Crítica: Suicide Silence "Become The Hunter"

El placer de escuchar los lamentos y las excusas de aquellos seguidores que justifican cualquier cambio, contra viento y marea, suele ser inversamente proporcional al sufrimiento de tener que escuchar el disco en cuestión. Ahora, con la publicación de este “Become The Hunter”, parece más que evidente que Suicide Silence quisieron llegar a nuevas audiencias con su anterior álbum, “Suicide Silence” (2017), y el experimento resultó verdaderamente funesto tanto para ellos, como para sus seguidores y, por supuesto, para una gira que no recaudó lo esperado y el ya clásico toque de atención. Si el anterior álbum hubiese sido el cacareado giro estilístico de unos artistas puramente honestos, ¿por qué no seguir por aquella senda? Debemos recordar que la banda se sumergió en las aguas del nu metal con una suerte desigual, quisieron jugar a comerle parte del pastel a Deftones, Slipknot e incluso a Korn y los exerimentos, ya sabemos, deben hacerse con gaseosa. Es por eso que en “Become The Hunter” regresan a su estilo, a lo que mejor saben hacer, a la continuación de "You Can't Stop Me" (2014) y todos tan contentos; tanto aquellos que esperan hacer números con ellos, como aquellos que acuden a sus conciertos.

“Become The Hunter” ahonda en el deathcore y, aunque la archifamosa mezcla entre death metal y metalcore, ya no resulte novedosa, el combo liderado por Eddie Hermida resulta todo lo solvente y contundente que deberían haber sonado en el anterior. Así pues, en “Become The Hunter” pueden presumir de haber hecho los deberes y todo, absolutamente todo, suena correcto e incluso inspirado desde “Meltdown”. Buena composición, bien equilibrado en el balance entre guitarras, bajo y batería, con un toque oscuro que les sienta maravillosamente bien y las guitarras de Heylmun y Garza sonan crudas como ellas solas. “Two Steps” es pura agresividad, la voz de Hermida es desgarradora y la batería de López nos ametralla sin piedad, mientras que los mencionados Heylmun y Garza hacen de las suyas en “Feel Alive”; dos canciones que ofrecen lo que todo seguidor de deathcore desea. “Love Me To Death” nos enseña que lo del anterior álbum fue un mal sueño, Hermida se muestra más bronco y la canción, por supuesto, gana en agresividad, para llegar a un estilo que, sin resultar único, sí que sirve de telón de fondo para que la banda de Riverside, nos destripe en “In Hiding” o “Death Anxiety” y “The Scythe”, buenas composiciones que jalonan a Suicide Silence al lugar del que quizá nunca tuvieron que haberse marchado; técnicas y salvajes, bien escritas y mejor interpretadas.

Buenos momentos en los que también demuestran cierta versatilidad y sensibilidad (como la introducción acústica de “Serene Obscene”), sin tener que desdibujar su estilo haciéndose pasar por otra banda, o “Disaster Valley” y la propia “Become The Hunter” con Darius Tehrani (Spite) para cerrar un álbum en el que no sólo debemos agradecer a Suicide Silence que hayan vuelto al redil tras un disco tan disperso como el anterior, sino que confirma que hay banda más allá de aquel “You Can't Stop Me” y el ya clásico debate o la comparación de Hermida con el eterno Mitch Lucker resulta ya cosa del pasado. Y eso, amigos, es lo verdaderamente excitantes de “Become The Hunter”, más allá de la demostración de que cuando quieren, pueden…


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