Crítica: Ensiferum "Thalassic"

C­­omo si no tuviésemos bastante con la peste pirata de Alestorm y el que quizá es uno de los discos más penosos de este año de pandemia mundial, "Curse of the Crystal Coconut", los fineses Ensiferum, tras el fiasco de “Two Paths” (2017), han escogido reverdecer los laureles de su leyenda, cantando a los cuatro vientos, leyendas nórdicas acaecidas en la mar que, para ser honesto, funcionan a la perfección y no sólo se alejan de las historias marítimas de piratas de tercera, de adaptaciones baratas de los bonitos cuentos de Stevenson para futuros metaleros de festival patrio, cerveza caliente y parches rancios, sino que hacen entroncar la vieja tradición nórdica con aventuras en ultramar con las que logran, sin rubor alguno, grabar quizá su mejor álbum desde “From Afar” (2009). Grabado por Janne Joutsenniemi y Tero Kinnunen, además del ya mítico Jens Bogren, Ensiferum hacen encajar las piezas de su leyenda con un sonido pulcro y potente, en el que el folk no es el vehículo para el metal sino todo lo contrario; sobre la profunda base metal de la banda, se añaden toques de folk, instrumentaciones y arreglos que logran que el álbum roce el sobresaliente. No se trata de encajar con calzador un acordeón y unos violines, cantar a la cerveza a coro y poco más, en “Thalassic”, Ensiferum parecen haber encontrado la piedra filosofal de aquello que echábamos en falta en “Two Paths” pero también en "One Man Army" (2015) y "Unsung Heroes" (2012).

 


No me gustan las introducciones, pero “Seafarer's Dream” es un corte obligado para que entremos en el mundo nórdico de Ensiferum y nos adentremos en las frías aguas sobre las que descargarán sus llameantes flechas, arderán las naves y beberán ron. No se trata de vulgarizar la imaginería pirata (como es el caso de Alestorm y su empeño por convertirla en cuentos adolescentes), y “Rum, Women, Victory” lo demuestra a base de velocidad, Parviainen marca con fiereza supersónica el tempo, por unos compases nos recuerdan a Blind Guardian, hasta que entre la voz ronca y sentimos que nuestra nave llega a puerto en “Andromeda”.  Si la fórmula de Ensiferum resulta es porque hay calidad e inspiración y se siente en cada uno de los segundos de “Thalassic”, power afilado en “The Defence of the Sampo” y coros rimbombantes pero no ridículos, Montin lo borda en los arreglos y las guitarras de Lindroos y Hinkka cabalgan junto a nosotros, convertidas en espuma de mar. “Run from the Crushing Tide” imprime aún más velocidad, coros épicos al unísono, más y más arreglos, mientras Parviainen no ceja en su esfuerzo y LIndroos se torna aún más desgarrado, hasta el estribillo a doble bombo. Un poco de Amorphis en la mezcla de “For Sirens” pero de manera delicada, sin empachar o que parezca lo que no es y una vuelta de tuerca a la épica en la calmada “One with the Sea” o la plenamente folkie, “Midsummer Magic” y su trotón ritmo.

 

¿Que aleja a “Thalassic” de convertrise en el grandísimo álbum que estaba llamado a ser? Precisamente “One With The Sea”, “Midsummer Magic” y un broche como “Cold Northland (Väinämöinen Part III)” que, aunque no sea un horror, no pinta nada al final de “Thalassic” y hace flaca justicia al contenido anterior. Estoy convencido de que los grandes tiempos de Ensiferum ya fueron, de que jamás tendremos obras como "Ensiferum" (2001), "Iron" (2004) e incluso "Victory Songs" (2007) pero no podemos quejarnos si lo que los fineses nos guardan bajo la manga son discos como “Thalassic”, no es un regreso digno, es más que eso; un álbum notable que crece con cada escucha y la clara constatación de que no estaban muertos y, a veces -sólo a veces-, se trata de echarle un par de huevos y ganas. 


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