Crítica: Napalm Death "Throes of Joy in the Jaws of Defeatism"

¿Son Napalm Death toda una leyenda por su música o, por el contrario, son una leyenda por su tiempo en activo? Está claro que hay cientos de bandas que fundamentan su popularidad en su nombre y lo que una vez fueron, pero no es el caso de Napalm Death, una formación que no sólo ha mantenido un notabilísimo nivel sino que, moralmente, sus principios e integridad todavía son parte fundamental de lo que son y todavía contagian a su público. Shane, Barney, Harris (sí, has leído bien) y Herrera, han grabado "Throes of Joy in the Jaws of Defeatism", cinco años después de “Apex Predator – Easy Meat” (2015), en el que es inevitable que Barney vuelque toda su rabia (sonando más agresivo y grave que en anteriores entregas) e ideología en un momento como el que vivimos o, lo que es lo mismo, el campo de cultivo ideal para que Napalm Death graben un disco como el que nos ocupa. Producido por Russ Russell y bajo la portada de Frode Sylthe, "Throes of Joy in the Jaws of Defeatism" es quizá la confirmación de que Napalm Death hace mucho que abandonaron ese encanto punk/grind o esa inclinación más puramente death para conformar un disco extraño por su poca unidad, que ahonda en una propuesta heterógenea y cuyas canciones tienen una naturaleza bien distinta, unas de otras. 

 

Lo que para muchos sería un inconveniente, para la banda de Embury y Barney es un punto a tener en cuenta ya que continúa la senda de “Apex Predator – Easy Meat” (2015) y se convierte en su mejor álbum desde “Semar Campaign” (2006) o “The Code Is Red... Long Live the Code” (2005). “Fuck the Factoid” va de la mano de Herrera y ese Barney, antes mencionado, que suena más sólido que nunca, más bronco si cabe, más gutural y cavernoso, con más grano en su garganta. Embury abre "Backlash Just Because" y es esa rabia la que logra levantarnos, las guitarras se encabritan, el sonido es más duro y pesado que en anteriores entregas, hasta el hardcore que es “That Curse of Being in Thrall”, tan sólo la tercera canción y ya han conseguido colarse entre lo mejor de un año que todavía no ha acabado. ¿Quién puede hacer lo mismo tras más de tres décadas? “Contagion” es pegadiza por su riff, más cercano al rock y "Joie De Ne Pas Vivre" por su accesibilidad punk. Sorprende la introducción de "Invigorating Clutch" y cómo la canción se vuelve más y más densa, gracias a su tempo. 

 

Sin embargo, Napalm Death recuperan cuerpo con la descarga eléctrica de “Zero Gravitas Chamber”, una auténtica bestia gracias a Herrera y Embury, o recordando ligeramente a Testament (tan lejos de sus coordenadas) en “Fluxing of the Muscle”, mientras que “Amoral” suenan plenamente post-punk y la homónima "Throes of Joy in the Jaws of Defeatism" les hace volver a la brutalidad. Barney resuena magnífico en “Acting in Gouged Faith” por cómo modula la garganta y alterna un diálogo consigo mismo y la parte principal de la canción, jugando con ambas voces. Para cerrar con la experimental “A Bellyful of Salt and Spleen”, dejando bien claro que el nuevo álbum es de todo menos complaciente con su propio pasado y sus seguidores menos exigentes. "Throes of Joy in the Jaws of Defeatism" suena brutal, actual y repleto de rabia, Napalm Death siguen tan vigentes como cuando publicaron “Scum” (1987), “From Enslavement to Obliteration” (1988) o “Harmony Corruption” (1990), más de treinta años y a este nivel, no puede ser simplemente una casualidad. Tan geniales como siempre…

 

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