción de “Aldrig i Livet” tiene mayor profundidad que en “Misantropologi”, pero no abandona esa zona gris y densa, obtusa y opaca, en la que todo buen disco de death metal gore debe moverse sí o sí. “Aldrig i Livet” es viajar en el tiempo a primeros de los noventa, por supuesto, pero también caer en una fosa tan profunda y húmeda como para que nos sintamos cómodos escuchándolo. ¿Suena raro, verdad? El placer por lo horrendo, por el esperpento, por el terror…


La introducción que es “Præfluidum” ya nos lo advierte con sus gorgoteos vocales, su erupto gutural y la cavernosa profundidad de David Mikkelsen. El enlace con "Spontan bakteriel selvantændelse" es vibrante y natural, su guitarra relincha, pero navegamos entre medios y graves, ninguna estridencia, tan sólo puro y pútrido death metal. Suena “Indtørret lig” y parece crust por su atropello, pero también nos acordamos de Demilich y, claro, de Carcass, se aceleran y nos vomitan encima, sentimos estar patinando en un charco de bilis y sangre, ¿es real? El adelanto que fue “Menneskeæder” confirma que la influencia de Steer es innegable pero también que la aspereza no está reñida con una melodía poco obvia, enterrada bajo capas y capas de distorsión, con un sonido comprimido como una bala en el cráneo. “Ufrivillig donation af vitale organer” es tan truculenta que rompe el encanto punk de la anterior pero en esta recuerdan más a Obituary brutalizados por su sed de glóbulos rojos, me encanta la batería de Pedersen y el bajo de Osborne, tanto como el estrangulamiento de David al comienzo de “Sygelige nydelser (Del III) Emetofili” y cómo la canción parece acelerarse de manera machacona al pulso de una guitarra nerviosa para, segundos después, marcar un ritmo pesadísimo más cercano al doom que al death.

 

“Usømmelig omgang med lig” posee quizá el riff más sencillo pero efectivo de todo el álbum, además de resultar totalmente mortífera; me gusta la voz de David y las guitarras, cómo Osborne le sigue y Pedersen parece castigar los parches, tanto o más que el ambiental comienzo de la propia “Aldrig i Livet” y cómo la banda se despereza tras siglos bajo la tierra, cómo van arrancando hasta llevarnos a su terreno, algo muy parecido a lo que ocurre con la cadencia de ‘Rødt Dødt Kød’ o ese final con "Man binder ikke et dødt menneske" y que nos hunde aún más en esa tumba repleta de gusanos que describía al comienzo de esta crítica en la que, como afirmaba, si amas el death metal más purulento y gore, el más terrorífico, con olor a tierra húmeda, Undergang son lo tuyo. Como aseguraba con “Misantropologi”, también lo hago con “Aldrig i Livet”, estos jodidos daneses han vuelto a grabar uno de los discos del año, menudos últimos meses de lanzamientos…


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